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Foto: Blas Buendía .
*Génesis lineales de la deshonestidad de la izquierda mexicana que siempre ha cobrado con su corruptora mano derecha *Invasiones, luchas, rapiñas, disfraces, trampas, es lo que seguirá ofreciendo la 4T en el próximo sexenio
Blas A. Buendía . | Ciudad de México | 17 Ago 2024
La esfera operativa del próximo gobierno sexenal que encabezará Claudia Sheinbaum tendrá un matiz genealógico tras pronunciar un discurso inmoral, ya que rechazó toda separación con el todavía #NarcoPresidenteAMLO, a quien calificó como “el mejor presidente” que haya tenido la historia de México, lo que reflejará que la próxima presidenta de México seguirá entregando —por órdenes de López Obrador— poder y territorio a los narco-maleantes.
“Nuestros adversarios se molestan cuando hablo de Andrés Manuel López Obrador, piensan que me afectan cuando repiten sus insultos cargados de misoginia. Lo que quisieran es que hubiera un deslinde, que marcara diferencias, que lo criticara. No lo voy hacer. Nunca. Primero, porque para mí ha sido y es y será un honor estar con Obrador”, dijo al marcar una diferencia interpretativa en el combate en contra del crimen organizado.
Politólogos también aportan la riqueza plural de la verdad, en el sentido que “Hoy está en los pasillos de la misma Presidencia de la República. El gobierno de Morena ha entregado el país a los criminales. Eso explica muchas de las reformas del presidente Obrador. Especialmente la reforma al Poder Judicial. Ya entendimos hacia dónde y en que orientación pretenden llevar a México”.
Más aún, la Vox Populi acusa que con Obrador, México ha sufrido la banalidad transformadora de un narco gobierno que a la vuelta de la historia, pagará con creces el veto que en breve le tenderá Estados Unidos y países de Europa, para no hacer ningún acuerdo comercial en detrimento del crecimiento interno del país.
Sumado a ello, representaría una limitante para frenar el detonante económico, hasta en tanto que la ahora exquisita izquierda mexicana —que siempre ha cobrado con la corrupta mano derecha en detrimento de las miserables clases sociales que la rodea—, la inefable Cuarta Transformación está conduciendo al abismo a todo México.
Si los más de 130 millones de mexicanos se niegan a restaurar la paz social que siempre caracterizó a México como una nación confiable, en menos de 20 años se observará la sombra de Cuba o Venezuela, donde impera fuertemente la industria de la pobreza, hasta llegar a niveles insospechados con el desastre de su infraestructura interna.
Si bien es cierto que la genealogía es el estudio y seguimiento de la ascendencia y descendencia de la caterva de morenistas saqueadores de las riquezas nacionales, para los críticos no les convenció —pero en nada— la perorata demagógica de la ahora presidenta electa, que el próximo 1º de octubre, rendirá protesta como la primer mujer que se convierta en Presidenta de México, en ceremonia faraónica del Palacio Legislativo de San Lázaro.
La genealogía es gris; es meticulosa y pacientemente documentalista. Trabaja sobre sendas embrolladas, garabateadas, muchas veces reescritas. El filósofo alemán Paul Ree se equivoca, como los ingleses, al describir las génesis lineales, al ordenar, por ejemplo, con la única preocupación de la utilidad, toda la historia de la moral: como si las palabras hubiesen guardado su sentido, los deseos, su dirección, las ideas, su lógica; como si este mundo de cosas dichas y queridas no hubiese conocido invasiones, luchas, rapiñas, disfraces, trampas.
De aquí se deriva para la genealogía una tarea indispensable: percibir la singularidad de los sucesos, fuera de toda finalidad monótona; encontrarlos allí donde menos se espera y en aquello que pasa desapercibido por no tener nada de historia —los sentimientos, el amor, la conciencia, los instintos—, captar su retorno, pero en absoluto para trazar la curva lenta de una evolución, sino para reencontrar las diferentes escenas en las que han jugado diferentes papeles; definir incluso el punto de su ausencia, el momento en el que no han tenido lugar.
Un cierto encarnizamiento, en resumen, es la erudición. La genealogía no se opone a la historia como “la visión de águila” y profunda del filósofo en relación a la mirada escrutadora del sabio; se opone por el contrario al despliegue meta-histórico de las significaciones ideales y de los indefinidos teleológicos. Se opone a la búsqueda del “origen”.
En el discurso de Claudia Sheinbaum, en la sesión solemne en la que le fue entregada la constancia de mayoría por parte del Tribunal Federal Electoral, prácticamente fue a mostrar una burlesca advertencia en contra de jueces, magistrados y ministros, incluso mostró su plena incapacidad de iniciativa para fija una posición propia, sino más bien, se detectó la mano que mece la cuna tabasqueña.
Malició que el 2 de junio de 2024 el pueblo de México ejerció uno de los derechos fundamentales establecido en el artículo 35 de nuestra Constitución: votar y ser votado, en este caso, votada, so pena que la 4T de Morena, pretende cambiar el estatus jurídico de la nación, con un aberrante bodrio constitucional de los izquierdosos deshonestos.
