23 de Noviembre de 2024
Cultural

La leyenda del callejón del Diamante en Xalapa

Ubicada en el centro de Xalapa; desde la Av Enríquez hasta Av Juárez, su nombre actual es primera de Antonio María de Rivera.
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Localizado en el centro de la ciudad de Xalapa y con el nombre oficial de "primera de Antonio María de Rivera" se encuentra un turístico callejón (mejor conocido como el callejón del diamante) con restaurantes, cafeterías, artesanos y tiendas muy concurridas.

| | 01 Oct 2022

Localizado en el centro de la ciudad de Xalapa y con el nombre oficial de "primera de Antonio María de Rivera" se encuentra un turístico callejón (mejor conocido como el callejón del diamante) con restaurantes, cafeterías, artesanos y tiendas muy concurridas.

Alrededor de este callejón se cuentan dos leyendas:

Primera leyenda

Se dice que hace muchos años había una joven hermosa que acostumbraba pasear por la callejuela hasta altas horas de la noche, llevando consigo un bellísimo y valioso diamante. En una de sus caminatas le fue robado, y desde ese día la muchacha desapareció. Tiempo después, los vecinos oían transitar a alguien, pero al asomarse no veían a nadie.

Algunas personas que pasaban a lo lejos, llegaban a distinguir la silueta de la mujer del diamante, pero cuando se acercaban al callejón, ésta se desvanecía. Dicen que era el alma de aquella joven que confiaba en que algún día encontraría a los ladrones, y que por ello vagaba durante la noche.

Segunda leyenda

En tiempos de la colonia, en una de las viejas casonas del lugar vivía una joven criolla de hermosura desconcertante, casada con un caballero español rico y distinguido. Él quería mucho a su esposa y cuando habían sido novios le obsequió una sortija con un diamante negro que según era mágico, ya que tenía el don de intensificar el amor del marido y de descubrir la infidelidad de la mujer.

El esposo tuvo un socio al que quiso como a un hermano, invitándolo siempre a su casa, para que convivieran los tres como una familia. Pero entre la dama y el atribulado amigo nació un sentimiento amoroso. Cierto día, ella aprovechó para ir a casa del amante y se quitó el anillo, el cual colocó en el buró, cerca de la cama. Cuando regresó el español, guiado por una fuerza extraña, lo primero que hizo fue visitar al amigo, a quién encontró en la alcoba durmiendo la siesta. Al entrar en la habitación lo primero que vio fue el diamante negro de su esposa en el buró. Lo tomó, salió rápidamente de ahí y se dirigió abatido a su hogar.

Al confirmar sus sospechas, enloquecido, desenvainó su puñal y lo clavó en el pecho de la mujer... arrojó sobre el cadáver de la esposa el anillo de diamante negro y desapareció para siempre. La gente que habitaba por ahí, en aquel entonces exclamaba: ¡Vamos a ver "el cadáver del diamante"! Después sólo decían: ¡Vamos al Callejón del Diamante!, que la tradición ha mantenido a través de varios siglos hasta nuestros tiempos.