20 de Mayo de 2024
Internacional

Esto es lo que debes saber sobre las nuevas variantes de COVID-19


Foto: Agencias .

*La HV.1 sigue siendo la principal variante en EE. UU., pero la JN.1 ahora representa una parte creciente de los casos

The New York Times . | Nueva York, Estados Unidos | 24 Dic 2023


 

Dos variantes estrechamente relacionadas, la EG.5 y la HV.1, comprenden actualmente casi la mitad de los casos de COVID-19 en Estados Unidos.









La variante HV.1 apareció en Estados Unidos a finales de verano y ha ido aumentando progresivamente la proporción del virus circulante. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), a finales de octubre superó a la EG.5 como cepa dominante, y ahora representa un poco más del 30% de los casos de la covid. La EG.5. fue la variante dominante en Estados Unidos durante gran parte del final del verano y principios del otoño, pero ahora representa algo menos del 9% de los casos.


Los científicos también han vigilado de cerca a la JN.1 y su variante parental, denominada BA.2.86. La propagación de la JN.1 ha aumentado rápidamente, según la Organización Mundial de la Salud. A fines de diciembre, la variante representaba más del 20% de los casos en Estados Unidos, mientras que la BA.2.86 solo representaba el 1,6%.







 









Aunque la enfermedad grave en adultos mayores y personas con afecciones subyacentes siempre es motivo de preocupación, al igual que la covid prolongada en cualquiera que se infecte, los expertos afirman que las variantes EG.5 y HV.1 no suponen una amenaza sustancial, o al menos no más que cualquiera de las otras cepas principales que han circulado este año.


La variante EG.5 se identificó en China en febrero de 2023 y se detectó por primera vez en Estados Unidos en abril. Es descendiente de la variante XBB.1.9.2 de ómicron y tiene una mutación notable que le ayuda a evadir los anticuerpos desarrollados por el sistema inmunitario en respuesta a variantes y vacunas anteriores.


Esa mutación “puede significar que más personas sean susceptibles porque el virus puede escapar un poco más de esa inmunidad”, dijo Andrew Pekosz, profesor de microbiología molecular e inmunología en la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins.


Pero la EG.5, que también se ha llamado Eris, no parece tener ninguna capacidad nueva en cuanto a su grado de contagio, sus síntomas o su probabilidad de provocar una enfermedad grave. Las pruebas diagnósticas y los tratamientos como el Paxlovid siguen siendo efectivos contra ella. Y lo que es quizá más importante, las nuevas vacunas, dirigidas contra una variante afín del XBB, parecen producir un número suficiente de anticuerpos que actúan contra la EG.5.


La HV.1 desciende de la EG.5 y es muy similar a ella. Los nuevos datos, publicados en diciembre en un estudio preliminar, muestran que la similitud se extiende a la eficacia de las vacunas actualizadas frente a la HV.1, lo que sugiere que el último refuerzo también ofrece cierta protección frente a esta cepa.






Debido a la similitud de las variantes, no está claro exactamente cómo la HV.1 ha superado a la EG.5, pero es probable que una de las pocas mutaciones adicionales de la HV.1 le haya dado ventaja sobre su predecesora. “Cuando una nueva variante se convierte en dominante, por definición tiene una ventaja”, afirma Dan Barouch, director del Centro de Virología e Investigación de Vacunas del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston. “Y la ventaja es una mayor transmisibilidad o un mayor escape inmunitario”.





Otra variante que los científicos empezaron a vigilar de cerca este otoño es la BA.2.86, llamada también Pirola. Esta variante preocupó a los expertos por el número de mutaciones que presenta en la proteína de la espícula, que es la que usa el coronavirus para infectar células humanas y la que usa nuestro sistema inmunitario para identificarlo. Según Jesse Bloom, profesor del Centro Oncológico Fred Hutchinson especializado en la evolución de los virus, las mutaciones de la BA.2.86 representan “un salto evolutivo similar en tamaño” a los cambios de la primera variante de ómicron en comparación con la cepa original del coronavirus.


Aumentando la alerta, los primeros datos indicaban que las nuevas vacunas podrían no ser muy eficaces contra la BA.2.86. Sin embargo, desde entonces se ha demostrado que los niveles de anticuerpos producidos en respuesta a la BA.2.86 están a la par con los desarrollados en respuesta a la EG.5, lo que sugiere que las vacunas brindarán suficiente protección contra ella. Otro estudio reveló que la BA.2.86 podría no ser tan transmisible como otras formas del virus.


La BA.2.86 no despegó como los científicos temían en un principio, pero apenas la EG.5 evolucionó para producir la HV.1, la JN.1 ha surgido recientemente de la BA.2.86 y se está extendiendo con rapidez. Según las investigaciones preliminares publicadas en noviembre, la JN.1 es portadora de una mutación que le confiere capacidades adicionales para evadir la inmunidad.


El artículo preliminar en el que se comprobaba el rendimiento de las nuevas vacunas contra la VH.1 también mostraba que producían anticuerpos eficaces contra la JN.1, pero no tantos. “Las vacunas o las infecciones recientes disminuyen, pero no eliminan por completo el riesgo” de la JN.1, dijo Bloom en un correo electrónico.







 

Para Trevor Bedford, catedrático de la división de vacunas y enfermedades infecciosas del Centro Oncológico Fred Hutchinson, lo más preocupante es el rápido ritmo de evolución del virus. “Ninguna variante individual ha tenido tanto impacto”, dijo, “pero la acumulación global de estas mutaciones está teniendo un impacto significativo”.

 

 

 

 

 




Dani Blum colaboró con este reportaje.


Dana G. Smith es periodista de la sección Well, donde ha escrito desde terapia psicodélica hasta tendencias de entrenamiento físico y la COVID-19.