29 de Marzo de 2024
Apuntes
Por: Manuel Rosete Chávez

¿Mil 220 mdp de 46 mmdp?... ya nos estafaron

13 Oct 2017 /

“Con 36 candidatos ‘‘independientes’’ registrados
no vamos a alcanzar los ciudadanos para tanta firma”
Yo


¡Qué bueno que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares decidió por fin transparentar el monto de los recursos y las propiedades que, por esfuerzo personal, logró recuperar de los pillos de la anterior administración, quienes nos dejaron en bancos! Ayer, el góber presentó la página para consultar el dinero y bienes recuperados en beneficio de los veracruzanos. Entre efectivo, muebles e inmuebles suman alrededor de 1,200 millones de pesos… ¡Cuánto!, sí, leyó usted bien, mil 200 millones de pesos, no los cuarenta y seis mil millones que muchos, conservadoramente calculan se rateó Duarte y su pandilla.
En rueda de prensa, el mandatario estatal detalló que en dinero líquido logró recuperar un total de 722 millones 451 mil 080 pesos con 46 centavos, más un estimado de 500 millones de pesos de bienes muebles e inmuebles.
La pura y real transparencia, aunque en el aire queden flotando varias interrogantes, como: dónde está la Villa Meona de Gabo Deantes; quién le “donó” la mansión del club de Golf que hoy habita el Fiscal Winckler (eso suena como título de película gringa, El Fiscal Winckler); y las residencias que entregó Carlos Aguirre Morales; las que le han quitado a Arturo Bermúdez; qué fue del jet de Jorge Carvallo; y el cash de Vicente Benítez, el de Juan Manuel del Castillo, el de otros diputados federales y las carretadas de dinero que entre todos esos maleantes dicen haber entregado a cambio de impunidad. Sí, porque ellos, sus familiares o sus amigos, se han encargado de difundir la versión que toma forma al verlos tan campantes paseando por las plazas comerciales, en las sesiones de los congresos como diputados locales y federales, disfrutando de la vida como si nada hubieran hecho.
Por esa misma duda es que la comisionada presidenta del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IVAI), Yoli García Álvarez, consideró que el Gobierno del estado debe dar a conocer los nombres de los exfuncionarios públicos que han regresado bienes o efectivo al Estado.
Al concluir la exposición del gobernador Yunes Linares sobre su portal de transparencia, Yoli dijo a los representantes de los medios: “De lo que se hablaba ahorita era de datos contenidos en escrituras públicas, por eso dije que hay un halo de protección distinta. Si son ciudadanos de a pie, entonces los datos deben estar protegidos, y si se trata de servidores públicos, el halo de protección es distinto”.
Explicó en entrevista que en procedimientos abiertos y en los que estén involucrados funcionarios públicos se deben de dar a conocer los nombres. Dijo también que el IVAI ya tiene recursos presentados sobre la entrega de información sobre lo recuperado por el Gobierno. “Ya hay solicitudes de información y recursos pidiendo que se aclare cómo se recuperaron y llegaron a manos del Gobierno del Estado. Habrá que revisar qué hay en esa página, cómo se siguieron esos procedimientos, a cuánto ascienden y qué uso se le está dando. El recurso de revisión fue presentado por un ciudadano en contra de la Oficina del Gobernador”.
Esto, como el béisbol, no se acaba hasta que se acaba.


¿De qué estamos hechos?

