Cristina Rivera Garza, primera escritora en ingresar a El Colegio Nacional

Cristina Rivera Garza (Matamoros, Tamaulipas, 1964), escritora, poeta y académica, se convertirá en la primera escritora en ingresar a El Colegio Nacional. Su lección inaugural será dictada el próximo viernes 21 de julio, a las 6:00 p. m., en el Aula Mayor de la institución (Donceles 104, Centro Histórico, CDMX). El acceso será libre y sin registro previo.  

En la ceremonia participarán el médico Adolfo Martínez Palomo, presidente en turno de este órgano colegiado, quien dará la bienvenida a Rivera Garza y, posteriormente, el escritor Juan Villoro responderá a su discurso de ingreso, titulado Escribir con el presente: archivos, fronteras, cuerpos.  

La autora de la novela Nadie me verá llorar (1999) fue elegida nueva integrante de El Colegio Nacional por la originalidad de su voz, el aliento poético de su escritura y la sugerente mezcla de lo literario con las ciencias sociales; además, es una de las escritoras más sobresalientes de México, con una trayectoria literaria que ha desarrollado a la par de su labor académica. 

 En sus cuentos, poemas y ensayos, Rivera Garza se ha ocupado de temas críticos como la migración, la frontera, la identidad, la salud mental, los feminicidios, los estudios de género y la necropolítica. Por esta razón, considera que el acto de escribir es activismo, ya “que toda escritura tiene la capacidad de convocar, es decir, de crear comunidad”, señala. 

 “En la práctica creativa se lleva a cabo una imbricación profunda y rabiosa, capaz de producir realidad. La escritura se dirige, además, a los substratos más esenciales de nuestro ser. Mucha de mi labor como escritora (aunque también como docente) se basa en trabajar de cerca con el lenguaje para cuestionar y subvertir ese tipo de narrativas heredadas”, añade.

Maestra Emérita de México  

Su carrera académica la ha llevado a dar clases en las universidades de San Diego, Standford y Houston. Ha combinado su estancia en Estados Unidos con largos periodos de enseñanza en México, especialmente en el Instituto Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México. En los últimos años ha participado de forma intensa en la vida literaria de la Ciudad de México como jurado de premios, antologadora, conferencista y coordinadora de talleres. Actualmente, dirige el doctorado de escritura creativa en español en la Universidad de Huston, Texas.  

Sobre su labor docente dice: “No hay trabajo más noble y fundamental que el que se lleva a cabo en un salón de clase: en esa comunidad efímera que organizamos entre maestros y alumnos se crean prácticas horizontales donde puede crecer tanto el pensamiento crítico como el ejercicio constante del diálogo, ambos ejes de importancia vital para nuestras comunidades, así como para el país entero”.  

Como miembro de El Colegio Nacional, Rivera Garza ostentará el título de Maestra Emérita de México, nombramiento que recibe con gusto, pues sabe que su experiencia académica y literaria serán de utilidad para las labores de divulgación que lleva a cabo esta institución a nivel nacional: “Me dará gusto estar tanto en la Ciudad de México como en Tijuana o Oaxaca o Tamaulipas, por mencionar sólo tres de los lugares que son importantes para mi corazón, contribuyendo a un diálogo fluido y constante sobre temas que son centrales a mi trabajo y pensamiento”, explica.  

La autora de La cresta de Ilión (2002) considera que los temas sociales se pueden abordar desde el enfoque multidisciplinar que ofrece El Colegio Nacional. De esta manera, Rivera Garza señala que las preguntas complejas parten de las perspectivas interrelacionadas de múltiples prácticas del saber. Ni el cambio climático, ni la violencia de género, ni la migración podrán ser atendidos a cabalidad sin la participación de científicas, administradoras públicas, abogadas, doctoras, filósofas, lingüistas, escritoras, por mencionar algunas. “Confío en que El Colegio Nacional me ayudará a expandir esa conversación, una de las más urgentes en el mundo actual”. 

A los 30 años Rivera Garza publicó su primera novela, Desconocer, finalista del Premio Juan Rulfo. En 1999, su novela Nadie me verá llorar se convirtió en una de las obras más comentadas de la literatura mexicana contemporánea. En 2022, ganó el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores por su obra El invencible verano de Liliana.  

Por el conjunto de su obra, la autora ha sido reconocida con el Premio José Emilio Pacheco a la Excelencia Literaria, que anteriormente han recibido el propio Pacheco y Fernando del Paso, miembros de El Colegio Nacional, así como Elena Poniatowska; con el Premio Roger Caillois en Francia y, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, ha recibido en dos ocasionesel Premio Sor Juana Inés de la Cruz (2001 y 2009).