16 de Junio de 2024
Nacional

Despojar a lacras que secuestraron el poder democrático


Foto: Blas A. Buendía .

*La Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, fustigó: “El gobierno fracasó en los ideales constitucionales” *Se extraviaron los presidentes y sus funcionarios en las épocas del neoliberalismo y la Cuarta Transformación, desviándose para favorecerse con la corrupción. Pobre Justicia. Pobre Nación

Blas A. Buendía . | Ciudad de México | 16 Ene 2024

Largos años de luchas políticas e ideológicas han transcurrido en nuestro México para pretender lograr en su vuelo y en su suelo la gobernanza más eficaz y más justa. Nuestra Patria no tuvo suerte ni con el neoliberalismo, ni con la Cuarta Transformación de la Nación, dando pie que lacras en el poder hayan surgido del fenómeno de la kakistocracia para establecer un estatus “jurídico” al muy estilo comunista que a nadie convence por su alta peligrosidad que representa en sí.


Lo anterior es cuantitativa y cualitativamente analizado, política y jurídicamente, por la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, aseverando que esas luchas fracasaron rotundamente en ambas ocasiones en los ideales de justicia y saneamiento de los sagrados recintos en donde se procura e imparte.


Sentencia: “Se extraviaron los presidentes y sus funcionarios en ambas épocas para lograrlo, esa desviación se debe a la corrupción que conducía el esfuerzo para combatirla. Pobre Justicia. Pobre Nación”, lamenta.


Sin embargo, para este prestigiado Ateneo, indica que en este año de elección presidencial, todavía no parece que ello vaya a mejorar, por lo que para la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., no observa que sean retomados los principios torales de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.


“Todos los abogados —precisa— percibimos con desconcierto la amenaza de nuevas injusticias y de nuevos retrocesos provocados por la próxima contienda electoral, por esa lucha en que realmente no existe interés alguno por mejorar la justicia, sólo se da el contexto de ambicionar el poder”.


Y fustiga: “Las injusticias y corrupciones del neoliberalismo y de la Cuarta Transformación de la República, han afirmado la voluntad de la abogacía independiente para obtener un cambio…


“Esas togas —añade— ahora son conscientes de la estrecha solidaridad que se requiere y que nos obliga a impedir que se siga envileciendo la justicia y pisoteando a nuestra Carta Magna, cualesquiera que sean los intereses de esos políticos en dichas contiendas para obtener el sitial de presidente de los Estados Unidos Mexicanos. La abogacía independiente de la Nación, exhorta a esos postulantes que sobrepongan a sus intereses, los intereses e ideales de nuestro Pacto Federal”.


Alerta que en todo el territorio nacional existe una inquietud para obtener seguridad y justicia, “ello es una prueba de las antepuestas afirmaciones”, anunciando que la próxima lucha electoral despierta en toda la República el anhelo de justicia y respeto a nuestras leyes, habiendo un solo camino: con el voto popular, es necesario restaurar a la República, hoy en manos de criminales.


“Nunca, como ahora, se requiere un cambio de actitud política que interese a la mayoría a una conducción para mejorar la legalidad y fortalecer nuestro Estado de Derecho”, puntualiza.


Y precisa: “Por profunda que sea la confronta para elegir a nuestro próximo gobierno, por muy divididos que nos encontremos unos de otros, debemos de tomar en cuenta los principios torales de nuestra Ley de Leyes para obtener ese cambio y mejorar esos tópicos, incluso, despojarse de esa mascarada que se llama: crispación”.


“¡Es cuánto!”, señala la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, que preside el destacado abogado penalista Alberto Woolrich Ortiz.


 


Las lacras


En redes sociales que forman parte para la construcción de la Inteligencia Artificial (IA) revela la existencia de las lacras entre la sociedad no solo de México, sino de todo el planeta.


Para nadie es desconocido que el sistema político mexicano está lleno de lacras; hombres y mujeres arribistas cuyo único propósito es llegar, llegar lo más alto que puedan y sin importar el cómo. La mayoría no posee estudios (Léase el término dela kakistocracia), pero de hacerse necesario, pueden comprarse grados, como ha ocurrido en estos tiempos en que los tramposos se hacen “impolutos”.


Por eso no extraña la reciente coincidencia de que algunas de esas lacras obtuvieran en conjunto un grado académico, como si los grados se sirvieran en buffet, o les hicieran un descuento si los compran en paquete. Claro, si el doctor Fidel lo hizo, por qué ellos no habrían de hacerlo.


