01 de Mayo de 2024
Por:

TRION, LA NUEVA ERA (II)

13 Mar 2017 /

Cuando todo parecía que Pemex iba a ser una empresa del pasado, de pronto comienza a cobrar relevancia de nueva cuenta para la economía de México, de tal suerte que en los últimos días se han anunciado diversas inversiones en el sector petrolero, que nos hacen pensar que el sector energético, junto con el sector automotriz, el espacial, la petroquímica, la informática, las telecomunicaciones, la biotecnología, la nanotecnología, la agricultura, el comercio internacional y muchos otros sectores importantes de la economía mexicana, habrán de representar un nuevo capítulo muy importnte en el desarrollo del país. Todo ello, dentro del marco de las reformas estructurales que fueron aprobadas para apuntalar los diversos sectores de nuestra economía.

De las nuevas inversiones que se han mencionando en la última semana, son dignas de mencionar dos de ellas, que son inversiones directas en nuestro territorio, que conjuntamente con otras inversiones de extranjeros en el Golfo de México, al interaccionar con la industria petrolera y eléctrica de nuestro país, contribuyen indirecta y adicionalmente en la atracción de capitales extranjeros, para la economía mexicana. Esto es así, porque el nuevo modelo de desarrollo del sector energético, ahora acepta asociaciones donde se permite la participación privada, que la normatividad de antes no lo aceptaba.

Así tenemos en primer lugar, la reciente asociación entre la empresa mexicana Pemex y la australiana BHP Billiton, en el primer farmout(contrato de asociación), del Campo Trión; además, existen otros contratos de la empresa mexicana con la estadounidense Chevron y la japonesa Inpex, que en este proceso podrán significar en conjunto arriba de los veinte mil millones de dólares, mientras que a futuro pueden estimarse en decenas de miles de millones de dólares en inversiones, más los beneficios adicionales a la economía mexicana. De esta manera, si consideramos las inversiones en el sector eléctrico y el sector petrolero conjuntamente, podemos ya considerar compromisos para el sector energético, del orden de los setenta mil millones de dólares.

En segundo lugar, los efectos colaterales de la reforma en materia energética de México, permiten considerar inversiones de alto impacto en diferentes sectores de la economía mexicana, por ejemplo en la distribución y comercialización del gas natural y las gasolinas; en este sentido, la empresa petrolera británica British Petróleum (BP), acaba de anunciar la apertura de mil 500 estaciones de gasolina en los próximos cinco años, inaugurando la primera en Ciudad Satélite en el estado de México, pretendiendo establecerlas principalmente en el cinturón central del país. Esta inversiones pueden inicialmente establecerse en el rango de los tres o cuatro mil millones de dólares.

Si a estas inversiones, que son el inicio de un cúmulo que vendrán posteriormente, le sumamos las inversiones en telecomunicaciones y las relativas al sector eléctrico, más las que vendrán correlacionadas a otras inversiones en formas diversas como las energías limpias, el futuro de México es altamente promisorio, ya que por ejemplo, tan solo en el sector manufacturero automotriz el futuro es muy promisorio para este sector; no obstante, en este sector existen formas casi inexploradas en áreas de índole todavía más sofisticada como por ejemplo el sector espacial en el que comenzamos a destacar, ya no se digan otros sectores como el médico o el petroquímico, que comienzan ya a despuntar, para el beneficio de todos los mexicanos.

El colmo de Donald Trump es que la mano de obra de los inmigrantes que ahora repele, no se da cuenta que es en términos generales mano de obra calificada y preparada para nosotros, que las nuevas generaciones de “dreamers” son generaciones ya intelectualmente mejor preparadas que las anteriores, que a quien más van a favorecer es a México, por lo que bienvenidos de nueva cuenta hermanos mexicanos. Todo esto es lo que le espera a un país que está en vías de sufrir un drástico impulso en los siguientes años, por eso no es de extrañar que nos seguirán visitando los extranjeros para invertir en nuestro país, siempre y cuando desterremos las prácticas corruptas y la violencia que nos aquejan desde antaño.

En el caso de Veracruz, una vez que se decidan los legisladores de oposición al presente gobierno, aprobar la ya famosa reestructuración, podemos estar ciertos que nos esperará un futuro mucho más promisorio. Si tan solo entendieran que están perjudicando a los veracruzanos y que si la masa crítica de deudores, que no ha sido liquidada y continúa sin cobrar lo que ya trabajó, lo único que lograrán es perjudicar todavía más la economía veracruzana, pues no se entiende que esos recursos que son necesarios para mantener una demanda efectiva de los bienes y servicios que producen los mismos veracruzanos, son parte biunívoca del consumo popular.

Dentro de poco, sabiendo manejar profesionalmente los beneficios de las reformas estructurales y las grandes inversiones que pronto estarán llegando, para el beneficio de las mayorías y no de unos cuantos, Veracruz está llamado a posicionarse dentro de los tres primeros lugares de las entidades federativas mexicanas. Tómese por ejemplo, de que solo con el turismo y con nuestra riqueza arqueológica, pueblos mágicos, tradiciones, gastronomía y con nuestros vastos recursos humanos y naturales, resulta impensable que no logremos hacer de esta entidad federativa, un ejemplo para México y el mundo.

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(*)Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.

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