18 de Abril de 2024
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Tres rumores

10 Feb 2015 / *El primer rumor es que Estados Unidos es el que está detrás de la desestabilización del gobierno de Peña

Soledad Loaeza ha analizado el rumor como “arma política”. En un sugestivo artículo académico de 1977, la mejor politóloga mexicana argumenta que “en México el sistema de información política parece regirse por el principio de que el secreto es un instrumento básico de poder, de tal manera que la explicación de los fenómenos y las decisiones políticas se dejan en gran medida a la libre interpretación de la opinión pública que además cuenta con pocos elementos fundamentados de juicio. De hecho, la anécdota, el chisme y el rumor son fuente importante de la información política de que dispone el mexicano. Esto ha significado que exista una predisposición muy clara a aceptar y transmitir el rumor, y en general, aun cuando una especie se califique de tal la gente tienda a concederle el beneficio de la duda, un poco con la idea de que ‘si el río suena es que agua lleva’. Tal predisposición es aún mayor en un ambiente de intranquilidad social, de informaciones contradictorias, o cuando la credibilidad de los agentes informativos formales se ha visto profundamente debilitada”. Recupero esta idea ahora que escucho por aquí y por allá tres rumores.

El primero es que Estados Unidos es el que está detrás de la desestabilización del gobierno de Peña. Como los mexicanos se habrían acercado a los chinos para atraer inversiones y apoyo, pues esto habría desencadenado la furia del imperio estadunidense que de ninguna forma aceptaría que los asiáticos se metieran en su “traspatio”. He escuchado este rumor en voz de varias personas de buen nivel.

El que la noticia sobre las casas de Luis Videgaray en Malinalco y la del presidente Peña en Ixtapan de la Sal hayan salido en el Wall Street Journal demostraría, según ellos, que detrás están los gringos disgustados por el acercamiento con los chinos. El rumor funciona porque, por un lado, dispara la vieja desconfianza de los mexicanos sobre sus vecinos del norte: es tradición culpar de todos los males nacionales a los gringos que siempre andan metiendo sus narices en los asuntos del país. Por otro lado, el rumor adquiere más poder debido al racismo que existe en México con respecto a los chinos a los que injustamente se percibe como una bola de oportunistas. De esta forma tenemos el rumor perfecto del “güero gringo” aplastando al “chino vivales” que anda asociándose a los mexicanos.

Lo que este rumor no toma en cuenta es que las historias de las casas son culpa de nuestros gobernantes. Ni los estadunidenses ni los chinos los obligaron a comprar residencias al Grupo Higa o San Román. Pero el rumor funciona porque desvía la atención y la responsabilidad de lo sucedido: la culpa ya no es de los políticos mexicanos que cometieron la falta sino de los “malditos gringos” que, como siempre, andan metiéndose en los asuntos nacionales.

El segundo rumor que escucho es que los grupos revolucionarios son los que podrían beneficiarse de los escándalos del gobierno y que, por tanto, hay que tener mucho cuidado. Que es preferible cuidar la imagen del Presidente y su equipo porque, de lo contrario, podría venir la Revolución.

El rumor una vez más funciona a favor del gobierno porque, salvo grupos muy radicales que sí existen en México, nadie quiere que el comunismo leninista se instaure en nuestro país. Este chisme nos lleva a una disyuntiva muy incómoda: o apoyo al gobierno con todo y sus historias de corrupción o apoyo a los revolucionarios que quieren desestabilizar al país. Puesto así, en la elección entre dos males, no queda de otra más que apoyar a Peña como el menor de los males.

El tercer rumor es similar al anterior pero con un actor diferente. En lugar de la Revolución es López Obrador. El tabasqueño estaría detrás de los males que aquejan a la actual administración. El excandidato presidencial es el que estaría complotando para desestabilizar al gobierno. Así que nosotros tendríamos que escoger entre la corrupción de los priistas o el populismo trasnochado de López Obrador. Otra vez una alternativa muy incómoda.

De hecho, el reclamo que hace un par de semanas le hizo The Economist a Peña era precisamente que le estaba pavimentando el camino a AMLO para llegar a la Presidencia y que México no se merecería esto. Puesto así, una vez más, pues no quedaría de otra más que apoyar al Presidente. Se trata de un rumor que opera a favor de Los Pinos o, en palabras de Loaeza, de un arma política muy efectiva.

Twitter: @leozuckermann

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