27 de Abril de 2024
Es mi pienso
Por: Jesús J. Castañeda Nevárez

Quién vive?? “Lí tú plimelo”

11 Abr 2022 / *El sentido de su voto no es relevante, pues ese ejercicio disfrazado de democrático no tendrá ningún valor, no sólo por no alcanzar los 38 millones de votos para ser vinculatorio, sino por la cantidad exagerada de violaciones a la ley que mancharon la credibilidad del proceso

Se cuenta que en los tiempos de la revolución mexicana, en la zona de Torreón, Coahuila, habitaban muchos ciudadanos chinos, los cuales eran víctimas del desahogo de la tensión de los revolucionarios que buscaban identificar adeptos o contrarios poniendo el rifle en la cara de los chinos y exigiéndoles responder “quién vive???”, si la respuesta era “viva Villa” y eran villistas, salvaban el pellejo, pero si decían otra cosa, eran muertos.

Al haber villistas, carrancistas, zapatistas, además de los afines a Díaz o Madero, los chinitos no sabían que contestar, si Villa o Carranza, así que tímidamente preguntaban: “li tu plimelo”. El rudo revolucionario gritaba “viva Villa” y el chinito repetía “viva Villa”. Y si el revolucionario decía “viva Carranza” pues esa era la respuesta y a seguir viviendo.

Actualmente se vive algo muy parecido, pues éste domingo de ramos mucha gente inició su viacrucis pero no con rumbo a la Iglesia, sino a la casilla electoral para participar en la encuesta de revocación, llevando un rifle sobre su cabeza y una voz a sus espaldas que le recuerda su pensión de 65+, su beca de ninis, sembrando vida, etc., o simplemente advirtiéndole sobre la pérdida de la fuente laboral.

Así que prácticamente en este desfile estuvieron revueltos chairos y fifís, ricos y pobres, jóvenes y viejos, adoradores de amlo y también sus enemigos, que acudieron a votar sólo para no perder la chamba o no perder la beca. El sentido de su voto no es relevante, pues ese ejercicio disfrazado de democrático no tendrá ningún valor, no sólo por no alcanzar los 38 millones de votos para ser vinculatorio, sino por la cantidad exagerada de violaciones a la ley que mancharon la credibilidad del proceso.

Y los miles de millones gastados, son el costo que pagamos los mexicanos por un capricho absurdo.

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