22 de Noviembre de 2024
Nacional

¡En Oaxaca perdonan a los homicidas!


Foto: Blas Buendía .

*Pareciera que el crimen del notario público José Ortiz Girón quedará en los anales de la impunidad *Por culpa del juez Lorenzo Ramírez Cruz, los postulados éticos de la ciencia del derecho quedarán pulverizados al dictar sentencia absolutoria a favor del asesino material confeso Vicente Martínez López, situación que favorece para brindar impunidad al asesino intelectual Allan de Jesús Corona Romero, quien sigue prófugo de la justicia, aparentemente radicado en EU, a pesar que existe una ficha roja emitida por la INTERPOL *El Congreso de la Unión, con el aval del gobierno federal, deberían declarar a Oaxaca un Estado de Excepción

Blas A. Buendía . | Ciudad de México | 21 Nov 2024

Fue una “¡aberrante sentencia!” la del juez Lorenzo Ramírez Cruz, quien por su culpa los postulados éticos de la ciencia del derecho, quedarán pulverizados al dictar sentencia absolutoria a favor del asesino material confeso Vicente Martínez López, resolución mediante la cual se pretende conceder impunidad al asesino intelectual Allan de Jesús Corona Romero, quien ordenó y pagó la muerte de su colega Notarial José Ortiz Girón, en cuyo caso, se advierte que “el criminal sigue prófugo de la justicia”, aparentemente radicado en EU.


Al enterarse de esta absolución, la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, lamentó que ¡en Oaxaca se perdonan a los homicidas!, a pesar de contar con todas las agravantes recabadas por el Ministerio Público para inculpar al también notario público Allan de Jesús Corona Romero, quien contrató a sicarios para matar a puñaladas a Ortiz Girón, en el marco de la tradicional feria de La Guelaguetza, el 18 de junio en la capital oaxaqueña.


Hace ya varios siglos que Miguel de Cervantes Saavedra, legó a la humanidad con su toque mágico y literario “La Galatea’’, y a escaso tiempo después, cumplió la aparición y publicación de “El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha’’, la máxima obra literaria de un escritor de lengua castellana.


Los ideales que como argumento primigenio defendió Don Quijote eran simple y llanamente los postulados éticos de la ciencia del derecho. Por esa razón, no obstante, su carácter universal y su permanencia en el tiempo y en el espacio, la falta de su crucial observancia en un estado como el de Oaxaca, que idealmente se considera seguir y apoyar el pensamiento de Don Benito Juárez y su férrea defensa al Estado de Derecho, produce no solo un pésimo sabor, sino un efecto negativo de irremediables consecuencias políticas.


Cuando se deja en libertad a un homicida confeso se rompe la regla de oro del derecho, que magníficamente fue esculpida por Ulpiano, la cual afirma: ‘’La justicia es una voluntad firme y perpetua de dar a cada uno lo que le pertenece’’, misma que con cinismo, ignorancia e incompetencia rompió el desvergonzado judicante Lorenzo Ramírez Cruz, en su calidad de Juez Presidente del Tribunal de Enjuiciamiento Itinerante 1, del Circuito Judicial de Valles Centrales, sede Tanivet, Tlacolula de Matamoros, estado de Oaxaca, al emitir una despreciable sentencia absolutoria al homicida del notario público José Ortiz Girón (Vicente Martínez López); todo ello con el solo afán de pretender conceder impunidad al asesino intelectual de nombre Allan de Jesús Corona Romero.


Si bien, y como siempre el mal de la corrupción es una enfermedad endémicamente social, más aún cuando proviene de ministerios público, actuarios, jueces, magistrados y hasta presidentes de tribunales, “circulan los ríos del dinero maldito que todo lo corroe”.


La novela de corrupción emitida como sentencia, fue elucubrada por la corrupción del ministril que como órgano jurisdiccional de control actuó, lo que implica de manera clarísima que esa indigna toga en su momento determino, “bajo la presión del oro” que acostumbra derramar el homicida intelectual su absolución y, con ello alcanzar un estado de impunidad, tan es así, que cuando escuchó la airada reacción de la hija del ahora occiso calificándolo como “¡corrupto!”, ordenó cancelar y retirar la presencia de ella en aquella audiencia en la que dio a conocer su despreciable acto.


