09 de Mayo de 2024
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Colegiados comprometios con el saber y la educación: Jaime Urrutia Fucugauchi


Foto: El Colegio Nacional .

*El VIII Encuentro Libertad por el Saber rindió homenaje a los visionarios Mario Molina, Jesús Romo, Julián Adem y Ezequiel Ordóñez, quienes transformaron la química, las geociencias, los modelos de clima y cambio climático

Ángel Rafael Martínez Alarcón . | Chinampa de Gorostiza, Veracruz | 21 Oct 2023

“El doctor Jesús Romo fue el primer químico miembro de El Colegio Nacional, que colaboró con la empresa que trabajó en el desarrollo de la píldora anticonceptiva. Fundó y coordinó hasta su muerte la Revista Latinoamericana de Química, en la que dio visibilidad a químicos de estas regiones del continente y de México”, expuso el colegiado Eusebio Juaristi, al coordinar y participar en la conferencia El Colegio Nacional y la química, las geociencias y el cambio climático. 


El químico mexicano recordó que Romo participó en el proyecto de creación del Centro de Investigaciones Químicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, en 1996, una institución con 27 años de historia. “Es uno de los más recientes, está posicionado como uno de los centros de química de gran relevancia en el área y actualmente cuenta con 32 investigadores, de los cuales el 96.4% pertenece al Sistema Nacional de Investigadores. Aquí también se encuentra el Laboratorio Nacional de Estructura de Macromoléculas”.  


Juaristi se refirió a la Red Latinoamericana de Química, creada en 1995 con un apoyo inicial de la Organización de los Estados Americanos y sostenida por la Academia Mexicana de Ciencias, que tiene su sede en el Departamento de Química del Cinvestav. Entre sus objetivos se incluyen el ofrecer cursos tutoriales, anunciar o promover eventos desarrollados en Latinoamérica, generar enlaces para becas y apoyos, anunciar bolsas de trabajo y tener un directorio de químicos. “Desafortunadamente, en este momento, la red está en pausa debido a la reducción de los recursos otorgados por el CONAHCYT a la Academia, y este fue uno de los programas que quedó temporalmente suspendido”, enfatizó el colegiado.  


En su participación, el colegiado Jaime Urrutia Fucugauchi, aseguró que “los miembros de El Colegio Nacional, además de su labor en la educación, en la investigación y en las artes, han sabido interactuar con una gran cantidad de personas, lo que ha enriquecido a la dependencia. No es un trabajo individual el que hacemos, está encaminado a contribuir de la manera más generosa. El saber y la educación son los puntos centrales para el desarrollo de una nación, todos los colegiados y colaboradores se han enfocado en esta labor educativa y de difusión”.  


Por su parte, la investigadora Telma Castro recordó las contribuciones de los colegiados Julián Adem y Mario Molina en el avance de las ciencias atmosféricas, así como su liderazgo en el entendimiento de problemas atmosféricos locales, regionales y globales, y sus aportaciones en beneficio de la humanidad. Julián Adem nació en Tuxpan, Veracruz, en 1924, cursó la carrera de ingeniero civil y matemáticas en la UNAM. En 1956 propuso dos líneas de investigación en el Instituto de Geofísica de la UNAM: la trayectoria de los ciclones y dar una explicación física al campo de la temperatura observado en la atmósfera. 


Ese mismo año empezó a desarrollar una teoría para explicar la temperatura atmosférica zonalmente promediada. En 1962 publicó su teoría “Sobre la circulación general de la atmósfera”, la cual predice la posición y la fuerza de la corriente de chorro en la atmósfera media. Con una versión mejorada de su modelo, se estableció, por primera vez, un modelo físico matemático para la predicción de la temperatura troposférica. “Desde entonces ya veía con preocupación el fenómeno del cambio climático”.  


Subrayó que su labor no se quedó sólo en el ámbito científico, perteneció a una generación que trajo a México una disciplina nueva de investigación y tuvo que darse a la tarea de crear infraestructura para a seguir adelante. “Tuvo influencia directa en la creación de la Unión de Geofísica Mexicana, la licenciatura en Ciencias Atmosféricas de la Universidad Veracruzana y el Centro de Ciencias de la Atmósfera, el cual inició en 1977 y, en poco tiempo, se colocó como el más importantes del país en la materia. En 2021 el centro pasó a ser el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, una idea que Adem siempre tuvo presente”.  


Al referirse a Mario Molina, Castró expuso que el químico mexicano nació en la Ciudad de México en 1943, egresado de la UNAM, a mediados de los 70 realizó, con otros colaboradores, una importante investigación científica al identificar el adelgazamiento de la capa de ozono en la estratosfera, debido a la emisión de los gases clorofluorocarburos, trabajo publicado en la revista Nature, que lo hizo acreedor al Premio Nobel en Química en 1995. “Estos resultados constituyeron la base científica del Protocolo de Montreal, firmado en septiembre de1987 por 190 países”.   


Mario Molina también conformó un comité científico integrado por expertos internacionales en química atmosférica que, durante tres años, preparó el experimento llamado Campaña milagro, en 2006, en el que colaboraron alrededor de 350 investigadores de Estados Unidos, Europa y México dedicados al estudio de la atmósfera de la Tierra, de los cuales 80 fueron mexicanos. 


“El objetivo principal fue entender la evolución, transporte y alcance de la llamada pluma urbana formado por gasees y aerosoles que se emiten en una mega ciudad. Este proyecto permitió la articulación de un grupo de científicos mexicanos que favorecieron el desarrollo de nuevas líneas de investigación en México. Vinculó el conocimiento científico con las políticas públicas y fundó el centro que lleva su nombre”, subrayó la investigadora.  


El matemático Alejandro Adem, hijo de Julián Adem y sobrino de José Adem, sostuvo que Julián Adem era una persona muy generosa, su historia no sólo estaba relacionada con las instituciones científicas de México, sino con el progreso de nación. “Era un ingeniero con mucho interés en las matemáticas, pasaba de las matemáticas abstractas a cuestiones muy prácticas. ¿Cómo lo clasificamos? Como matemático, como físico, geofísico, climatólogo, un científico multidisciplinario que trabajaba a nivel internacional, forjo la ciencia en México”.  


La sesión El Colegio Nacional y la química, las geociencias y el cambio climático, coordinada por los colegiados Eusebio Juaristi y Jaime Urrutia Fucugauchi, se encuentra disponible en el Canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx.