20 de Abril de 2024
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EL DRAMA ASIÁTICO (II)

22 Ene 2018 /

Ahora que el mundo camina hacia escenarios inciertos en algunos casos y con paso firme en otros, conviene recordar al destacado economista sueco, Premio Nobel de Economía junto con Friedrich Hayek en 1974; sociólogo y político, que se hizo famoso por su monumental obra escrita en tres tomos durante diez años, donde abordó la problemática de la pobreza de los países asiáticos en los años cincuenta y sesenta del siglo XX, refiriéndose principalmente a la India e Indonesia, donde el único caso de excepción era Japón, que emergería años más tarde después de la Segunda Guerra Mundial y después de los Estados Unidos de América, como la segunda potencia económica a nivel mundial.

Lo más destacado de su lúcida manera de pensar, fueron sus aplicaciones a los problemas económicos, sociales, demográficos e institucionales y a la economía del desarrollo. Recibió su primer grado en leyes y su doctorado en economía, rompiendo con las corrientes conservadoras económicas de la época, debidas principalmente a los traumáticos eventos de las dos grandes guerras mundiales; en este sentido, también se hizo famoso por escribir en 1944, un libro sobre el gran dilema entre la democracia americana y la discriminación y segregación racial negra en las escuelas de la época en Estados Unidos.

Como gran pensador, exploró diferentes alternativas al pensamiento económico, destacando su análisis histórico y las “diferencias” entre las distintas corrientes de economistas, a los que desde la perspectiva sociológica los catalogaba entre aquellos que manejaban los números y las cifras estadísticas para sustentar sus dichos “objetivos”, mientras que en el otro extremo hablaba de los que racionalizan la historia y los hechos sociales, para contextualizar y aplicar las teorías económicas, para poder explicar la realidad circundante.

Como ya lo anotamos anteriormente, Myrdal no aceptaba de buena manera que los sistemas democráticos de entonces fueran incapaces de producir sociedades más equitativas, por lo que se acercaban a sistemas cada vez más autoritarios; sin embargo, todo nos indica que esta forma de pensar seguirá cobrando vigencia aún en nuestros días. Por otra parte, sus análisis han servido como fuente de inspiración para entender el advenimiento del auge económico de los países asiáticos, donde las “fábricas de pobres” actuaron como la fuerza que sirvió de catalizador del auge económico de estos países, que seguimos observando, siguen progresando para bien de ellos.

Lo más importante que conviene destacar, es la importancia de estos pensadores que, como Gunnar Myrdal, han influido en las sendas por las que deben transitar los países en vías de desarrollo; que tienen recursos humanos en abundancia, pero con un gran problema de grandes masas de su población en extrema pobreza, como es el caso de México y algunas entidades federativas del sur-sureste.

Existen dos trayectorias que debemos seguir; por un lado, modernizar, revolucionar y activar las salidas al mar, que han sido la fuente inagotable para comerciar con el exterior en toda la historia de la humanidad. Nosotros la hemos descuidado por lo que debemos rescatar este principio. Japón, China, India y los así llamados “Tigres Asiáticos”, son nuestros grandes ejemplos a seguir, no equivoquemos el camino otra vez; el Drama Asiático, se ha convertido ahora en el Auge Asiático, aunque Myrdal no viva para observarlo.

Como segunda trayectoria, debemos utilizar nuestras debilidades volviéndolas fortalezas. Los millones de pobres, no son más que fuente de riqueza para México, como fuerza de trabajo disponible; no desaprovechemos nuestros recursos humanos, materiales y financieros. Es en el mar y los puertos donde también estará nuestro porvenir, en este primer cuarto de siglo.


Comentarios: [email protected] (* )Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.

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