19 de Abril de 2024
Estatal

Comer a deshoras provoca alteraciones metabólicas, reproductivas y emocionales

Elvira Morgado Viveros, investigadora de la Facultad de Biología de la UV.
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*Revela estudio que actualmente realiza el CA Biología y Ecología del Comportamiento, de la Facultad de Biología de la UV *La sociedad mexicana y latina tiene el hábito de posponer horarios de comida, principalmente en las ciudades, señaló Elvira Morgado Viveros, investigadora de esta Facultad

| | 15 Oct 2017

Un estudio que desarrolla el cuerpo académico (CA) Biología y Ecología del Comportamiento, adscrito a la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV), revela que ratas (machos y hembras) que ingieren alimentos a deshoras y tienen constantes periodos de ayunos, son propensas a padecer alteraciones metabólicas, así como enfermedades reproductivas y emocionales, lo cual pudiera extrapolarse a lo que ocurre en hombres y mujeres.

Así lo dio a conocer Elvira Morgado Viveros, investigadora de esta entidad académica e integrante del CA, quien expresó su beneplácito por la reciente entrega del Premio Nobel de Medicina a los estadounidenses y biólogos genetistas: Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young, por sus aportes a la caracterización del mecanismo molecular del reloj biológico, dentro del campo de la cronobiología o estudio de los ritmos biológicos.

Y es que dicho tema va de la mano con el estudio que el CA desarrolla desde hace tres años con el apoyo de estudiantes de la Facultad de Biología y de posgrado, el cual –basado en un modelo animal de ratas– busca revelar qué pasa cuando los organismos no comen todos los días a la misma hora.

Precisó que se ha notado que la alteración de los ritmos biológicos, principalmente los circadianos –que tienen una duración de 24 horas pues están adaptados al ciclo de rotación de la tierra, de luz y oscuridad–, deriva en grasa mal acumulada, síndrome metabólico, diabetes, obesidad, ansiedad y depresión.

“La sociedad mexicana y latina tiene malos hábitos al respecto y solemos saltarnos el desayuno, sobre todo en las ciudades; esto es lo peor que podemos hacer para nuestro metabolismo y balance de energía”, dijo la especialista.

En entrevista, explicó que en nuestros órganos y células los seres humanos tenemos periodos de actividad y descanso; es decir, para nuestra especie la noche es el periodo de descanso y durante esa fase experimentamos el sueño.

“Cuando dormimos disminuye nuestra temperatura corporal, así como la frecuencia cardiaca y respiratoria, con la finalidad de que los órganos implicados se relajen.”

Sin embargo, no todos los órganos descansan mientras dormimos, pues muchas hormonas –como la del crecimiento– se secretan para activar las diferentes rutas metabólicas y de acción, y así crezcan los músculos y huesos en etapa de desarrollo.

Por lo tanto, el músculo y el hueso están activos mientras la hipófisis secreta hormona de crecimiento, dijo.

En la etapa adulta, esa hormona tiene una importante intervención en el balance energético, ya que por la noche disminuyen las grasas acumuladas durante el día.

Morgado Viveros señaló que en el periodo de descanso no tendríamos por qué comer, de ahí la importancia de estudiar los mecanismos de actividad del reloj biológico.

“La mayoría de nuestras células cuentan con estos genes reloj, que son algunos de los que descubrieron los ganadores del Premio Nobel, quienes se enfocaron en un modelo de la mosca de la fruta.”

Por ello, resaltó la importancia de los ritmos biológicos, ya que sirven para mantener la homeostasis o el equilibrio energético de los seres vivos. Asimismo, mencionó que por ser organismos diurnos, el metabolismo de los seres humanos está activo durante el día; por ejemplo, las enzimas llamadas lipasas, útiles para degradar los lípidos y grasas, son activas principalmente por la mañana.

Por esta razón, nuestra dieta tradicional mexicana considera la grasa durante la mañana como: huevos, chicharrones o gorditas de masa.
“Por las mañanas sí se pueden ingerir, pero por la noche ya no es recomendable, únicamente proteínas que ayudarán a generar neurotransmisores y a descansar durante el periodo de sueño.”

Recomendó no comer durante la noche puesto que no tenemos hormonas ni enzimas que ayuden a la asimilación de nutrientes, “lo que no se usa se almacena en forma de grasa”.

De igual forma, tenemos un mecanismo de energía que lo da una hormona llamada ghrelina, la cual es secretada durante el día indicando hambre y mientras estamos en ayuno almacena grasa.

Cuando comemos, también hay otro mecanismo que ayuda a eliminarlas. Por tanto, “dejar de comer, lejos de ayudarnos a disminuir peso nos engorda, y no es un aumento de masa muscular sino lipídica o grasa”.

Con relación a la investigación que ella lidera, comentó que actualmente se encuentran en la fase conductual, aunque falta por analizar la fisiológica y molecular.

Para ello se han vinculado con otros centros de investigación como: el Laboratorio de Ritmos Biológicos y Metabolismo, adscrito al Departamento de Anatomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); y el Centro de Investigación en Reproducción Animal, de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT).