18 de Abril de 2024
Una opinión diferente
Por: Isael Petronio Cantú Nájera

La corrupción es el mal mayor

05 Abr 2017 / *El deterioro de la seguridad nacional como resultado de la corrupción alentada por los gobiernos neoliberales, debiera tener un valladar en las propuestas de una izquierda democrática y convencida de fortalecer al Estado de derecho, pero, la inercia de los hechos ha llevado a la izquierda a sufrir la colonización de los propios corruptores

Cuando se dice que la violencia se tragó el 18%[1] del producto interno bruto o que el nivel de paz en México se deterioró el 3.4%[2] en 1916: podemos inferir que realmente vivimos en un Estado fallido, cuyas estructuras de Seguridad Pública, son inservibles tanto por su inoperancia como por el grado de corrupción que existe dentro de ellas y donde incluso se han convertido en halcones de los propios narcos o se pasan, traicionando al ejército, al lado de los narcos como los zetas.

El deterioro de la seguridad nacional como resultado de la corrupción alentada por los gobiernos neoliberales, debiera tener un valladar en las propuestas de una izquierda democrática y convencida de fortalecer al Estado de derecho, pero, la inercia de los hechos ha llevado a la izquierda a sufrir la colonización de los propios corruptores.

En los partidos como PRD y MORENA, emblemáticos de la izquierda el tema los divide profundamente; mientras el PRD avanza en vivir la administración simple de la crisis estadual; MORENA se mueve más a la izquierda y asume que la solución a la crisis está directamente ligada con ponerle fin a la corrupción.

El último evento en el PRD donde la presidenta del PRD es capaz de violentar su propio estatuto que prohíbe tener dos cargos a la vez; sin reflexionar que su conducta era ilegal y cometía por lo menos un fraude a la ley; da muestras del desprecio general que existe por el Estado de Derecho. Ante la violencia a la ley, los resultados se escalaron para desprestigio de ese partido: senadores de la República, terminaron por renunciar al PRD e irse y sumar sus esfuerzos a los candidatos de MORENA.

Eso no fue todo, pues desde el sistema mismo, se da a conocer que la propia presidenta del PRD, lejos de cumplir correctamente con su declaración patrimonial, ocultó la compra multimillonaria de un departamento en Miami, que si aún no se demuestra la ilegalidad del hecho, su conducta queda identificada con todos los servidores corruptos que abusan de su poder y se enriquecen indebidamente del erario público y les permite tener privilegios muy por encima del pueblo en su conjunto. Tanto su acción de fraude a la ley al ocupar dos cargos como el ocultamiento doloso de su compra del departamento, bien caben en la tipificación de delitos del orden penal como abuso de autoridad y aún más: peculado. Seguramente sus actos seguirán dando de que hablar y nos tocará ver un desenlace nada benévolo para el PRD; mientras tanto, las corrientes diversas a la que representa Barrales, como las hienas o las lampreas que viven como comensales, están a la espera de las migajas del PAN que cae de la mesa de la corrupción.

Por su parte MORENA, como en otros circos, también le crecen los enanos y por lo menos en su avance por ganar espacios político electorales, en lo que concierne a la elección de sus candidatos en Veracruz y el Estado de México, su “democracia dirigida” o más bien su ausencia de una democracia más participativa y horizontal, está barrenando su carena y tarde o temprano amenazará la viabilidad del proyecto. En Veracruz, la imposición de candidatos tanto en MORENA como en el PRD, mostró el rostro singular del autoritarismo y el despliegue típico de la política neoliberal del viejo PRI: “El Jefe manda”.

Es justamente esa falta de una ciudadanía democrática en una sociedad abierta y de libertades (Honor a Giovanni Sartori hoy día de su muerte) la que permite que una sociedad liberal a secas incube la corrupción, la miseria y el cinismo de los políticos y extravíe a las izquierdas uniéndolas a la derecha en una fantasía de poder que refleja al poder hegemónico.

Ante ello, la tarea sigue siendo ingente, debatir sin simulaciones que el mal mayor es la corrupción, denunciar a derechas e izquierdas que mimetizadas la profundizan y seguir construyendo una gobernanza democrática, donde la ciudadanía participe consciente y consecuentemente, tomando el poder en sus manos. Más poder ciudadano y menos gobiernismo y autoritarismo es la clave para sacar a México de su crisis política.

[1] http://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/politica/2017/04/4/violencia-le-costo-mexico-el-18-de-su-pib-en-2016-segun-estudio

[2] http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/04/04/aumento-de-homicidios-deterioro-nivel-de-paz-en-mexico-iep