Debe de expresarse, en un asunto de esta importancia, por ser la victima quien era, se debió, mantener el prestigio del Tribunal Superior de Justicia del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, actuando con rectitud de criterio y sin pretender privilegiar los derechos humanos de la delincuencia, sobre los derechos humanos de las víctimas.


Después de una brillante investigación practicada por un agente del ministerio público de nombre Eder René Cristóbal Aguilar, adscrito a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos de Alto Impacto, en la cual se denotó conocimientos y respeto a los derechos humanos de los asesinos materiales e intelectuales, un juez de pacotilla, sin cultura jurídica en la materia pero con una denotada auri sacra fames (maldito deseo del oro), determinó absolver a la delincuencia.


La calidad moral del sujeto llamado Lorenzo Ramírez Cruz, el cual firmó esa aberrante sentencia, pone en mal a la justicia de la referida entidad federativa y a las promesas emitidas por Salomón Jara Cruz en su carácter de Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, de brindar justicia a los necesitados.


Ante esta constelación de impunidades, la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., demandó a la Judicatura oaxaqueña la inmediata remoción del cargo del juez de marras Lorenzo Ramírez Cruz, y solicitó al Ejecutivo federal que hoy representa la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ordenar a la mayoría del Congreso federal, declara a Oaxaca en un Estado de Excepción.


El Estado de Excepción, en resumen, es una medida constitucional que puede tomar el presidente de un país en la que suspende o limita derechos y garantías por un tiempo determinado.


Esta figura se encuentra en la mayoría de Constituciones del mundo y solo el presidente de la Nación puede implementarla. Implica la suspensión de uno o varios derechos fundamentales de la ciudadanía, y suele conllevar la imposición de toques de queda, prohibición de salidas a la calle en ciertos horarios, y suspensiones de servicios básicos durante el periodo establecido.


“¡’Es cuanto!”, puntualizó la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C. que preside el abogado Alberto Woolrich Ortiz.


 


Caso enmarañado desde su origen 


A pesar que las autoridades correspondientes giraran una orden de aprehensión en contra notario del Estado de México, Allan de Jesús Corona Romero, presunto autor intelectual del crimen de su colega José Ortiz Girón, y el fallo del juez Lorenzo Ramírez Cruz, uno de cuatro autores materiales detenido, reveló haber recibido un pago de 100 mil pesos como anticipo por cometer el crimen.


En su momento, la prensa nacional, detalló que el juez de Control de Circuito de Valles Centrales, de Tlacolula, Oaxaca, Carlos Tobías Lucas giró orden de aprehensión en contra del notario público del Estado de México, Allan de Jesús Corona Romero, por el delito de homicidio calificado con ventaja y lesiones calificadas con ventaja en contra del también notario José Ortiz Girón y una mujer que lo acompañaba. El mandamiento judicial, también es contra Vicente “M” y Jonatan “B”.


El presunto inculpado es señalado como presunto autor intelectual del crimen contra el notario José Ortiz, ocurrido en la capital de Oaxaca, el 18 de julio de 2003.


Para ello, uno de los presuntos autores materiales, ya detenido, declaró que Allan de Jesús, le pagó 100 mil pesos como anticipo para cometer el asesinato.


Debido a este gravoso suceso, todas las fiscalías del país llevaron a cabo una intensa búsqueda para localizar y detener al notario público del Edomex, Allan de Jesús Corona Romero, a fin de ser arrestado y presentado ante el juez que le giró la orden de aprehensión.


El homicidio


El homicidio del referido fedatario, ocurrió dentro de los festejos de la Gelaguetza en el Estado de Oaxaca, el día dieciocho de julio del citado año, al transitar en compañía de una asesora, por Calles de Jesús Carranza, Centro Histórico de Oaxaca.


Al ir caminando, dos hombres previamente contratados para ello, lo atacaron por la espalda con arma blanca, infringiéndole lesiones que le causaron la muerte, lesionando también, a la dama que lo acompañaba.


A raíz de ello, la Fiscalía adscrita en Reyes Mantecón, San Bartolo Coyotepec, a cargo del Agente del Ministerio Público Eder René Cristóbal Aguilar, solicitó al Juez Carlos Tobías Lucas, Juez de Control del Circuito de Valles Centrales, sede en San Francisco Tanivé, el libramiento de la orden de aprehensión en contra de los presuntos autores materiales, Vicente “M”, Jonathan “B”, así como en contra del presunto autor intelectual, que resultó ser el notario público del Estado de México Allan de Jesús Corona Romero.


