22 de Enero de 2025
Internacional

Subyuga Crimen Organizado a América Latina: The Economist


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*Al igual que México varias naciones como Ecuador, Colombia, Perú, Brasil, Argentina, Chile, Costa Rica y El Salvador son las regiones más peligrosas para vivir y hacer negocios en América Latina

| | 13 May 2024





 










 




Se diversificó el accionar del Crimen Organizado en América Latina convirtiendo a esa región en la más peligrosa del mundo debido a la gran cantidad de narco ejecuciones, ajustes de cuentas entre bandas internacionales dedicas al tráfico de drogas, armas y personas generando para ello, ganancias por arriba de los 780 mil millones de dólares para los Carteles de la Droga.


De acuerdo a registros e investigaciones periodísticas de “The Economist”, el 65% de las naciones de la región sufren hoy en día por delincuencia organizado, robos, secuestros, homicidios y extorsiones esto sin descontar que la pornografía infantil y la trata de personas son delitos de alto impacto y muy recurrentes.


En este sentido, el gobierno del presidente de Izquierda, Andrés Manuel López Obrador es duramente criticado por su alianza con grupos criminales a los cuales “apapacha” con su política de abrazos y no balazos”, lo cual ha generado más de 180 mil muertos en nuestro país y la cifra va en aumento progresivo.


Carteles del tamaño de SinaloaCártel Jalisco Nueva Generación, La Familia MichoacanaLos RojosMilenioSanta Rosa de Lima entre otros son de los más sanguinarios y buscados por las autoridades de la región.


Regiones y naciones como Ecuador, Colombia, Perú, Nicaragua, Costa Rica, Brasil, Argentina, Uruguay y México son de los estados donde un mayor número de capos de la droga se disputan a “sangre y fuego” el control de sus diversas plazas y rutas para el trasiego de drogas.


Hasta poco antes de la pandemia por Covid 19, era posible organizar un viaje por Centro y Sudamérica ya de placer o negocios, y hoy en día naciones como Estados Unidos, Inglaterra y España tienen alerta entre sus habitantes de no aventurarse para ser sorprendido por mafiosos y grupos delictivos de alta gama.


Lo cierto es que en 2019, Ecuador era un destino turístico tranquilo. La tasa de homicidios era inferior a siete por cada 100.000, aproximadamente la misma que en Estados Unidos.


Cuatro años más tarde, es decir, en 2023, la cifra es de casi 45 por 100,000, lo que lo convertía en el país más mortífero de América Latina continental, a su vez la región más violenta del mundo. Durán, en Ecuador, la ciudad más violenta del mundo registró el año pasado una asombrosa tasa de 148 asesinatos por cada 100,000 habitantes.


El país se ha visto arrasado por una oleada de delincuencia organizada, centrada en el contrabando de cocaína de Colombia a Europa a través de puertos ecuatorianos.


Sin embargo, el resto de América Latina también sufre las consecuencias de la expansión de los grupos delictivos transnacionales. Incluso las tranquilas Costa Rica y Uruguay están experimentando un aumento de la violencia.


En respuesta, los gobiernos de la región (incluido el de Ecuador) se han aficionado a las políticas de mano dura. Éstas incluyen la declaración del estado de emergencia, el encarcelamiento masivo e indiscriminado y el envío del ejército a las calles para mantener el orden. Estas tácticas han recibido el impulso de su aparente éxito en El Salvador.


En marzo de 2022, el presidente Nayib Bukele, declaró el estado de excepción después de que las bandas asesinaran a 87 personas en un solo fin de semana.


Desde entonces, el gobierno ha encarcelado a casi 80,000 personas, más del 1% de la población. La tasa de homicidios ha descendido hasta niveles cercanos a los europeos, y Bukele se ha convertido quizá en el líder electo más popular del mundo.


En un referéndum celebrado el 21 de abril, los ecuatorianos respaldaron por abrumadora mayoría las medidas más duras contra la delincuencia propuestas por el Presidente Daniel Noboa, que incluían anular la prohibición constitucional de extraditar delincuentes, permitir que el ejército patrullara permanentemente las calles y las cárceles, y eliminar la posibilidad de excarcelación anticipada para los reclusos de buen comportamiento.