26 de Abril de 2024
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PODER VIVIR SIN TLCAN

20 Ago 2017 / *De esta suerte, se podrán proteger sus fronteras económicas, pero al final del camino, el presidente Trump, se encontrará por más que le quiera dar vueltas al asunto, que el problema de los déficits comerciales con México, Canadá, China y otros países, se debe a una falta de competitividad de su planta productiva, más que a errores o abusos en sus relaciones comerciales, con los países aludidos

Mucho se ha especulado sobre la posibilidad de que Donald J. Trump, presidente de los Estados Unidos de América, a través de su grupo de renegociadores del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés), con sus contrapartes de México y Canadá, utilicen cualquier pretexto para terminar con este acuerdo comercial tripartito, de tal manera que se convierta en acuerdos bilaterales con este país, que tendríamos de ahora en adelante. Esto perjudicaría al inicio enormemente la planta productiva de México y la estadounidense, aunque después vendría un equilibrio, escenario que se produciría por la visión equivocada del presidente del país del norte, de que somos los mexicanos los que hemos abusado de su país, lo cual es inexacto por muchas razones.

En primer lugar, en los Estados Unidos de América cuando entró en vigor el TLCAN en 1994, nunca pensaron que México llegase a ser tan competitivo en las manufacturas, el turismo, la agricultura, el comercio y otros sectores, como resulta que lo es el día de hoy; en segundo lugar, nunca pensaron que los países asiáticos, se volverían tan competitivos y con una gran capacidad de producción como China y Japón y que, en pocos años, con el tiempo serían grandes competidores de los norteamericanos a nivel mundial.

En tercer lugar, nunca advirtieron que otros países, los así llamados emergentes, también pasarían a formar parte de un grupo empoderado económicamente, por ejemplo, países como Indonesia, Turquía, Rusia, Arabia Saudita, Brasil, India, Sudáfrica y otros más, que al igual que México, despuntarán en el siglo XXI como economías importantes, con gran capacidad económica, financiera y de producción, a nivel mundial.

Lo relevante de toda esta reflexión, es que no es posible achacarle los males de ese país, al TLCAN y a las importaciones de Estados Unidos a México y que todos, hayamos tomado ventaja de ellos, incluyendo a China y Canadá. Por otro lado, pensar que su mercado interno es lo suficientemente fuerte para hacer “América First”, otra vez, es sin duda un recurso retórico trumpiano, que no va de acuerdo con la realidad de nuestros días, ya que la alta productividad, la innovación tecnológica y la productividad, son y serán siempre los factores determinantes del empleo productivo.

De esta suerte, se podrán proteger sus fronteras económicas, pero al final del camino, el presidente Trump, se encontrará por más que le quiera dar vueltas al asunto, que el problema de los déficits comerciales con México, Canadá, China y otros países, se debe a una falta de competitividad de su planta productiva, más que a errores o abusos en sus relaciones comerciales, con los países aludidos.
El mundo ha cambiado, sin embargo, los problemas estructurales de Estados Unidos ahora son más complejos, que no se resolverán aplicándoles recetas económicas simples para resolverlos. Sustituir importaciones a ultranza nunca ha funcionado.

La situación económica actual tardó lustros en manifestarse en contra de ese país y tardará lustros en poderse revertir; por otra parte, los problemas de pobreza y corrupción de los mexicanos, los tenemos que resolver nosotros de ya, pero cuando vemos que el déficit comercial con China es seis veces mayor al que tienen con México, no podemos dejar de pensar que no somos responsables de tal situación. Repartir culpas ya no funciona y menos pensar que somos responsables de sus déficits comerciales. En el peor escenario, podremos sobrevivir sin TLCAN, ya que sabremos superar los obstáculos que se nos presenten, de ser necesario. Ojalá y no sea el caso, por el bien de todos.

Comentarios: [email protected] (*) Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.

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