Esta pregunta la venimos escuchando a través de los medios electrónicos de comunicación a raíz de los sismos del 7 y el 19 de septiembre que hicieron temblar al país, literalmente, no como lo prometió el gobernador Miguel Ángel Yunes. Bueno, pues desde esas fechas, los conductores de espacios noticiosos a cada rato nos recetan el comentario, poniéndonos como ejemplo ante el mundo, de que contamos con un elevado espíritu de solidaridad, que somos confeccionados de un material especial que nos permite reaccionar así frente a la desgracia de nuestros hermanos… La pura solidaridad.
La interrogante se nos antoja hasta chocante. ¿De qué madres vamos a estar hechos? De lo mismo que el resto de los seres humanos. La diferencia es que nosotros vivimos en un país muy especial, distinto a muchos más del resto del mundo, por eso es que ante una tragedia colectiva reaccionamos así, para ir en ayuda inmediata de nuestros hermanos en desgracia, conscientes de que si no lo hacemos, nadie lo hará por nosotros, es decir, el impulso que hace posible la reacción lo tenemos en el consciente a flor de piel. Lo que sí es para sorprenderse es nuestro sentido humanista; después de tanto que hemos padecido, seguimos siendo muy humanos. La tragedia de nuestros semejantes no nos es indiferente, la compartimos y la sufrimos junto con ellos a pesar de todos los pesares, aunque parezca letra de José Alfredo Jiménez.
Hace tiempo, un medio de comunicación (Televisa) hizo un ejercicio callejero para probar los niveles de calidad humana de los chilangos. Pararon un vehículo junto a una banqueta, bien estacionado; de la cajuela se dejaba ver un brazo de fuera escurriendo en sangre. Bueno, pues nadie se detenía a ver qué pasaba, nadie llamaba a la policía, nadie hacía caso, eso sí, al ver la escena se mostraban sorprendidos, estupefactos, pero los chilangos continuaban su marcha. Eso nos permitió tener un concepto muy lejano a la realidad sobre los sentimientos de los habitantes de la Ciudad de México ante una situación de gravedad de un semejante. Pero vino el sismo del 85 y ahí vimos la primera manifestación voluntaria, inmediata, de solidaridad y humanidad del pueblo. Igual que en estos últimos sismos, todos los ciudadanos, sin importar condición social, religión, sexo, ideología y hasta edad, se sumaron a las tareas de rescate.
Estamos convencidos de que los mexicanos nos organizamos de inmediato frente a una catástrofe porque sabemos que las autoridades responsables de hacerlo nos ignoran, convencidos de que a los políticos les vale madre lo que nos suceda, que ellos están preocupados permanentemente por sus asuntos personales, por su imagen, por alcanzar un cargo mejor al que tienen, por acumular más y más riqueza, por instrumentar todo tipo de trampas que les permitan continuar en el poder por mucho tiempo, por todo lo suyo sin importar lo que le pase al pueblo. ¿Hasta qué momento hicieron acto de presencia los trabajadores de las dependencia (protección civil, por ejemplo, o del sector salud) en los lugares siniestrados por los terremotos? Mucho tiempo después, hasta que checaron primero que a sus jefes y a sus familias no les había pasado nada, hasta que calcularan los costos políticos de salir a la calle a prestar ayuda y hasta que elaboraron una estrategia para hacer su aparición de tal forma que les fuera rentable electoralmente, antes no, que se mueran los aplastados, total que en este país ya somos muchos.
Es en este contexto como vemos que los ciudadanos reaccionamos de inmediato para ayudar a quien lo necesita, porque afortunadamente somos sensibles ante el dolor ajeno, porque a pesar de tanto que hemos sufrido, visto y padecido, de la delincuencia organizada en nuestra contra, de los políticos mentirosos y rapaces, de los funcionarios irresponsables, arrogantes y pendejos, eso nos ha fortalecido y dotado de un sentido de supervivencia que compartimos con la paisanada: o nos ayudamos entre nosotros o nos carga la madre, esa es la alternativa.
¿De qué estamos hechos? De la misma materia que el resto de la humanidad, solo que los mexicanos estamos blindados o vacunados de autoridades tan ruines como las que tenemos, de esos que hoy hacen apariciones en escenarios preparados donde se registró la tragedia para anunciar programas, para ofrecer créditos para vivienda (hay que reconstruir las zonas afectadas), con intereses de largo plazo muy blandos, para mostrar caras de preocupación obviamente simulada, estudiada y asesorada, para reconocer al Ejército y la Marina por sus valientes actuaciones, quedando bien con las fuerzas armadas, y en tiempos preelectorales para reconocer la gran participación de nuestros jóvenes mexicanos “que tanta ayuda prestaron físicamente y a través de las redes sociales para superar la contingencia, jóvenes ejemplares y dignos mexicanos”.
Lucrar con la tragedia no es solo mediante el reparto de despensas como lo hizo el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, no. También lo es usando el dolor ajeno para pararse el cuello lanzando reconocimientos sin ton ni son con el único fin de quedar bien.
¿Por qué en países desarrollados, ante una tragedia de estas, la gente no se ve participando? No es porque no quiera, no, es porque los encargados de dar auxilio ciudadano hacen acto de presencia de inmediato, la policía actúa al momento acordonando las áreas de peligro, los miembros de los grupos de rescate, los gobiernos; la gente reconoce el valor de sus servicios, les retribuye económicamente y permanecen en cuarteles especiales a la espera de una emergencia, en cambio, aquí nuestros valientes y solidarios topos son ciudadanos comunes que abandonan sus chambas para ir a prestar ayuda.
Total, los mexicanos somos así, seres humanos excepcionales por un instinto de supervivencia que hemos desarrollado obligadamente…


REFLEXIÓN

Con esta afirmación del gobernador hasta nos tronó la nuca. “Estoy seguro de que La Jornada, que continuamente dice mentiras, mañana publicará la verdad y dirá que el Gobierno del Estado de Veracruz ha transparentado estos bienes”. Esto es como el poema de Ramón de Campoamor: "Y es que en el mundo traidor nada es verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira" Escríbanos a [email protected] [email protected] www.formato7.com/columnistas

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