23 de Enero de 2025
Internacional

Cocaína rosa: la droga de moda entre los pudientes madrileños que ni es cocaína, ni es de lujo

La llaman cocaína rosa, pero lo único cierto de su nombre es el color.
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*El tusi o tucibí se vende a 100 euros el gramo, es una mezcla de sustancias más baratas como la ketamina o el éxtasis, también se vende ya en Latinoamérica

| | 14 Abr 2023

Es rosa, a veces huele a fresa y tiene varios nombres: tucibí, tusi, polvo de color. Uno de los más extendidos es el de cocaína rosa y se la considera una droga de lujo propia de los ambientes más pudientes: el gramo se vende a 80, 90 e incluso 100 euros. La misma cantidad de cocaína normal ronda los 60 euros, según el informe del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA) publicado este año.


Pero esta sustancia, cada vez más presente en la noche madrileña, ni es cocaína, ni es de lujo. Energy Control, organización que trabaja para que el consumo de estupefacientes se haga de forma segura, ha analizado 150 muestras de cocaína rosa entre 2019 y 2023, unas 40 solo en Madrid. En casi todas ellas se encontró colorante y solo en dos cocaína. La mayoría eran una mezcla de varias drogas más baratas y la más común con un 44% de las muestras, contenía ketamina, MDMA (éxtasis) y cafeína.


“Es importante desmitificar la coca rosa. Al final es un negocio redondo. Te la están vendiendo como algo muy exclusivo, cuando es un trifásico habitual”, señala Berta de la Vega, coordinadora de Energy Control en Madrid. Un trifásico es el nombre que reciben las mezclas de ketamina con sustancias estimulantes como el éxtasis, en este caso, o el speed. El objetivo es contrarrestar los efectos depresores de la ketamina y su elaboración no es compleja ni cara. Un gramo de MDMA cuesta 40 euros, a veces un poco menos, la ketamina ronda los 20-35 euros, y la cafeína en polvo se puede comprar por internet a precios bastante bajos. “Coges un poquito de cada, los mezclas, añades el color rosa, el olorcito a fresa y, hala, lo vendes por 100 euros. Sale más barato y es más seguro comprar las sustancias tú y hacerte tu propia combinación”, añade De la Vega.


El verano pasado, Energy Control lanzó la campaña #TusiSabesLoQueTeMetes, una iniciativa para concienciar sobre la importancia de analizar las sustancias que se consumen y los riesgos de comprar una droga concreta pensando que es otra. Y más si resulta ser una mezcla. En las muestras analizadas hasta entonces llevaban 72%, había combinaciones que incluso contenían ácido acetilsalicílico, la aspirina común machacada. De la Vega advierte de que “si alguien no sabe lo que se mete es más difícil controlar los efectos deseados”. Las consecuencias negativas se potencian, aumentan los bajones y disminuyen los placeres.


En el caso del tusi, el riesgo depende de la proporción de sustancias en la combinación, y de con qué otras drogas se ingiera. Por ejemplo, si una persona esnifa una mezcla con alto contenido en ketamina y también toma alcohol, los efectos depresores de ambas sustancias se potenciarán. Esto puede llevar a pérdidas de coordinación, sedación y desmayos. Si lo que predomina es el éxtasis, su combinación con el alcohol incrementa la deshidratación del cuerpo y aumenta el riesgo de sufrir un golpe de calor.


También el precio. Eso la convierte en una droga “difícil de ver”, cuenta él, pero no cree que sea exclusiva de “entornos pijos”: “La he visto mucho en ambientes de música electrónica, en festivales o grandes discotecas, sobre todo. El mismo espacio donde se encuentran todas las demás drogas”. Tampoco considera que esté de moda, aunque hace unos años prácticamente no se la encontraba nunca y en los últimos meses la ha visto ya varias veces de fiesta.


Conseguirla es fácil, al menos para sus amigos. Se la compran a “camellos ordinarios” que venden varias sustancias y el tusi es una de ellas. Para lo cara que se vende, a Ignacio le sorprendió que el proveedor habitual de su círculo les regalara “un poquito” en dos ocasiones. Habían contactado con él para comprar pastillas y la bolsita rosa se la llevaron gratis.


Hasta ahora se había “incautado sobre todo en pequeñas cantidades”, explican fuentes de la Policía Nacional. Lo habitual, tanto en venta como en consumo, son bolsitas individuales que se encuentran junto a alijos más grandes de otras sustancias, como cocaína, hachís o heroína. Y su tráfico, añaden, no es alarmante por el momento.