18 de Abril de 2024
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La agenda simplista de Donald Trump

29 Ene 2017 / *Los “neoconservadores” triunfaron sobre los “neoliberales”, y en el periplo político tendrá consecuencias muy graves para Estados Unidos *En la controversial visita de Estado entre los presidentes Enrique Peña Nieto y Donald Trump, solo una cosa sencilla: “Si quieres cobrar, vente p´acá” *Estamos ante un cambio de paradigma y nace un nacionalismo proteccionista, no solo tenemos el riesgo de guerras comerciales; tenemos el riesgo de guerras basadas en valores fundamentalistas; y cuando el nacionalismo es fundamentalista, cuando un país invoca que lo protegen sus soldados y su “Dios”, cruzamos otros peligros: Luis Castro Obregón

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Es ineludible hablar de la relación con Estados Unidos. Todos los noticieros se remitían a la pregunta: “¿Ir o no ir?”. Sobre el viaje del presidente Enrique Peña Nieto no hay duda alguna. Era de esperarse. De hecho, el tuit de respuesta debería decir: “Si quieres cobrar, vente p´acá”.
Decía con aplomo Luis Castro Obregón, líder del Partido conservador mexicano Nueva Alianza, quien dio una perfecta explicación, a detalle, referente a la relación diplomática en qué ha fallado el nuevo gobierno electo de Estados Unidos de Norteamérica con México y el resto del mundo.
No solo desde Nueva Alianza suspenderíamos el viaje; diríamos: “No habrá encuentro entre los dos presidentes mientras no exista respeto, normas para el diálogo”.
¿Qué sucede? Que en la nueva derecha mundial, los “neoconservadores” triunfaron sobre los “neoliberales”. Familias adineradas que tienen secuestrada la voluntad de millones de gringos, y que a ciencia cierta, se sienten soñados por la jerarquía que siempre han vivido desde las conflagraciones mundiales.
El presidente de Estados Unidos no está solo, lo respaldan una fuerza y una expresión cultural que son los “neoconservadores” y eso tiene consecuencias que serán muy graves para Estados Unidos, que son muy graves para la relación con México y que también son inicio de una transformación en la geopolítica mundial.
¿Qué riesgos existen aparte de los que ha mencionado todo el mundo? Hay un riesgo para el resto de los países: que el populismo de las respuestas demagógicas y simples a problemas complejos se imponga en las distintas realidades nacionales.
De entrada, la primera consecuencia es que las respuestas populistas cancelan los valores universales. Y la cancelación de los valores universales implica la modificación de las relaciones culturales y sociales y, por supuesto, el riesgo de retroceso en los derechos sociales que se han ido conquistando local, nacional e internacionalmente: los derechos de la mujer, los derechos de las minorías, por señalar algunos.
Si se imponen los populismos, no solo nos van a preocupar las guerras comerciales. Si tiene razón el canciller Luis Videgaray, estamos ante un cambio de paradigma; nace un nacionalismo proteccionista, no solo tenemos el riesgo de guerras comerciales; tenemos el riesgo de guerras basadas en valores fundamentalistas, y cuando el nacionalismo es fundamentalista, cuando un país invoca que lo protegen sus soldados y su “Dios”, cruzamos otros peligros.
Solo basta recordar que la Primera y la Segunda Guerras Mundiales, fueron guerras de origen económico; esas guerras tuvieron un fin, terminaron con una negociación. ¿Cuáles son los conflictos que no terminan? Los de origen religioso: no tienen fin, no hay manera de negociar.
Entonces, un peligro, más cuando vienen procesos electorales, es que los populismos ganen. Y está claro que populismos de izquierda y populismos de derecha coinciden en posiciones conservadoras.
Tanto se ha comentado qué hacer respecto del viaje cancelado del presidente Peña Nieto a Washington. ¿Qué hacer respecto a la relación? El Presidente de la República presentó un decálogo que tuvo el consenso de las fuerzas sociales y políticas. Diez tesis que enmarcan una posición.
Se estima que a eso hay que darle contenido (…) convertirlo en acciones concretas. Por ejemplo, si aprueban el impuesto fronterizo, a los dos días que todos los partidos políticos representados en el Congreso mexicano aprueben un impuesto fronterizo nuestro que genere el equilibrio compensatorio (…) que vaya modificando, neutralizando lo que esa medida ocasione.
Para Luis Castro Obregón, la agenda simplista de Trump tiene pocos temas: guerra comercial, migración... Nosotros estamos llevando toda la agenda binacional. A esa agenda binacional hay que ponerle acciones concretas. Por ejemplo, un decreto por el cual toda la cooperación e intercambio de seguridad e inteligencia deba modificarse; convocar a la embajadora estadounidense (Roberta S. Jacobson, nombrada desde el 5 de mayo de 2016 por el entonces presidente Barack H. Obama); regresar a nuestro embajador Carlos Manuel Sada Solana (designado por el Gobierno mexicano el 5 de abril de 2016), dar un plazo a los representantes en la cooperación en estos temas para que les ratifiquen su aceptación…
En fin, acciones concretas para darle contenido a un decálogo con el que estamos de acuerdo las fuerzas políticas. “Es tiempo de fortalecer las decisiones públicas que defienden al país. No es tiempo de que, en aras de quedar bien con el electorado, pelear por quién es más digno, más radical, ‘más mejor’ ”.
De tal suerte, el presidente turquesa puntualizó que las primeras acciones del presidente de EU, Donald Trump, no solo atentan contra la soberanía del nuestro país, sino le faltan al respeto a los mexicanos.
Castro Obregón agregó que a las actuales generaciones de mexicanos le está tocando el nacimiento de un nuevo paradigma en un nuevo orden mundial, ante este nuevo trato con el vecino del norte, donde se va a refedefinir la geopolítica mundial, por lo que es momento que todas las fuerzas políticas de México se reúnan de manera plural, y lograr la cimentación de acuerdos internacionalmente históricos.
“México necesita tener una posición firme, de unidad, en la que la soberanía sea uno de los valores que la generación que ahora le toca vivir este cambio, tendrá que asumir”, describió.
El dirigente partidista turquesa subrayó que estas acciones no solo pueden expresarse en movilizaciones masivas, también se deben traducir en acuerdos partidistas para que el legislativo trabaje con la capacidad de consensos suficientes y así tomar decisiones que neutralicen y permitan procesar las que tome el país vecino.
“No se trata de reeditar pactos políticos, se trata de ver si somos capaces de contribuir a la unidad nacional”, puntualizó.

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