28 de Marzo de 2024
Finanzas

Baja de remesas, sentencia de muerte para municipios


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*En México hay 177 municipios con muy alto grado de intensidad migratoria

| | 19 Mar 2017

Con la llegada de trump, cerca de 370 mil 814 habitantes de 20 municipios sin actividades primarias están en riesgo de perder su sustento por la caída en los envíos.

Para llegar a la cabecera municipal de Susticacán, Zacatecas, hay que transitar por un camino empedrado con rocas de río; a los flancos se levantan caserones con arcos de piedra trabajada, paredones de cantera y rejas protectoras de extensos jardines y macetones con bugambilias.

Este es el preámbulo para ingresar a uno de 20 municipios de más alta intensidad migratoria con 15.48% y donde 35% de las 357 viviendas dependen de las remesas enviadas por sus familiares desde Estados Unidos.

Susticacán alberga mil 360 habitantes y tiene una extensión de 200 kilómetros cuadrados. El terreno donde se asentó tiene cañadas propicias para el ecoturismo con formaciones pétreas, áreas boscosas para descansar, practicar el alpinismo y el excursionismo, actividades no han sido explotadas ni incorporadas a la economía local.

Pese a que las condiciones del municipio son inmejorables para establecer nuevas industrias, los jóvenes prefieren seguir con la tradición migrante y viajar a Estados Unidos para conseguir los empleos que no hay en la región; optaron por invertir sus remesas en la construcción de viviendas y comprar camionetas grandes para la movilidad de sus padres, ya envejecidos. Susticacán es un botón de muestra sobre el grado de dependencia de las comunidades y regiones con una alta intensidad migratoria: se va la población joven y la estructura económica está atrasada; las comunidades de origen son tan dependientes de las remesas y sensibles a una caída de los fondos del que depende la supervivencia de familias completas.

“Si a ese municipio le quitáramos las remesas, sus familias envejecidas morirían por la falta de ingresos económicos y fallecerían por que el municipio no tiene recursos para instalar un programa asistencial”, aseguró Rodolfo García Zamora, docente e investigador del doctorado en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

Alta marginación, alta migración

Dentro de un año, al menos nueve de 20 municipios con comunidades catalogadas con alta y muy alta marginación y enteramente dependientes del envío de dinero de sus familiares en Estados Unidos, sufrirán un revés, consideró Miguel Moctezuma Longoria, académico e investigador en el fenómeno migratorio, de la misma casa de estudios.

En México hay 177 municipios con muy alto grado de intensidad migratoria y 20 de ellos se ubican en Oaxaca, Michoacán, Guanajuato, Hidalgo, Zacatecas, Jalisco, Puebla, Durango y Querétaro, según el Anuario de Migración y Remesas 2016.

En Oaxaca se ubica San Juan Quiahije, el municipio con el más alto grado intensidad migratoria que alberga a tres mil 628 habitantes; está adscrito a la Cruzada Nacional Contra el Hambre de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), al ser catalogado como la demarcación con alto grado de marginación, según datos del Consejo Nacional de Población (Conapo).

En similares condiciones se encuentran San Bartolomé Quilana con dos mil 470 habitantes, San Lucas Quiavini con mil 745 habitantes, San Pablo Tijaltepec con mil 813, San Juan Quiotepec, con dos mil 313 habitantes y San Juan Mixtepec, con 761. Aunque se mantienen como comunidades con alto grado de marginación, San Pedro Yólox con dos mil 267 habitantes, y San Agustín Atenango con mil 914, no pertenecen a la Cruzada Contra el Hambre.

A la lista se suman otros municipios con nivel medio de marginación: Morelos con ocho mil 91 habitantes y Chucándiro, cinco mil 166, en Michoacán; Jerécuaro con 50 mil 832 habitantes y San Diego de la Unión con 37 mil 103, ambos en Guanajuato; Tasquillo, Hidalgo, con 16 mil 865 habitantes; General Francisco R. Murguía con 21 mil 974 habitantes y Susticacán, tres mil 360, en Zacatecas; Axutla, Puebla con 947 habitantes y Coneto de Comonfort, Durango, con cuatro mil 530.

El resto de los municipios con mayor grado de intensidad migratoria son Pácula, Hidalgo, con cinco mil 49 habitantes y Landa de Matamoros con 19 mil 929 habitantes, ambos mantienen grado alto de marginación y Cuautla, Jalisco, con muy bajo grado.

La coincidencia que guardan las 20 demarcaciones es la baja actividad de su economía primaria, pese a que muchos de ellos tienen recursos naturales y humanos para encaminarlos.


Temores fundados

El crecimiento más significativo en el envío de remesas ocurrió en noviembre del año pasado; al respecto, los especialistas lo atribuyen al pánico de los paisanos ante la tendencia electoral favorable hacia Donald Trump.

El año pasado cerró con 26 mil 970 millones de dólares, equivalente a un aumento de 8.8% respecto a 2016, que aportó 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. “La gente comenzó a enviar más dinero, por lo que hasta noviembre se tenía 24% de aumento en las remesas respecto al mismo mes del año anterior y se ha mantenido constante su crecimiento”, refirió Moctezuma Longoria.

Carla Pederzini Villarreal, docente en Economía por la Universidad La Salle, afirmó: “las personas están mandando más remesas ahora porque tienen miedo a no enviar más dinero para dejar protegida a su familia en caso de que después no puedan enviar”, además de la devaluación del peso frente al dólar.

A partir de agosto, los envíos descenderán, pronosticó Miguel Moctezuma Longoria, académico investigador de la UAZ, quien añade que el descenso se pronunciará con dos situaciones: la deportación de connacionales y la iniciativa de ley promovida por el congresista republicano Michael Rogers, quien propone imponer un gravamen de 2% en las remesas enviadas a México.

Aunque Luis Demetrio Moreno Calvillo, maestro en Estudios México-Estados Unidos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sostuvo que el gravamen a las remesas será difícil de implementar, pues hay acuerdos financieros entre ambas naciones que comprometieron mantener.

A fin de saber el impacto por la caída de las remesas, en 2008 la UAZ estudió el fenómeno en nueve municipios zacatecanos y 27 comunidades. Los expertos observaron que el descenso de envíos era proporcional al decrecimiento en el nivel de vida de la población. Modificaba sus hábitos alimentarios, atención de la salud, educación, evitaban la reparación en sus casas, dejaban de invertir en el campo y pequeños negocios.

Empero, los migrantes aun no impulsan con sus remesas la salida del atraso económico de sus comunidades.

“Los municipios y las comunidades pobres no están en condiciones de integrarlos ni a nivel de empleo, de educación o de salud y con las frágiles estructuras sociales”, sentenció García Zamora.