En una asombrosa cita cósmica, en una misma región del cielo se pudo observar a seis planetas: Saturno, Venus, Neptuno, Urano, Júpiter y Marte, que los miles de asistentes a la explanada de Universum, Museo de las Ciencias, pudieron disfrutar la noche del 23 de enero con sólo voltear la vista al cielo y con ayuda de telescopios.
“Juntos pero no alineados” fue el evento gratuito organizado por la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) de la UNAM, en la que se incluyeron diferentes actividades en torno a este espectáculo astronómico, y al cual acudieron parejas, familias enteras y grupos de amigos.
Ante una explanada pletórica, con pequeños disfrazados de astronautas, y jóvenes portando playeras de la NASA, Soledad Funes Argüello, coordinadora de la Investigación Científica, afirmó que observar el cielo es una de las primeras ventanas que tenemos para acercarnos a la ciencia.
En tanto, expresó, las actividades del Museo y la DGDC son un puente para que quienes hacemos ciencia en la UNAM y fuera de ella, tengamos comunicación directa con el público. “Los científicos del futuro están entre ustedes; les agradecemos su entusiasmo”.
Luis Alberto Zapata González, director del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica, con sede en el campus Morelia de la UNAM, explicó que tener conjunciones de planetas (cuando están muy cerca unos de otros en el cielo) es común, se ven de forma cotidiana, pero tener seis al mismo tiempo es un espectáculo digno de apreciarse, por lo que agradeció la iniciativa del evento.
El titular de la DGDC, Manuel Suárez Lastra, agradeció a todos los involucrados en la realización del evento y anunció que con este acto se pretende iniciar un ciclo en el que mes con mes se puedan hacer reuniones como ésta, en las que se observe algún evento astronómico, se proyecte una película y un especialista dé una charla.
En representación del Instituto de Astronomía, Brenda Carolina Arias, recalcó el esfuerzo y trabajo de muchas personas detrás de la organización del encuentro, por lo que agradeció la excelente respuesta de la gente, con pasión por la ciencia.
Al dictar la charla “ Juntos pero no alineados”, Alejandro Farah Simon, investigador del IA, calificó como “una belleza” tener la oportunidad de ver seis planetas en una misma noche, ya que no es un evento común.
Recordó que el Sol constituye poco más del 99 % de la masa del sistema solar; al ser lo más masivo, atrae a todos los planetas y los mantiene en órbita a su alrededor, junto con lunas, asteroides o polvo. Y a su vez, nuestra estrella orbita alrededor del centro de nuestra galaxia, para lo cual tarda 260 millones de años.
También se refirió a algunas características de los planetas; por ejemplo, Venus es terriblemente caliente, con una atmósfera llena de dióxido de carbono, por lo que incluso materiales como el plomo o el acero, no soportan el embate de su clima, y las sondas que se han enviado se destruyen en poco tiempo. O Neptuno, muy difícil de observar, con anillos muy finos que no se aprecian bien desde la Tierra.
El fenómeno observado, recalcó Farah, fue de planetas juntos en una misma noche, pero no alineados, y que no volverá a ocurrir sino hasta 2040.
Los amantes del cosmos que acudieron a la cita en Universum, algunos cómodamente sentados en sus tapetes de yoga, y otros en petates y cobijas, disfrutaron de cine al aire libre y palomitas gratis, con la película Interestelar (2014), de Christopher Nolan.
Y una de las partes más esperadas por el público fue la observación con telescopios de cada uno de los planetas. Los asistentes de todas las edades no ocultaron su asombro, luego de formar largas filas.
La DGDC explicó que visualmente una alineación planetaria sucede cuando varios planetas del sistema solar se posicionan en la misma región del cielo desde nuestra perspectiva en la Tierra. La alineación es aparente o sólo visual, ya que si pudiéramos observar el sistema solar fuera de él, veríamos algo muy diferente: nos daríamos cuenta de que cada planeta se encuentra siguiendo su órbita en su eterno movimiento de traslación alrededor del Sol o sea, que están “juntos pero no alineados”.
Con voltear la vista al cielo los observadores pudieron distinguir, por ejemplo, a Marte, un lucero rojizo y muy brillante, al oriente del firmamento; en el cenit, Júpiter, el objeto estelar más brillante sin titilar; y hacia el occidente se reconoció a Venus, el “lucero del atardecer”, y junto a él, Saturno, interesante por sus anillos.