Veracruz: No hay que llamar bien al mal

*Para el gobierno de Veracruz, el día de los brujos representa dinero. Para los incautos, una falsa vía mística, para los chamanes una manera de sobrevivir y para Satanás una forma aparente de bondad para perpetuar el mal

Agencias . | Xalapa | 02 Mar 2025

Con estruendo, bombo y platillo, la Secretaría de Turismo del Estado de Veracruz ha lanzado la invitación a participar en la celebración del primer viernes de marzo en una de las “festividades más simbólicas de Catemaco, Veracruz, que este año se llevará a cabo los días 7 y 8 del mes”… para “vivir el misticismo” bajo la bondadosa y atractiva apariencia de “turismo cultural” cuando, en lo que se llama el día de los brujos, chamanes y curanderos de diversas partes de México realizarán rituales de purificación y fortalecimiento espiritual cuyos “orígenes se remontan a las antiguas tradiciones indígenas enriquecidas con influencias religiosas”, dice la promoción turística del gobierno de Veracruz.

Para muchos, este tipo de eventos que pretenden robustecer la economía por la visita de turistas y curiosos, trata de incitar las necesidades espirituales a través de prácticas que, por brujos y chamanes, conseguirán aliviar sus males con magia, limpias, trabajos y amarres. Sin embargo, el fondo del asunto no queda en una bondadosa invitación a vivir el misticismo cuando, realmente, lo que aquí se tiene es una verdadera explotación de la ignorancia religiosa para abrir caminos que llevan a beneficios que son más de este mundo.

Exploremos lo primero. Para un gobierno como el veracruzano, agarrarse de cualquier cosa para obtener una derrama económica no es nada extraño. No importa si se trata del mal. “El Día de los Brujos, dice el promocional de la Secretaría de Turismo, es un encuentro que no sólo preserva la identidad cultural del municipio, (Catemaco), también atrae a miles de visitantes interesados en conocer y experimentar sus rituales esotéricos”, Es, en pocas palabras, presentar rituales mágicos y supercherías que generan dinero fácil y fraudulento. Basta un botón y abrir cualquier buscar en la red para darse cuenta de los fraudes monumentales que los llamados brujos y chamanes hacen con los incautos a quienes expolian miles de pesos por rituales baratos y de risa que creen abrir las puertas al mundo de la magia y de lo sobrenatural. Al final, es la legitimación del delito amparado por el respaldo oficial.

Pero lo segundo es peor. Eso es creer que rituales de brujos y chamanes son buenos y abren las puertas a dimensiones místicas. Sin lugar a dudas, una mentira encierra algo peor y eso es un pensamiento mágico que pretende controlar lo divino para hacernos creer que Dios, los santos y lo sobrenatural pueden ser manipulados a nuestro antojo conforme a las instrucciones a la carta de charlatanes que dicen poseer poderes exclusivos y dones que ningún otro puede tener.

En cierta ocasión, un sacerdote preguntó a un vidente renombrado si realmente podía ver o predecir el futuro. Quizá temeroso de caer en otra mentira mayor ante un hombre consagrado, quiso no condenarse revelando una evidente verdad: “Padre, realmente yo no veo nada, pero de esto vivo”. Fue la única respuesta sincera y definitiva de una vida fincada en las patrañas.

Para el gobierno de Veracruz, el día de los brujos representa dinero. Para los incautos, una falsa vía mística, para los chamanes una manera de sobrevivir y para Satanás una forma aparente de bondad para perpetuar el mal. Tal como lo precisó el Pbro. José Manuel Suazo Reyes, quien fue el Vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, en su posicionamiento ante esta promoción: “No hay que llamar bien al mal”,  más cuando hay falsos caminos y falsos profetas, esos que vendiendo un misticismo, llevan su propia condenación.