Presumió y recapituló que fue una jornada participativa, democrática, pacífica, ordenada y libre. Esa noche, recordó, se dio a conocer el resultado preliminar de la elección; el domingo siguiente, el Instituto Nacional Electoral, saludó a su Presidenta, informó del resultado de los cómputos distritales.
Después del análisis de las diversas impugnaciones, como lo determina la norma electoral en nuestro país, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, resolvió la validez de la elección por unanimidad a la Presidencia de la República.
Nuestro movimiento, dijo, obtuvo 35 millones 924 mil 519 votos, lo que representa el 59.76% del total de la votación; 32 puntos por encima del segundo lugar. Un hecho inédito e histórico.
Sheinbaum, sin embargo, no fue clara para señalar que la elección del dos de junio se cometió el fraude más escatológico de la historia de México, donde aparentemente participaron más de cinco millones de ilegales a quienes el INE, ilegal e inconstitucionalmente, los dotó de credenciales de elector sin haber nacido en este país.
En este sentido, Sheinbaum lanzó una subliminal y seria amenaza que recordó las monstruosas ocurrencias del #NarcoPresidenteAMLO, para “enriquecer” y destruir con unas insulsas reformas al Poder Judicial Federal.
“Reconozco a las magistradas y magistrados su respeto por la voluntad popular y su ejercicio democrático. Debemos sentirnos todas y todos orgullosas y orgullosos porque el pueblo de México mostró su conciencia cívica, su vocación democrática, su sentido republicano, pero también, el reconocimiento colectivo de su fuerza y de su historia expresada con claridad y contundencia el día de la jornada electoral”.
Es la primera vez en 200 años de la República, que recibe el reconocimiento de presidenta electa una mujer, presidenta (con “a”). Como lo he dicho en otras ocasiones, no lo asumo solo como un triunfo individual o como el esfuerzo personal.
En la sala superior del Tribunal Federal Electoral, sin mencionar nombres, corrió en las mentes imaginarias cuando el presidente Adolfo Ruiz Cortines, como Estadista de abolengo, promulgó reformas constitucionales que otorgaron el voto a las mujeres en el ámbito federal, el 17 de octubre de 1953, que con el tiempo fueron encumbrándose a millones de mexicanas, hasta hoy con su empoderamiento presidencialista, cuyo matriarcado sería otro peligro para México. Una cosa es poseer las bases fundamentadas, y otra la ambición del dinero corruptor, ya que este fenómeno no tiene fronteras.
Claudia Sheinbaum que, como ha quedado asentado en la historia de México, “llegamos todas. Las mujeres heroínas de nuestra patria, las visibles, pero también las millones de mujeres invisibles de generaciones y generaciones, que han hecho posible que consigamos este reconocimiento”, ubicar a una de tantas de ellas, en la Silla Presidencial de Palacio Nacional.
“Llego nutrida y llena de la fuerza que proviene de nuestras ancestras, nuestras abuelas, nuestras madres, pero también con la de nuestras hijas y nuestras nietas. Hoy llegamos todas y con ello, me comprometo a luchar para seguir construyendo igualdad y libertad para todas las mujeres mexicanas, en especial para las más vulnerables y de cuidar, como lo hacemos las mujeres, responsablemente, el porvenir de nuestra patria”, ejemplificó.
Presumió —una y mil veces más—, la votación masiva expresada en las urnas ese 2 de junio, lo cual tiene varios significados que debemos escuchar y honrar. “Y no solo me refiero a mi persona como presidenta electa y la responsabilidad que me corresponde, sino también a todas y todos los mexicanos, a quienes votaron por nosotros y a quienes no lo hicieron. La mayoría de la gente votó porque siga “un gobierno honesto”, de resultados, “con amor a la patria” y “con amor al pueblo de México”, remarcaría al muy estilo venezolano chavista-madurista, adhiriéndose la cultura cubanista, vivir en la escatología de los tiranos de izquierda.
Dicho de otra forma, añadió, la mayoría de las y los ciudadanos no quieren que regresen los gobiernos al servicio de unos cuantos, o la prepotencia, o el influyentismo; no quiere que regresen ni la corrupción, ni los privilegios. Ese es el mandato del pueblo de México y nos corresponde seguir haciéndolo realidad.
Es decir, puntualizó, el mandato es claro: continuar y avanzar con la Cuarta Transformación de la vida pública, la que inició en 2018 el presidente Andrés Manuel López Obrador, “y como lo ofrecí y manifesté durante todo el proceso electoral, eso significa seguir construyendo un México libre, de bienestar, un México de derechos, en paz, fraterno, independiente, soberano, democrático y justo”.
Un México libre, apuntó, concibo que la libertad con la que votaron y por la que votaron las y los mexicanos, es lo que significa un gobierno que no reprime y que respeta la libertad de expresión, de reunión, de prensa, de movilización. “Ahora, contrario a quienes piensan que la libertad solo está en el mercado, pienso que la libertad por la que votaron la mayoría de las y los mexicanos es la que puede ejercerse a plenitud en un régimen democrático y basada en los derechos de las personas”, sostuvo.
