21 de Septiembre de 2024
Finanzas

Reestructurar, un falso dilema


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*El dilema surge porque se parte de la base de que pareciera que se quiere “a fuerzas”, reestructurar la deuda veracruzana, como si se tratara de una porfía y una opción errónea, ya que subyace la idea de que lo que se persigue es un negocio con la reestructura, lo que permitiría lucrar al presente gobierno obteniendo pingues ganancias con esta medida

Lino Perea Flores . | Xalapa | 25 Feb 2017

En las últimas semanas se ha venido planteando un falso dilema, de que si se debe reestructurar o no la deuda veracruzana, que al estar alcanzado proporciones épicas, polariza y encona el ambiente político, que de por sí ya se está caldeando por las elecciones en puerta; sin embargo, utilizar el tema para hacer planteamientos erróneos utilizando sofismas pareciera que está de moda, ya que en lugar de alumbrar y centrar un debate constructivo, lo único que se logra son posicionamientos irreductibles.

El dilema surge porque se parte de la base de que pareciera que se quiere “a fuerzas”, reestructurar la deuda veracruzana, como si se tratara de una porfía y una opción errónea, ya que subyace la idea de que lo que se persigue es un negocio con la reestructura, lo que permitiría lucrar al presente gobierno obteniendo pingues ganancias con esta medida. Por ello, hay que recordar que un sofisma es una falacia intencional, en las que un individuo enuncia una inferencia errónea, no válida, con la cual sabe que engañará a terceros; el arte de la mentira o la post verdad.

En este sentido, los argumentos redundan alrededor de altas tasas de interés, cantidades inconmensurables de pasivos y plazos que no se analizan pero sí se satanizan, que si son los despachos de tal o cual los encargados de la reestructuración y así por el estilo; de aquí, que al tratarse de “tecnificar” un problema que ya está ahogando las finanzas de Veracruz, se utilicen argumentos que nublan el panorama ideológico de los que solo ven mala fé en un procedimiento técnico financiero, que a quererse o no, se tendrá que dar más temprano que tarde con transparencia, por las condiciones imperantes en esta entidad federativa.

La deuda requiere reestructurase porque los acreedores necesitan que se les pague urgentemente, pero no solo a los jubilados, académicos, burócratas y ayuntamientos, ya que también hay acreedores civiles que se cuentan por miles y tienen a sus familias sumidas en el caos financiero, de los que nadie se acuerda y a los que se les debe desde hace varios años. Además y todavía más importante, la deuda de Veracruz debe reestructurarse para que este gobierno tenga una administración sana y la entidad federativa tenga viabilidad financiera.

La deuda veracruzana debe reestructurarse lo antes posible porque cada hora que pasa le cuesta a los veracruzanos casi cincuenta mil pesos y contando, que nunca se recuperarán. Si tan solo pudiésemos entender que los pasivos financieros afectan a terceros, siendo la población veracruzana la más perjudicada y que al final tendrá que pagar con sus impuestos, los malos manejos que otros hicieron de sus finanzas públicas. No se vale.

Conviene apuntar que existe un cúmulo de deudas contraídas por las anteriores administraciones, que están gravitando en el futuro de los veracruzanos y que se pagarán tarde o temprano. Entre estos endeudamientos adquiridos, se tienen deudas documentadas con instituciones financieras, bursatilizaciones de los impuestos, diversos deudores de proveedores de servicios, compromisos que se adquirieron pero que no se pagaron, pagos que se hicieron pero no a los verdaderos acreedores, contratistas de obra pública que hasta la fecha se les debe, a prestadores de servicios financieros, a prestadores de servicios de transporte, pasivos contingentes y diversos acreedores a los que nunca se les pagó.

Entre los problemas que se presentan cuando no hay liquidez para solventar los adeudos, está el que los presupuestos anuales son finitos y no se pueden aplicar debidamente si se está incurriendo en déficits financieros, porque entonces hay que recurrir a recortar el gasto público en programas sociales, a no poder pagar nóminas y la obra pública, recurrir a pedir más préstamos, aumentar los gravámenes o impuestos, aumentar los precios de los servicios de gobierno, suprimir programas o vender activos, entre las muchas posibilidades de incrementar los pasivos de gobierno.

Por otro lado, hay que distinguir la manera como se aprecian las problemáticas de los endeudamientos públicos, ya que desde distintos ángulos y disciplinas, por ejemplo, contablemente se registran y asientan hechos financieros consumados, desde la perspectiva jurídica son relaciones contractuales que se tienen que cubrir; no obstante, desde la perspectiva de la economía, las deudas se plantean como pasivos que gravitan espacial, social y en el tiempo sobre las poblaciones, en este caso la veracruzana, quien tendrá que pagar con sus impuestos los déficit financieros, amén de considerar la parte cuantitativa de plazos, montos, tasas, etc. Es decir, una cosa es el pasivo que gravita en una economía como lo registran los economistas y que afecta a toda su población en tiempo y espacio de distintas maneras, pero otra cosa son los asientos contables de las deudas o las relaciones jurídicas contractuales.

De esta manera, estar a favor o en contra de una reestructuración es un dilema falso, ya que la reestructura se propone cuando es necesario equilibrar los desajustes financieros en una economía.que provocan serios desajustes estructurales y de bienestar entre la población. La reestructuración de una deuda se vuelve inminente o la economía y su población terminan en la bancarrota, porque quienes crean el bienestar financiero en última instancia, es la población del país que lo trabaja. En el caso de Veracruz, la presente administración heredó este gran problema, por lo que tratar de culparlo es un absurdo.

Para reestructurar se propone primero debatir o estudiar el número de acreedores, estudiar los plazos en cada caso, estudiar las tasas de interés, considerar las tasas de inflación, los montos de las deudas, el tipo de deudor, el tipo de préstamos o pasivos adquiridos, etc. Después, habrá que sustituir el conjunto por un monto concreto, con quitas de capital y considerando el equilibrio presupuestal a futuro. Además, la Federación tiene una gran responsabilidad con los 8.5 millones de veracruzanos, porque si ya realizó diversos mega rescates como el bancario y el carretero para la iniciativa privada, en el pasado. ¿Por qué no puede hacerse una reestructura financiera para Veracruz, por ejemplo con Banobras u otro banco oficial?

Comentarios: [email protected] (*)Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.