Uno de los problemas de las lacras es que se sienten indispensables. Cuando el gobernador está en funciones se le acercan y le hablan bonito al oído para convencerlo y así obtener el puesto deseado. Y de ahí con intrigas palaciegas van escalando puestos hasta llegar a una subsecretaría o Secretaría; bueno, algunas de esas lacras hasta aspiran llegar a gobernadores, o convertirse en “Doctores Honoris Causa”.


Otro problema de las lacras es que cuando los mandan a la banca se la pasan buscando al amigo que todavía está encumbrado para que les consiga una aviaduría. No se conforman con menos de 50 mil pesos mensuales, y por favor, que se los depositen a la tarjeta; no se les ocurra que ellos vayan a hacer fila para cobrar su chequecito.


Muchas de esas lacras, las que actualmente están en la banca, las que conocieron las mieles del poder, las que estuvieron donde hay y se llenaron a manos llenas los bolsillos, andan muy activos buscando a los aspirantes a la gubernatura del estado. Como parte de su supervivencia se la pasan buscando al “bueno” para ponerse a sus órdenes, para ofrecerles sus oficios, sus habilidades, sus mañas y hasta sus iniquidades.


Esas lacras no tienen empacho en andar pregonando que forman parte de la campaña del aspirante y que ya coordinan la zona sur, centro o norte del estado, como ha ocurrido con la llamada “Cuarta Transformación”, que para muchos, se trata de la Cuarta Deformación.


Acuden a sus sicarios de la información para que estos publiquen sobre la confianza que les tiene el suspirante, sobre su capacidad de convocatoria y la gran simpatía que tienen con la gente. Se toman la foto con el “bueno” y la suben a su muro de Facebook o la twittean presumiendo con ello la cercanía que tienen con quien habrá de ser el próximo gobernador.


Son tan lacras que fantasean haber tenido reuniones con los que aspiran y hasta se inventan cargos y responsabilidades. El problema es que las personas comunes se lo toman en serio y entonces imaginan que el candidato “x”, al que le habrán de dar su voto de confianza, se está rodeando de lacras políticas, esas que en parte son responsables por las condiciones que se viven en el estado.


El problema se agrava cuando el que aspira a ser gobernador no se deslinda públicamente de esas lacras y los deja depredar, engañar a los incautos y lo peor de todo, deja que envilezcan su persona. Porque nada bueno le pueden aportar, porque la sociedad ya está harta de los mismos, de aquellos que en algún momento fueron cómplices de la “fidelidad”, avales de un régimen desastroso, conduciendo a la República, por el sendero de la impunidad, impulsado por el narco crimen organizado.


 


Clasificaciones del poder


Según los psicólogos sociales John R. French y Bertram Raven, en 1959, el poder puede clasificarse de acuerdo a seis “formas” distintas, que son:


El poder coercitivo. Aquel que emplea una amenaza o la intimidación para lograr que el otro acate una autoridad. Esto puede incluir medios físicos, sociales, emocionales o económicos, y la coacción no necesariamente debe ser evidente, ni debe estar al tanto de ella quien es sometido al poder.


El poder de recompensa. Aquel que por el contrario ofrece un premio o una remuneración a quien acate sus designios. Dichas recompensas pueden ser tangibles o intangibles, y positivas (premios) o negativas (castigos).


El poder legítimo. Aquel que emanan las instituciones, o sea, que proviene de un puesto de autoridad elegido o designado conforme a la ley, y no usurpado mediante la fuerza. Es un poder formal, que ocupa un peldaño en la jerarquía de la sociedad.


El poder de referencia. También conocido como influencia, es un tipo de poder que depende de las afiliaciones o los grupos a los que pertenecemos, y se accede a él de manera indirecta, o sea, por cercanía respecto de un poder de otro tipo. Es el caso, por ejemplo, de quienes son amigos o cercanos a un político poderoso, pudiendo influir en sus decisiones u obtener trato preferencial del Estado.


El poder experto. Aquel que construye una autoridad basada en el conocimiento acumulado, en los saberes especializados o profesionales, o en los talentos y capacidades especiales. Se manifiesta mediante las credenciales, la reputación y otras formas de dejar en evidencia la experiencia.


El poder informativo. Aquel que se desprende del control o del manejo que un actor social tiene sobre la información que el público consume, es decir, el poder de manipular o administrar la información y con ella la opinión pública. Sin embargo, no sólo lo poseen los medios de comunicación, sino también las personas: los padres, por ejemplo, poseen este tipo de poder sobre sus hijos.


