23 de Septiembre de 2024
Finanzas

Obama calla a las calificadoras

"Vivimos en una economía global en la que todo está interconectado, y eso significa que cuando tenemos problemas en Europa, y en España, en Italia y en Grecia; esos problemas acaban llegando a nuestras costas", expresó Obama.
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*Extiende política monetaria hasta 2013 y logra frenar ocho jornadas de caídas en Bolsas *El problema no es perder la calificación AAA, sino crecer al 4%, crear empleo y bajar déficit, dice la Fed

Agencias . | | 10 Ago 2011

La decisión que tomó la Reserva Federal de Estados Unidos para mantener los tipos de interés “extremadamente bajos”, al menos hasta 2013, a causa de la debilidad de la recuperación económica y el riesgo de una nueva recesión, provocó un impulso en la Bolsa de Nueva York, lo cual se reflejó en una mejora en las bolsas europeas.

El presidente Barack Obama subrayó ayer que los problemas económicos que ha vivido en los últimos meses el sur de Europa, y España en particular, se enmarcan en un mercado global del que su país también forma parte.

"Vivimos en una economía global en la que todo está interconectado, y eso significa que cuando tenemos problemas en Europa, y en España, en Italia y en Grecia; esos problemas acaban llegando a nuestras costas", expresó Obama.

El mandatario mencionó a España horas después de hablar por teléfono con el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, con quien acordó coordinarse para promover la estabilidad.

Las palabras de Obama también sucedían al desplome del lunes en Wall Street, en reacción a la rebaja de la deuda de Estados Unidos por parte de la agencia Standard & Poor’s (S&P), y al temor a una nueva recesión, que se contagió a las bolsas europeas. La volatilidad es extrema, pero decisiones como la del Banco Central Europeo (BCE) de comprar deuda de España e Italia y el anuncio de su presidente, Jean-Claude Trichet, de que seguirá haciéndolo.

En una entrevista concedida a la radio francesa Europe 1 Trichet declaró que el mundo se enfrenta a “la crisis más difícil desde la Segunda Guerra Mundial” y defendió la compra de bonos de deuda de Italia y España. El BCE aún no ha proporcionado ningún detalle sobre el volumen y tipo de compra, anunciadas el domingo, pero provocó gran cantidad de críticas en la esfera política alemana que rechazaba la propuesta.

Trichet dejará el cargo el próximo 31 de octubre, momento en el que el italiano Mario Draghi lo relevará. Sin embargo, cada vez son más las voces que consideran que la eurozona podría perder algo más que al presidente.

La dudosa capacidad de los políticos europeos para gestionar la crisis actual ha provocado que los consejos lanzados por Trichet sean cada vez más escuchados. No es de extrañar que algunos lo llamen ya “el presidente de Europa”.

En medio de la falta de acuerdo de los políticos europeos, la institución monetaria consiguió ganar margen de tiempo, con decisiones como la flexibilización de las garantías que acepta en las subastas para que la banca de Grecia, Portugal e Irlanda pudieran financiarse. También puso en riesgo su propio balance, al anunciar la intervención en los mercados. El presidente del Eurobanco insistió en que los gobiernos de España e Italia deben apresurarse a "hacer su trabajo" y aplicar las medidas de austeridad anunciadas recientemente por ambos ejecutivos.


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Errores en la gestión de la crisis

Jean Claude Trichet, presidente del BCE, también tiene detractores por diversas actuaciones que pusieron en juego su credibilidad. Uno de los señalamientos es la subida de tipos de interés que acordó la institución en julio de 2008, dos meses antes de la quiebra de Lehman, que obligó a los bancos centrales de todo el mundo a rebajar de forma agresiva el precio del dinero hasta mínimos históricos.

La otra es del pasado jueves, cuando en la rueda de prensa dejó entrever que estaba interviniendo en los mercados de deuda y generó unas expectativas que finalmente defraudaron a los mercados. Pero hay más casos. En abril de 2010, anunció que aceptaría deuda griega en las subastas sin tener en cuenta su rating, cuando había insistido que no tomaría medidas en favor de un país concreto. Y, en mayo de ese año, anunció el inicio del programa de compra de deuda pública, tres días después de haberlo negado.