19 de Mayo de 2024
Nacional

4T, vulgarización mediática de un gobierno fallido


Foto: Blas A. Buendía .

*Está más preocupado por proteger a los barones del narcotráfico —hoy terroristas en serie pues traen asolada a toda la república— que preocuparse por defender la integridad social *La confusión derivada del púlpito mañanero de Palacio Nacional, concede a un solo beneficiario el poder de la impunidad, ese beneficiario es el poder tras el poder, el poder de la narco-política que manipula no solo al Ejecutivo federal, sino a la Fiscalía General de la República, haciendo decaer el prestigio de México ante la globalización *El Ghetto de la Cleptocracia de AMLO y su banda de delincuentes pertenecientes a la 4T, célula del Crimen Organizado

Blas A. Buendía . | Ciudad de México | 10 Abr 2024

Sin el afán de “molestar” a quienes tienen el poder en sus manos pero que sin embargo, en la curva del sexenio del Obradorato ha dejado mucho qué desear tanto a nivel nacional como internacional, el supuesto eslogan de la Cuarta Transformación (4t) fue un modelo de vulgarización mediático que lo caracterizó como el de un gobierno fallido, puntualmente al de una república bananera, emanada del fenómeno de la kakistocracia.


Si bien la expresión peyorativa “kakistocracia”, es un término utilizado en análisis y crítica política para designar a un gobierno por los más ineptos, los más incompetentes, los menos calificados y los más cínicos, porque en política “todos roban”, lamentablemente se transforma en una “república bananera”, que describe  a un conglomerado llámese “país”, políticamente es considerado como un territorio inestable, empobrecido, atrasado y corrupto.


En el país bananero —particularmente México, cuya cabeza es el calificado fratricida de Macuspana, Andrés Manuel López Obrador—, por lo general no respeta ni leyes, ni las reglas, considerándose una virtud desvalorizada y nada confiable sin tenerle amor a la nación. 


Por lo general, el país bananero tiene una economía que depende de unos pocos productos de escaso valor agregado (simbolizados por las bananas), y es gobernado por un dictador legitimado de manera fraudulenta o una junta militar, o es sometido a la hegemonía de ideologías extranjera como el comunismo, campeando las extorsiones “institucionales” a través de sobornos a los gobernantes o mediante el ejercicio del poder financiero.


Por medio de esta serie de observaciones para un presuntamente “gobierno fáctico” y/o “circo mediático que no es gobierno, sino una caterva de indomables payasos”, la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, al hacer un análisis bajo el tema “El poder político y sus opiniones”, destaca que en esta Cuarta Transformación de la Nación, para infortunio de nuestro México, se ha potencializado lo que bien podría denominarse ‘la vulgarización de las actuaciones políticas y de los conceptos vertidos a través de la tribuna mañanera de Andrés Manuel López Obrador y, su posterior utilización mediática según el interés de sus ocurrencias’”.


En efecto, inmediatamente de producirse las ingeniosidades presidenciales, se hace no una valoración objetiva del hecho, sino un mandato pronto a ser obedecido por sus adeptos, pero esa evaluación no se efectúa en sede jurídica, sino en sede de complicidad, debido a que la responsabilidad jurídica opera en un sentido diferente a los hechos políticos que son difundidos en esa tarima para proteger a la narco-delincuencia.


Sin embargo, estos eventos de confusión intencionada generan que los temas de justicia se conviertan en el centro del debate presidencial, consiguiendo con ello la politización de la justicia (no la judicialización de la narco-política) y que se hable y opine de ello con la frivolidad propia de carpas arrabaleras. Es como advertir que el Ejecutivo federal se encarga de tirar línea política para que sus adversarios, como lelos, caigan en sus redes de múltiples engaños.


El Poder Ejecutivo y sus aplaudidores en esas tribunas, confunden términos y conceptos, hablan y opinan de lo que no saben; sus palabras netamente partidistas se convierten en contiendas y luchas intestinas interminables para que, algún día salga a relucir la verdad presentada a la opinión pública, sin que ninguna de sus decisiones presidenciales sea capaz de conducir al único y verdadero narco-político a la cárcel, porque no le interesa a Andrés Manuel López Obrador que ello así se efectúe. Es por eso que México está mayormente cansado de tanta ilusión.


De esta forma, la confusión derivada del púlpito mañanero de Palacio Nacional, concede a un solo beneficiario el poder de la impunidad; ese beneficiario es el poder tras el poder, el poder de la narco-política que manipula no solo al Ejecutivo federal, sino a la Fiscalía General de la República, haciendo decaer el prestigio de México ante la globalización.


“Esa forma de gobernar del Primer Magistrado de la Nación, al sólo opinar de temas que él dice conocer (glup), favorece de manera sistemática al narco-político creador de alianzas con la delincuencia y consecuentemente a enturbiar la justicia, ya que al crear ese desconcierto con sus insidias y malas intenciones, sólo evita la investigación que México requiere”, afirma el penalista Alberto Woolrich Ortiz.


En ese y con ese juego peligroso de la insidia política —alerta el jurisconsulto— la justicia se encuentra perdiendo y, al final el delincuente del poder narco político saldrá impune. México vive obligado a hacer fracasar estrepitosamente la impunidad, de lo contrario, Andrés Manuel López Obrador se convertiría en cómplice y la historia así lo juzgará.


“¡Es cuánto!”, puntualizó la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México,  A.C., presidida por el abogado Alberto Woolrich Ortiz.


 


Fracaso tras fracaso


La 4T, en conclusión, es el vivo reflejo de un Estado fracasado que muchos califican como el retroceso, la decepción, el colapso, la simulación y el engaño, con la marca histórica que López Obrador no fue lo que millones esperaban de él, sino que fue otro bribón y cómplice del hartazgo que la misma izquierda le reclamaba al PRIAN, el rechazo a la corrupción y la expectativa de un cambio, el cual lo tuvo en “las tenazas de sus manos”, pero su sexenio defendió más al narcotráfico que a la sociedad.


De plano, la 4T también se trasmutó en una completa degradación gubernamental, que para el tristemente célebre líder de la “Transformación de Cuarta”, jamás respetó la Constitución que juró hacerlo con vehemencia republicana; nunca mostró sus dotes de ser un “jurista” que respetara las leyes; en él, ni por equivocación, existió un grado de dignidad, de congruencia, de decencia, de diplomacia, y mucho menos —se reitera—, amor por México.


Hablar de López Obrador es hacer énfasis del fracaso, de seis años perdidos, un sexenio donde campeó la narco-violencia, la crispación de la sociedad, que tan solo en la plataforma del Corruptómetro, registró más de 600 casos desde octubre de 2022, de los cuales 53% son de MORENA; 32% del PRI; 11% del PAN y 2% del PRD.


La principal fuente de corrupción ha existido en los sectores de Seguridad, Salud y el Campo, entre otros, traduciéndose en El Ghetto de la Cleptocracia de AMLO y su banda de delincuentes pertenecientes a la 4T, célula del Crimen Organizado.


 


 


 


Reportero Free Lance*


Premio México de Periodismo Ricardo FloresMagón-2021


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