Poder político. Es, dicho en términos fáciles, el poder que la polis, o sea, el poder que el pueblo delega en el Estado para que tome en su nombre las decisiones más difíciles respecto a la conducción de la sociedad. Es el poder que las instituciones públicas administran, es decir, el poder público. Como tal, se organiza en tres poderes diferentes e independientes, según la tradición republicana: El Poder Ejecutivo, El Poder Legislativo y El Poder Judicial, para cerrar esa pinza de oro para controlar a una sociedad que desde siempre se ha visto agraviada.


 


La Polinesia Kakistocrática


Una Polinesia Kakistocrática con ramificaciones degradantes como la Oclocracia, la Anocracia, la Anaciclosis y la Mobocracia, que establecen claramente una Republiqueta bananera autocrática


La Polinesia. Es una gran agrupación de…


La Oclocracia. Es un Gobierno de la multitud o la muchedumbre. Es un término despectivo que se refiere a la degeneración de la democracia por la demagogia, la tiranía de la mayoría y la regla de la pasión sobre la razón. También se usa como sinónimo de Mobocracia, que es una etimología coloquial más reciente…


Mobocracia. La mobocracia es un sistema de gobierno en el cual las decisiones son tomadas por la masa o por una parte de ella, sin respetar las normas democráticas. En este sistema, se desprecia la opinión de las minorías y no hay equilibrio de poder, lo que puede deponer a circunstancias deplorables que atentan a los derechos humanos…


Anocracia. Es un sistema de gobierno que incluye características de inestabilidad política, ineficacia y una “mezcla incoherente de rasgos y prácticas autoritarias, bajo la disimulación democrática”. Estos regímenes son particularmente susceptibles al estallido de un conflicto armado y a repentinos cambios de liderazgo.


A pesar de su uso relativamente popular, la Anocracia no tiene una definición precisa. A veces se define vagamente como parte democracia y parte dictadura.


Otra definición clasifica la Anocracia como “un régimen que permite algunos medios de participación a través de la oposición grupal pero cuyos mecanismos para la corrección de injusticias están poco desarrollados”.


Algunos investigadores distinguen las Anocracias de las Autocracias y las democracias por su menor capacidad para mantener la autoridad, la dinámica política y las agendas políticas.


Autocracia. Contiene una dosis de monarquía hereditaria…


Anaciclosis. Es una teoría que describe una sucesión cíclica de regímenes políticos. Es conocida principalmente por la obra de Polibio. La teoría se basa en la idea de que todo régimen político tiende a degenerarse…


República Bananera. La expresión peyorativa “república bananera” se utiliza para describir un país que es considerado políticamente inestable, empobrecido, atrasado y corrupto, cuya economía depende de unos pocos productos de escaso valor agregado (simbolizados por las bananas), gobernado por un dictador legitimado de manera fraudulenta o una junta militar, sometido a la hegemonía de una empresa extranjera, bien sea mediante sobornos a los gobernantes o mediante el ejercicio del poder financiero para acallar las voces disidentes de los medios de comunicación... Es la realidad que vive México.


Republiqueta Bananera. Se suele usar también la expresión “republiqueta bananera” (que no se debe confundir con el término histórico “republiqueta”)…


En la historiografía de Bolivia y Argentina, se denomina republiqueta a los grupos de rebeldes patriotas, también llamados guerrilleros (o montoneras) organizados entre 1811 y 1825 en el territorio jurisdiccional de la Real Audiencia de Charcas (Alto Perú, actual Bolivia).


Tras la conformación de la República del Perú, entre 1821 a 1836, un grupo de indígenas conformaron la República de Iquicha —lo que motivó el término despectivo de Republiqueta de Iquicha—, quienes se mantuvieron leales al Virreinato del Perú y al Rey de España, hasta que se unieron al proyecto de la Confederación Perú-Boliviana, para la cual terminaron combatiendo por su conformación, así también luchando en contra del Ejército Restaurador hasta 1839. Actualmente se denomina republiqueta a un territorio precariamente organizado, frecuentemente sometido a regímenes y con un grado vago de institucionalidad; en tal sentido la palabra "republiqueta" es despectiva y se suele aplicar a los países de Centroamérica y del Caribe —especialmente las Antillas— (tratados de "republiquetas bananeras").


En síntesis, México es acechado por fuerzas comunistas.


 


 


 


Reportero Free Lance *


Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021


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