23 de Enero de 2025
Internacional

Jesús experimentó el abandono para no dejarnos rehenes de la desolación: Papa Francisco

El Papa Francisco encabezó la Misa del Domingo de Ramos en la basílica de San Pedro.
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*Jesús “experimentó el abandono para no dejarnos rehenes de la desolación y estar a nuestro lado para siempre”, para que cuando alguno se sienta “perdido en un callejón sin salida”, pueda tener esperanza

| | 02 Abr 2023

El Papa Francisco explicó que “el verbo abandonar en la Biblia es fuerte; aparece en momentos de extremo dolor: en amores fracasados, negados y traicionados; en hijos rechazados y abortados; en situaciones de repudio, viudez y orfandad; en matrimonios agotados, en exclusiones que privan de vínculos sociales, en la opresión de la injusticia y la soledad de la enfermedad”.


“Cristo llevó todo ello a la cruz, tomando sobre sí el pecado del mundo. Y en el momento culminante, el Hijo unigénito y amado experimentó la situación que le era más ajena: la lejanía de Dios”, señaló.


El Santo Padre afirmó que Cristo llegó a ese extremo por cada uno de los seres humanos. “Hermanos y hermanas, todo esto no es un espectáculo. Cada uno, oyendo el abandono de Jesús, cada uno de nosotros se diga: por mí. Este abandono es el precio que ha pagado por mí”, expresó.


El Pontífice aseguró a los fieles que Jesús “experimentó el abandono para no dejarnos rehenes de la desolación y estar a nuestro lado para siempre”, para que cuando alguno se sienta “perdido en un callejón sin salida”, pueda tener esperanza.


“El Señor nos salva así, desde el interior de nuestros por qué. Desde ahí despliega la esperanza que no defrauda”, reiteró.


En ese sentido, el Papa Francisco señaló que estando en la cruz, Jesús, “aunque se sienta abandonado completamente, no cede a la desesperación –esto es el límite–, sino que reza y se encomienda” al Padre.


“En el abandono se entrega. No sólo eso, sino que en el abandono sigue amando a los suyos que lo habían dejado solo y perdona a los que lo crucifican”, indicó el Pontífice, y afirmó que este amor extremo de Cristo “es capaz de transformar nuestros corazones de piedra en corazones de carne”, porque “es un amor de piedad, de ternura, de compasión”.


Cristo, añadió el Pontífice, está también en cada una de las personas que son descartadas, y recordó el caso del indigente que falleció en la Plaza de San Pedro. “Pienso en aquel hombre llamado de la calle, alemán, que murió bajo la columnata, solo, abandonado. Él es Jesús para cada uno de nosotros”, afirmó.


Por ello, el Papa Francisco llamó a cuidar de “tantos cristos abandonados”, los visibles e invisibles, aquellos “que son descartados con guante blanco: niños no nacidos, ancianos que han sido dejados solos, enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor”.


Al culminar su homilía, el Santo Padre invitó a pedir a Dios “la gracia de saber amar a Jesús abandonado y saber amar a Jesús en cada persona abandonada”.


“Pidamos la gracia de saber ver y reconocer al Señor que sigue gritando en ellos. No dejemos que su voz se pierda en el silencio ensordecedor de la indiferencia. Dios no nos ha dejado solos; cuidemos de aquellos que han sido dejados solos”, exhortó.