24 de Abril de 2024
Nacional

Políticos locuaces de Morena


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*El cinismo de la política y la falta de valores de la sociedad que se han ido perdiendo día con día, generación tras generación *México, entre sus locuras, ya tuvo un “presidente legítimo” y ahora un “Rey”

| | 06 Ago 2017

Reportero Free Lance
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En el año 2000, luego de las elecciones federales que ganara el panista conservador Vicente Fox Quesada, el ADN de políticos y agentes de poder no ha tenido sinigual el cual se puede conjugar entre los fracasos, las alegrías y las frustraciones, pero lo que recae son los hechos consumados de que quienes van para “gobernantes”, exhiben sin ambages sus recetarios de inhibiciones como sentirse Mesías, Presidentes Legítimos y hasta Reyes o Virreyes.

En el año 2000, en la víspera, las serpientes prietas y las tepocatas del político guanajuatense, dejó marcado un antecedente histórico en que México ha caído en un hoyanco del cual será difícil que resurja como un país que posee políticos que asuman actitudes de ética, rectitud y en consecuencia de respeto.

En el año 2000, ese México quedó en el pasado sobre todo porque ahora los políticos, más que eso, son neo-políticos. Neo-políticos porque ante la convulsión que viven las células siniestras de cada instituto político, se construyen auténticas Mafias de Poder, como siempre lo ha pregonado el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.

En el año 2006, Andrés Manuel López Obrador, el famoso AMLO, se ha transformado en un personaje, más que en un jefe político, que mañosamente y ante la coyuntura que se le ha venido presentando en cada momento, es quien marca la agenda política nacional.

Es decir, cualquier frase que articule el también famoso Peje en contra de sus antagonistas, son virilizadas no solo por él mismo, sino por la sociedad en su conjunto, es su mejor vehículo transmisor del sentir nacional, porque cree que ese grupúsculo de seguidores, se encarga de hacerle la talacha sucia.

Entonces, desde que el PRD se hizo del Poder de la Mafia de la izquierda en la Ciudad de México, del cual se antoja decir que será difícil que alguien se lo arrebate, en su momento López Obrador tomó la plaza principal de protesta como es el Zócalo, para montar un escenario que le “diera vida” a su “Presidencia Legítima”. Fue el hazmerreír de todo mundo, pero corría 2006.

De tal suerte que ese ADN de la protesta y del separatismo, mezclado con lo subjetivo, se esparció entre la mente de esos agentes políticos que llegan al poder por mera suerte, no es porque sus conocimientos que a la mejor ni son académicos, sino por meras circunstancias de la vida, pero impulsados por la mimetización.

El mimetismo es una habilidad que ciertos seres vivos poseen para asemejarse a otros organismos (con los que no guarda relación) y a su propio entorno para obtener alguna ventaja funcional.

El objeto del mimetismo es engañar a los sentidos de, en este caso, de animales políticos, que conviven en el mismo hábitat, induciendo en ellos una determinada conducta. Los casos más conocidos afectan a la percepción visual, pero también hay ejemplos de mimetismo auditivo, olfativo o táctil.

Probablemente el ejemplo más popular es el del camaleón, cuyos colores de la piel cambian según el entorno donde se desplace. López Obrador tiene hasta la habilidad de sumarse a todos esos inconformes, ahora, pese a que en el pasado fueron sus principales enemigos políticos. El cinismo de la política y la falta de valores de la sociedad que se han ido perdiendo día con día, generación tras generación.

En política también ocurre algo similar. Aunque algunos indiscutibles maestros de letras, consideran que no es un verdadero mimetismo sino una coloración críptica que es aprovechada por los vivales de quienes se meten de lleno a la política que, para los teólogos, forma parte de los enormes tentáculos de la corrupción. Son emisarios del mítico Diablo.

México, entre sus locuras, ya tuvo un “presidente legítimo” y ahora un “Emperador”. A como vamos, ahora ¿qué nos hace falta…? Para muchos, el espíritu de Hitler deambula por todo el mundo, sobre todo para aquellos que no tienen saciedad por conquistar el poder.

Un filósofo y mandamás del sector judicial de la Ciudad de México, antes del magistrado Álvaro Augusto Pérez Juárez, consideraba: “Es una verdadera pena que ya no haya políticos de alto nivel en la arena política de nuestro quehacer nacional”, hoy prácticamente perdido.

El hecho está en que un empresario y simpatizante del partido Morena, cuyo dueño es Andrés Manuel López Obrador, mostró sus dotes de locura al muy estilo Peje-Zombi, al celebrar su cumpleaños número 67 ¡vestido de rey!

Se trata de Enrique Michael Velasco, propietario de Dulces de la Rosa; generó polémica en redes sociales por entrar a su festejo con una capa color púrpura, una corona y un cetro dorado.

En un video que circula en Facebook se observa al empresario dulcero entrando a su festejo ataviado con una capa color púrpura, una corona y un cetro dorado, mientras de fondo se escucha música propia de un paseo imperial.

Aunque el 15 de junio, el día de su aliación, Michael Velasco negó estar interesado en un puesto de elección popular el cual finalmente armó, lo importante era fortalecer "la estructura de Morena para que lleguemos a todo el estado". El empresario dulcero es identificado como uno de los aspirantes de Morena a contender por la gubernatura de Jalisco.

Hace algunos ayeres, asociaciones empresariales del Consejo Económico y Social de Jalisco, demandaron que Enrique Michel renunciara a la presidencia del organismo por haber organizado una comida con políticos de Morena para tratar de buscar sus simpatías y obtener la candidatura del partido al gobierno de la entidad.

No es la primera vez que Michael Velasco causa polémica por sus particulares festejos. En su celebración del año pasado el empresario organizó un evento inspirado en la mansión de las conejitas de Playboy y se dejó ver vestido como Hugh Hefner, el magnate dueño de la mansión y de la icónica revista, rodeado de modelos y edecanes, vestidas con ese típico, casi no vestuario.

Y cierto, vamos de mal en peor, ahora que está en jauja el calificativo “anti Peje” en potencia, de ese político, AMLO, el tabasqueño que se sintió presidente antes de serlo. Y ahora está por repetirse la historia.

Sin embargo, Andrés Manuel López Obrador quizá no gane elecciones presidenciales, pero es el campeón indiscutible en despertar pasiones; es la balanza para encabezar la inconformidad social, haciéndole finalmente el juego a toda esa estructura de la Mafia del Poder que el mismo tabasqueño pertenece hasta hoy en día.

De no ser así, Andrés Manuel López Obrador no dejaría de ser un “pobre diablo”, según los mileniums.
Pero hay que reconocer que son “aires de grandeza”, y como diría el dicho… “dale el poder a un pendejo, y tendrás un desastre total”.