Luego, Claudia —a comparación de su maestro intolerantemente difamador, el #NarcoPresidenteAMLO—, “no hay libertad plena cuando no hay bienestar y derechos”.
Es decir, es falsa la libertad del que debe cruzar kilómetros para migrar por pobreza. También es falsa la libertad del poder de compra con un salario de hambre o la libertad de acabar con el planeta. Esa es una falsa libertad. La libertad puede ejercerse a plenitud en un régimen democrático y donde las y los mexicanos puedan vivir con bienestar, con derechos.
Posteriormente dejaría en claro su apego a la Cuarta Transformación. “Un México de bienestar y derechos. La 4T, por la que votaron mayoritariamente las y los mexicanos, es la que concibe como derechos y no como privilegios la educación, el acceso a la salud, la alimentación saludable, la vivienda digna, el salario justo, la pensión suficiente, es decir, eligieron un estado de bienestar desde la cuna hasta la tumba. El pueblo decidió que continúe la economía moral y no regrese el sistema neoliberal”.
Un México con paz. Me comprometí durante el proceso electoral a seguir construyendo la paz, atendiendo las causas y abatiendo la impunidad y el pueblo lo aprobó con su voto. “Lo haremos con estrategia, no regresará la guerra contra el narco, seguiremos construyendo paz con justicia”, mencionó.
Y continuó: Un México fraterno. Estoy convencida que si algo avaló con su voluntad la mayoría de las y los mexicanos es que no queremos que nadie sea discriminado, que nunca más se trate al pueblo de México con desprecio, con clasismo, con racismo o a las mujeres con machismo. Que nuestras raíces y nuestro destino están en la fraternidad, en el humanismo, en ser tratados siempre como iguales.
Un México soberano, libre, independiente. Pienso que también quedó claro el 2 de junio como lo dice la Constitución desde los sentimientos de la Nación, que la soberanía reside esencial y originariamente en el pueblo y que por ello el mandato es no alejarse y que esa soberanía está siempre por encima de grupos o individuos por más poderosos que parezcan. Eso nos hace más libres, soberanos e independientes.
Un México democrático y justo. Concibo que el pueblo de México plasmó ejemplarmente el 2 de junio que la democracia reside en el poder del pueblo, para el pueblo y por el pueblo y que con su voto demanda también más democracia y más justicia. Debemos entender todas y todos los mexicanos que hay un mandato popular.
Justicia en el sentido amplio de la palabra significa justicia social, justicia ambiental, justicia para las mujeres, justicia para todas las personas y también justicia igual para el pobre y para el rico, es decir, el pueblo de México también decidió mayoritariamente un verdadero Sistema de Justicia que sea igual para todas y todos los mexicanos.
Un sistema que también comprenda la separación entre el poder económico y el poder de la justicia. Un Estado de Derecho. Por ello, no debemos temer a la democracia. Decía Juárez: la democracia es el destino de la humanidad, la libertad, su brazo indestructible.
El 2 de junio el pueblo de México también plasmó su voluntad para la composición del Congreso de la Unión y es clara la norma electoral en la asignación de los legisladores de mayoría y de representación proporcional. “Estoy convencida que las y los titulares del Poder Judicial en materia electoral conocen a profundidad este tema porque así han actuado en pasadas elecciones y sabrán respetar también la Constitución, las leyes y la voluntad del pueblo”.
Subrayó: “Como titular del Ejecutivo Federal, como primera mujer Presidenta de México, sepan que actuaré con honestidad, responsabilidad, respetando la independencia de los Poderes, gobernaré para todos y para todas las mexicanas y mexicanos, y tengan la certeza que nos sentimos y nos sentiremos todas y todos cada día más orgullosos de nuestro origen, y también de nuestro porvenir”.
Nadie debe temer a nada, al contrario, el futuro es promisorio, somos un país y un pueblo extraordinario, único, maravilloso. Estaremos a la altura de las circunstancias y de nuestro hermoso y glorioso pueblo. Hago el compromiso de no defraudar, y de poner todo mi empeño, mi conocimiento, mi corazón, mi esfuerzo, mi voluntad y hasta la vida misma para servir a mi patria y a mi pueblo.
Que viva México, finalizó con voz tenue, sin proclamar mayores resultados, más aquellos malabaristas del movimiento de Morena, quienes ovacionaron a Claudia que lucía una vestimenta impecable.
De este modo, así se suscribió la genealogía de Claudia Sheinbaum Pardo, al pronunciar un discurso inmoral, que pese a ello, Doña Claudia será Presidenta de México a partir del 1º de octubre, integrándose a las 26 mandatarias del mundo, y una de las cinco más existentes en América Latina.
En resumen, a partir del 1º de octubre se reactivará el segundo piso del narco poder en México, toda vez que el Estado no ha frenado la violencia criminal, para nada…, pese al conocimiento del Ministerio Público perteneciente a la Fiscalía General de la República. México pareciera correr para su transformación como una nación bananera.
Reportero Free Lance*
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