Hablar una lengua genera identidad, afectos, usos y costumbres:Concepciín Company Company

Con el tema “Los nuevos espacios americanos”, la también presidenta de la Comisión de Lexicografía de la Academia Mexicana de la Lengua reconoció que esa necesidad de nombrar al nuevo espacio, a las entidades y a las realidades, se transformó en un enriquecimiento mutuo. 

“¿Qué ocurre en el encuentro, encontronazo, conquista, en la llegada a un mundo que les es absolutamente desconocido a los españoles?, y ¿qué van a hacer?, ¿qué se tiene que hacer cuando se llega a un mundo que no se conoce”, se planteó la colegiada: “aprender cómo está ese mundo y nombrarlo. 

“La lengua española se enriqueció profundamente con las lenguas indígenas y las lenguas indígenas se enriquecieron lingüísticamente con la lengua española. Están profundamente permeadas todas las lenguas habladas en México; el español, de lenguas amerindias y las lenguas amerindias habladas en México, de lengua española”. 

En la actualidad, resaltó Company Company, todo el mundo estaría de acuerdo en decir chocolate en lengua española, o cacao, molcajete o jícama. Claro, los españoles se enriquecieron porque no había tubérculos en España, el mundo de los tubérculos es de América, como los camotes o las papas; pero también se enriquecieron las lenguas indígenas con el mundo español que trajeron los conquistadores y “esa es una realidad lingüística muy desigual políticamente y muy desigual socialmente”. 

“Para que se produzca ese enriquecimiento, lo primero que hay que hacer para entender el mundo y para apropiarme del otro, de un mundo que no conozco, es nombrarlo. Hay un principio básico que es nombrar para existir, principios de naturaleza filosófica o cognitiva, subyacen al funcionamiento social de cualquier sociedad”. 

Así, por ejemplo, cuando se llega a otro país existe la necesidad de enterarse cómo llaman a los ingredientes de la comida, “si quiero sobrevivir y comer”. Se puede afirmar que este principio de nombrar para existir está desde hace miles de años, en cualquier cosmovisión: la realidad existe porque tenemos capacidad de nombrarla y hablar de ella”. 

Como complemento, existe otro soporte: hablar una lengua no sólo genera identidad, sino también afectos, desafectos, usos y costumbres, con lo que, por ejemplo, para que un insulto funcione, primero debe funcionar en México, no es posible traer los insultos de otra parte porque dejan de funcionar: “si yo digo ‘gordo’ o ‘gorda’ en otros países me ponen cara de horror y aquí es sumamente afectivo. Es gracias a la lengua que funcionamos socialmente y la lengua es nuestro soporte de visión de mundo”. 

“Con estos dos principios vamos a entender qué ocurrió en los grandes espacios americanos, porque al mismo tiempo debemos pensar en el origen de muchos de los españoles: venían de pueblitos, tan sólo porque España tiene medio millón de kilómetros cuadrados, mientras Hispanoamérica se integra con 12 millones de kilómetros cuadrados, y “de venir de un pueblito, con su plaza principal y todos conocerse, entraron a un espacio inmenso que es América”, destacó la colegiada. 

Seres únicos e históricos 

Con estos dos principios –la necesidad de nombrar y la lengua es mi soporte de visión del mundo– se puede entender qué hicieron los españoles para apropiarse, darle nombre y entender los nuevos espacios americanos, “gracias a la palabra, existe el mundo, nos permite crear mundos y esa capacidad nos hace únicos en el planeta”, señaló Concepción Company, miembro de El Colegio Nacional, al grado de ser los únicos primates que tenemos capacidad de nombrar y de hablar, lo que nos hace únicos en el planeta”. 

Nos hace también seres históricos, porque con la lengua transmitimos experiencias de padres e hijos, de abuelos a nietos y, desde luego, tener una lengua como el español de México nos hace entender al mundo y enfrentarnos al mundo de cierta manera y no de otra, “hablar español de México hace que veamos al mundo de una manera, mientras hablar el español de Argentina propicia que veamos al mundo de otra forma y hablar español en Madrid hace que veamos el mundo de otra manera”. 

“Es más lo que compartimos por el hecho de hablar lengua española, pero dado que nadie habla la lengua española en abstracto, sino en unas coordenadas históricas experienciales, culturales, espaciales hace que veamos al mundo de una cierta manera, a la mexicana en nuestro caso”. 

De esta forma, comentó durante su cátedra, lengua, pensamiento y cultura son aspectos inseparables del ser humano, si bien la lengua es una actividad transversal a la vida cotidiana de cualquier ser humano, se convierte en el soporte fundamental para transmitir experiencias de generación en generación y para manifestar nuestra visión de mundo. 

La segunda sesión del ciclo Lengua, espacios y vida cotidiana en México, titulada “Los nuevos espacios americanos”, también fue transmitida a través de las redes sociales de El Colegio Nacional y se encuentra disponible en el Canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx. 

Sigue las transmisiones en vivo a través de las plataformas digitales de  El Colegio Nacional:

Página web: www.colnal.mx,  

YouTube: elcolegionacionalmx,  

Facebook: ColegioNacional.mx,  

Twitter: @ColegioNal_mx,  

[email protected]