29 de Marzo de 2024
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Yunes y Duarte: igual discurso ante el crimen

31 Jul 2017 /

Las últimas reacciones del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares frente a la delicada situación de violencia que se vive en Veracruz, y que ya toca severamente a Xalapa, asiento de los poderes y de las fuerzas policiacas, ha mostrado una afinidad peligrosa con su antecesor y uno de los objetivos políticos de su mandato: Javier Duarte de Ochoa.

En octubre de 2015, el entonces diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares dijo, en un acto de la asociación Llave Ciudadana en Coatzacoalcos, que Veracruz se había convertido en una de las entidades más insegura del país, y ponía como base los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).



Según la columna Informe Rojo del colega Mussio Cárdenas, en esa ocasión Yunes Linares recordó que un año antes, en octubre, había advertido que 2014 terminaría con mil 100 homicidios. “Hoy los datos del SNSP me dan la razón, ya que el total de homicidios que se cometieron fueron mil 130”, el mayor número de asesinatos en la historia de Veracruz, dijo el hoy Gobernador de Veracruz.

Yunes Linares se refirió también a los secuestros que se habían perpetrado durante el gobierno duartista hasta ese momento: al término de 2014 se contabilizaron 158; a septiembre de 2015 iban 72. El SNSP ubica a Veracruz, dijo entonces, “como la tercera entidad con mayor número de secuestros, sólo por debajo de Tamaulipas y Estado de México”.

Y añadió, según Cárdenas, una gráfica demoledora: En 2010 se tenía registro de 17 secuestros; en 2011, de 60; en 2012, de 91; en 2013, de 109, y en 2014, de 158. Es decir, en cinco años, el secuestro ha crecido mil por ciento.

Ahora, esa misma fuente revela que su gobierno atraviesa una circunstancia más crítica. En efecto, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), solo en los primeros seis meses de este año se registran 1 mil 249 homicidios (cerca de 210 cada mes), 790 de ellos dolosos, y 88 secuestros (más de 14 mensuales, en promedio).



En el tema de homicidios, en solo medio año, el gobierno de Miguel Ángel Yunes ya rebasó con creces los más de mil 100 que criticaba que habían ocurrido en 2014 con Duarte, y va que vuela para romper el récord de secuestros observado ese mismo año. Si la tendencia se mantiene, y no hay datos que permitan decir lo contrario, al final del año se habrán cometido más de 170 secuestros, una cifra superior a los 158 de 2014.

En cuanto al total de delitos del fuero común, las cosas pintan peor: en los primeros seis meses de 2014 se registraban 19 mil 281 casos; en el primer semestre de 2017, ya hay registro de 27 mil 040, lo que representa una diferencia abismal, aunque habría que darle a la actual administración el beneficio de la duda porque fue en febrero de 2014 cuando Duarte nombra al Fiscal Luis Ángel Bravo y, a partir de su presencia en el puesto, los datos enviados al SNSP fueron manipulados a la baja.

Veracruz, con V de violencia

Luego de mantenerse en los tres primeros lugares nacionales en materia de secuestro durante los últimos cinco años, con Miguel Ángel Yunes Linares, quien vendió su figura en campaña como la de un experto en temas de seguridad, Veracruz se colocó en el primer sitio al término de los seis primeros meses del año, con 88 secuestros, seguido de Tamaulipas (85) y el Estado de México (83).

Aunque reconoció estas cifras negativas de inseguridad de su gobierno, Yunes Linares ha buscado, como hizo Javier Duarte cuando recibió las críticas de su homólogo de Morelos, Graco Ramírez, variar los indicadores que en 2015 usó para arremeter contra el ahora reo del Reclusorio Norte y con ello evadir la mancha de haber elevado al primer sitio a Veracruz en materia de secuestro.

Como en febrero de 2016, en que Duarte respondió a las fuertes críticas del gobernador morelense Graco Ramírez invocando un comparativo de incidencia delictiva entre Veracruz y Morelos no desde el punto de vista de los números absolutos sino en relación con la población, Yunes Linares ha dicho, ha pedido, ha clamado porque los delitos sean medidos en relación a la cantidad de habitantes que existen en el estado.

Al parecer le incomodó que, en su gobierno, luego de sus críticas contra su antecesor, Veracruz se haya levantado con el primer lugar del pódium por número de secuestros y balbuceó algo que debió decir con más fuerza: que no se trata de un incremento sino que ahora, en su gobierno, se están registrando puntualmente los delitos que se presentan.

Y mire cómo se trata de evadir de una evaluación que él mismo aplicó antes y durante su campaña contra los niveles de inseguridad mostrados con Duarte: que se ha superado a Tamaulipas porque en ese estado hay una menor cantidad de personas. “La incidencia delictiva se debe medir por el número de habitantes, no es lo mismo la incidencia delictiva en un estado con 500 mil habitantes, un millón de habitantes, que en un estado con ocho millones de habitantes”, postuló.

A principios del año pasado hizo algo parecido Javier Duarte, cuando recibiera la crítica de Graco Ramírez por la situación de inseguridad en Veracruz: “En un marco comparativo de datos demográficos y de incidencia delictiva, Veracruz tiene una población de siete millones 643 mil 194 habitantes, mientras que en Morelos habitan un millón 777 mil 227 personas, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el Censo 2010”.

Y, tras hacer comparativas por cada 100 mil habitantes, concluyó con datos de espacio territorial: “Morelos, con una extensión territorial de apenas 4 mil 950 kilómetros cuadrados, mantiene mayores índices de inseguridad que Veracruz, cuyo territorio es de 71 mil 820 kilómetros cuadrados”.

No estoy en competencia, ha dicho Yunes Linares respecto a otros estados. Sin embargo, las estadísticas están dejando ver, independientemente de comparativos, que la violencia se recrudece, que las reuniones domingueras de coordinación con los cuerpos policiacos federales no están sirviendo de mucho, que los delitos se multiplican y se cometen cada día con mayor violencia y crueldad, que la delincuencia se ha convertido en una especie de cáncer en los principales centros urbanos de la entidad y que Xalapa, donde él despacha, está sumiéndose en una vorágine de muerte, desaparición, secuestro y robo.

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