07 de Junio de 2025
Estatal

Están hechos unos pendejos...

¡Ojalá que el “gober” ponga a gente inteligente en tránsito del estado y le haga caso a los taxistas!
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*Nuestros taxistas, odiados por unos y queridos por otros, me han dicho que el problema del tráfico se puede resolver con medidas básicas: quitando a tanto pendejo de tránsito

Isael Petronio Cantú Nájera | Xalapa | 20 Oct 2012

Sin duda alguna la palabra pendejo tiene notas ofensivas, no se le dice a cualquiera sino a una persona que actúa tontamente o aún más: estúpidamente, entendiendo esto último, lo de estúpido, como una persona lenta de entendimiento como si de retraso mental se tratara.

Como quiera que sea estar pendejo es una actitud que habla de la incapacidad para comprender y hacer bien las cosas… si usted requiere que le hagan algo que requiere saber, conocimiento e inteligencia, simplemente no se lo encargue a un pendejo.

Por otro lado, la etimología, esa ciencia que nos explica el significado de las palabras, nos dice que pendejo era el nombre con que los viejos romanos (amigos siempre del latín y del castellano) le dieron nombre a los pelos que crecen en el pubis y las ingles llamándolos “pendejos”, del lat. pectinicŭlus; de pecten, -ĭnis, pubis.

La idea partió de que es en la pubertad cuando por efecto hormonal, tanto a mujeres y varones les crecen esos pelos; metafóricamente es asociado a lo torpe que se puede ser a esa edad y pretender ser un adulto sin serlo: ¡Estás pendejo, cómo te voy a dejar utilizar el coche si apenas tienes doce años!

A sabiendas, ahora de que ser o estar pendejo habla de torpeza, estupidez, inutilidad para hacer cosas y no sólo tener pelos en el pubis y las ingles, vamos con el asunto principal: hoy, 20 de octubre del 2012 (para que quede constancia en la posteridad) en la vía principal de Xalapa, es decir, Lázaro Cárdenas, un armatoste de PEMEX, dicen que es un filtro para sus torres de cracking, se les atoró a la altura del entronque con 20 de noviembre generando un tapón al flujo vehicular del tamaño del mundo; más arriba, rumbo al D.F., por alcance, un tipo chocó provocando una carambola entre tres vehículos; para esa hora, la fila de coches parados en esa vía alcanzaba ya una distancia de dos kilómetros, ralentizando el tráfico a una velocidad de 2 a 5 kilómetros por hora.

A lo largo del tramo varios agentes de tránsito, sólo atinaban a mirar el lento fluir de los vehículos; todos los que iban rumbo a Veracruz o las plazas comerciales de esa zona de Xalapa, se topaban con que no podían seguir y tenían que dar vuelta completa en “u” para agarrar el camino que mejor les acomodara… ningún agente de tránsito cumplía con su función de dirigir el tráfico… todos parados, inútiles, incapaces de orientar, de dar el paso según la preferencia, de guiar a los que desde fuera de la ciudad se habían metido a un callejón sin salida.

Había solución ¡Por supuesto! desde unas cuantas cuadras antes, bien se podía desviar el tráfico y orientarlo hacia Maestros Veracruzanos y hacerlo salir por Murillo Vidal o incluso direccionarlos hasta el Arco Sur y si de inteligencia se tratara, hacerlos entrar a Las Ánimas y llevarlos hasta Plaza Ánimas, pero no, realmente, todos los agentes de Tránsito, incluido su director o directora o lo que sea: ¡Estaban hechos unos pendejos!

Por supuesto, que el enojo de los ciudadanos no se expresa de esa manera contra los de tránsito, lo más curioso, es que se dirige al gobernador mismo por ser el responsable de contratar a gente tan pendeja.

No creo que el señor gobernador solamente requiera los de tránsito para que le abran paso cuando sus camionetas circulan; sino para que la ciudad tenga un orden vehicular que le permita a la gente dirigirse a sus centros de trabajo, ir de compras o simplemente ir a divertirse fuera de su hogar; pero con tanta pendejada de los de tránsito la ciudad está hecha un infierno y no tardará el día en que los ciudadanos se avienten los coches unos contra otros, simplemente porque nadie dirige el tráfico.

Nuestros taxistas, odiados por unos y queridos por otros, me han dicho que el problema del tráfico se puede resolver con cuatro medidas básicas: el hoy no circula para todos; multando a todo aquel que estacione el coche en la calle, apoyando al servicio público, taxis, combis y camiones, para dar un servicio eficiente a precios razonables y quitando a tanto pendejo de tránsito, porque siendo como son y cobrando mordidas… el tráfico no se resuelve porque es su negocio.

¡Ojalá que el “gober” ponga a gente inteligente en tránsito del estado y le haga caso a los taxistas!