28 de Abril de 2024
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Se equivocó Chiquinando

12 Mar 2021 / *En conclusión, insistimos, Fernando Yunes Márquez, el presidente municipal de Veracruz, el ciudadano, el yerno de doña María Elena, se equivocó al reaccionar así, pero conste que no decimos que se equivocó en el adjetivo… en una de ésas, hasta fue bondadoso con don García

Creo que a muchos nos queda en claro que el presidente municipal de Veracruz se equivocó. Creo que muchos estamos de acuerdo que al escuchar al alcalde porteño, denota enojo, molestia, que está hablando por el estómago, para algunos; con el corazón, para los apasionados; aunque se concuerda en algo: no lo hace con la cabeza.
Para unos, que un presidente municipal llame estúpido a un gobernador, es una falta de respeto por dos lados: por uno, por el que lo profiere; por otro, contra quien lo profiere.
¡Vamos! Sostienen que decirle “Estúpido” al Gobernador, es faltarle al respeto a la investidura… a sendas investiduras: la del presidente municipal como la del Gobernador ¿Estamos de acuerdo?
Entender el porqué llama “Estúpido” al Gobernador, se cuece aparte…
La posición del presidente municipal de Veracruz es que el Gobernador, desde el principal podio de Palacio de Gobierno, le faltó el respeto a la madre de su esposa, a su suegra, al señalar que la señora no sólo había utilizado documentación falsa, sino que “se había colado” en la fila para pasar primero a la vacuna.
Júrelo que si la señora hubiera pretendido “colarse” en la fila de vacunación, se hubiera hecho merecedora de un grito que todo buen mexicano, buen veracruzano, hubiera alzado contra ella: “¡A la cola! ¡a la cola!” y allá la hubieran enviado.
Luego entonces, la reacción del Presidente municipal contra el Gobernador, rompió una barrera: pasó de lo político a lo personal.
Personal, porque responde como alcalde, y no como Fernando Yunes Márquez, ciudadano, yerno de la señora María Elena Díaz Vega.
Sí, pareciera que la opción más fácil que hubiera tomado sería haber dicho “hablo como Fernando”, pero igual resulta muy complicado hacer esta dicotomía donde por sí solo, tan solo como Fernando Yunes Márquez, las declaraciones de éste, así las dijera como ciudadano, tienen un peso que cala en la sociedad porque al final, siendo alcalde o no, es una figura pública.
Lo mismo sería si hubiera dicho que “Cuitláhuac García Jiménez es estúpido”, desvistiendo del cargo al receptor del calificativo. Y si bien, está muy lejos el sujeto de llenar la investidura, los zapatos como tal, verlo como tal, lo cierto es que por Ley, es Gobernador y luego entonces, aunque sólo hubiera dicho su apelativo, la ola expansiva hubiera alcanzado al Palacio de Gobierno.
Hay que tomar en cuenta que la reacción de Yunes Márquez es eso: una reacción a la declaración ofensiva o falta de respeto hacia una persona cercana a él, ajena a la política. La declaración, muy propia de una persona que desde esa tribuna de Palacio de Gobierno le parece fácil señalar, ofender, insultar… pero no gobernar ni hacer política.
En conclusión, insistimos, Fernando Yunes Márquez, el presidente municipal de Veracruz, el ciudadano, el yerno de doña María Elena, se equivocó al reaccionar así, pero conste que no decimos que se equivocó en el adjetivo… en una de ésas, hasta fue bondadoso con don García.

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