La orden de aprehensión emitida se efectuó por homicidio calificado con ventaja y lesiones calificadas con ventaja, el primero en agravio del ahora finado José Ortiz Girón, y el segundo en agravio de su asesora de nombre Rocío “C”.


De las investigaciones practicadas por la Fiscalía General de Justicia en el estado de Oaxaca, se determinó que a mediados del mes de marzo, el autor intelectual de los hechos de nombre Allan de Jesús, le indicó a un sujeto de nombre Vicente “M”, ahora detenido, que le tomara unas fotografías del propio teléfono celular del referido Allan de Jesús, y para tal efecto, le mostró y le ordenó que dicha fotografía la guardara y que posteriormente le indicaría lo que tenía que hacer con la gráfica.


En las constancias procesales integrantes de la Carpeta de Investigación, se detalla que a principios del mes de abril, el propio autor intelectual le expresó a Vicente Martínez López que buscara a personas para que efectuaran una investigación y seguimiento al ahora occiso, ello con el objeto, precisamente de privarlo de la vida, no omitiéndose referir que en dicha fecha el propio Allan de Jesús Corona Romero, le hizo entrega de la cantidad de cien mil pesos, como anticipo para asesinar a José Ortiz Girón, y poder quedarse él con su notaría, o en su caso, la persona que él designara cercana al notario para no levantar sospechas.


Un policía entre los involucrados


En el expediente del caso se encuentra asentado que uno de los autores materiales era policía en activo del Estado de México, y también tenía una relación cercana con el presunto autor intelectual y también notario, Allan de Jesús Corona Romero.


El día de los hechos, y sobre la Calle de Jesús Carranza, en el Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca, en medio del bullicio ferial, el hoy occiso caminaba junto con Rocío “C”, siendo alcanzados por Jonathan “B”, alias “El Chaquetas” y Abel “N”, alias “El Zorro”, quienes portaban armas blancas, una de ellas un machete con una hoja de siete centímetros de largo, infirieron lesiones a ambos por la espalda, mismas que le causaron la muerte al notario público, José Ortiz Girón.


Una vez cometido el homicidio, se dieron a la fuga y al llegar a la calle de Porfirio Díaz, también en el Centro Histórico oaxaqueño, los esperaba Vicente “M”, chofer de la camioneta Ford Expedition, color negro, con placas de circulación del Estado de México; ambos abordaron el vehículo y se dirigieron a la población de Asunción Ixtaltepec, en San Francisco Tanivé Tlacolula Oaxaca.


Las investigaciones efectuadas por la propia Fiscalía del estado de Oaxaca, trascendió que el autor intelectual se encontraba escondido en el estado de Michoacán, donde al parecer era protegido por la delincuencia organizada, es decir, todavía lo ayudaron para abordar un vuelo privado para huir del país hacia la Unión Americana, donde se presume es protegido por su padre, quien es un portentoso e influyente notario acaudalado.


Ante estos elementos de prueba, el Estado de México permitió seguir ejerciendo con la patente la notaría de Allan de Jesús Corona Romero, y que dicho sujeto antes de huir, tuvo el cinismo de seguir ejerciendo funciones de notario conjuntamente con otros colaboradores de su notaría.


De tal suerte, según abogados penalistas, reiteraron que ¡en Oaxaca se perdonan a los homicidas!, por lo que pareciera que el crimen del notario público José Ortiz Girón quedará en los anales de la impunidad.


Que por culpa del juez Lorenzo Ramírez Cruz, los postulados éticos de la ciencia del derecho quedarán pulverizados al dictar sentencia absolutoria a favor del asesino confeso Allan de Jesús Corona Romero, quien sigue prófugo de la justicia, aparentemente radicado en EU, a pesar que existe una ficha roja emitida por la INTERPOL.


Por lo tanto, el Congreso de la Unión, con el aval del gobierno federal, deberían declarar a Oaxaca un Estado de Excepción, y dar cumplimiento que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, no protegerá a criminales por muy influyentes que sean.


 


Reportero Free Lance*


Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magòn-2021


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