31 de Marzo de 2025
Místicos y terrenales
Por: Marco Antonio Aguirre Rodríguez

Gómez Cazarín y Cuitláhuac impulsan el nepotismo y la formación de cacicazgo en Morena

27 Mar 2025 / *En Catemaco, Morena postula a un chapulín que se ha enriquecido con el poder municipal *Y en Hueyapan el cacicazgo de los Gómez Cazarín continúa, vía un prestanombres

Morena se está convirtiendo en la protectora de nuevos cacicazgos y del nepotismo.


Los dirigentes de Morena muestran una vez más que les importa poco la palabra de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, y la de la presidenta nacional del partido, Luisa María Alcalde Luján, quienes dijeron que no habría nepotismo en la designación de sus “promotores de la 4T”.


Un ejemplo de esto, es el caso Catemaco, donde se está en proceso de consolidación de uno de los cacicazgos protegidos por Morena y además de la imposición por nepotismo.


Ahí el candidato a la presidencia municipal o “promotor de la 4T” es Julio César Ortega Serrano.


Este “promotor” impuesto, es yerno del actual presidente municipal, Juan Rosario Morales, a quien Julio César Ortega impulsó para que llegará al cargo, con el visto bueno de Cuitláhuac García y como parte de las cuotas de poder a Juan Javier Gómez Cazarin, el ahora delegado de Bienestar en el estado.


Julio César Ortega Serrano para construir el cacicazgo que pretende en Catemaco, no ha tenido empacho en pasar de partido en partido.


O sea, es un consumo chapulín de la política.


Ortega Serrano fue panista en sus inicios políticos, pero en 2017 se acercó al PRD para pedir la candidatura a la presidencia municipal de Catemaco, en la alianza que tenía ese partido con el PAN. Y ganó la alcaldía.


Eran los tiempos en que el hartazgo social por la corrupción de Javier Duarte y su grupo inclinó la balanza a favor de los Yunes de El Estero, específicamente.


Era la época en que Miguel Ángel Yunes Linares gobernaba Veracruz y soñaba con crear un imperio al heredarle la posición a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, el cual fue derrotado estruendosamente en el 2018 por el bodoque de Cuitláhua García.


Hoy Julio César Ortega quiere volver a ser presidente municipal a partir de 2026, afianzando un cacicazgo en Catemaco, porque cuando salió del cargo impuso a su cuñado Juan Rosario Morales para el lapso 2022-2025.


En 2017 era un hombre humilde, que llegó prácticamente con una mano adelante y la otra atrás; en ese entonces era la alternativa ante la mala gestión realizada por el priista Jorge González Azamar.


Su esposa, Erika del Carmen Rosario Morales, tenía una pequeña ferretería, la cual creció como la espuma en cuanto Julio César Ortega llegó a la presidencia municipal.


La operación fue muy sencilla: Simplemente el dinero de la Tesorería del ayuntamiento lo mandó a la ferretería, como si hubiera sido un “préstamo” para que la misma se surtiera de materiales para la construcción y de otros artículos que podrían “vender” al ayuntamiento.


Conforme la ferretería realizaba “las ventas”, reintegraba el dinero a la tesorería, o simplemente lo descontaban del “préstamo”.


Todos estos “movimientos extraños” fueron encubiertos por Juan Javier Gómez Cazarin, con quien Julio César Ortega “trabó muy buena relación”, al grado de que contratistas “apoyados” por el entonces coordinador de la bancada de Morena en el Congreso de Veracruz, compraban los materiales en la ferretería de la esposa del alcalde.


Una muestra de como Gómez Cazarin protegía a su aliado y socio (y por tanto a sus intereses) fue la revisión de la cuenta pública del 2018, en la cual, en la Cámara de Diputados de Veracruz le limpiaron la cuenta a varios ayuntamientos de manera descarada.


Para esa cuenta, en una primera revisión el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), a cargo de Delia González Cobos, realizó observaciones por 3 millones 43 mil 929 pesos, pero en la segunda emisión el presunto daño patrimonial ya era de cero pesos.


En Catemaco, Gómez Cazarín impulsó la reapertura de la planta embotelladora de refrescos Coyame, ubicada en la población del mismo nombre, en el municipio de Catemaco (también como presunto socio, aunque hay quienes mencionan que es el real propietario o “representante” de Cuitláhuac García), para la cual el alcalde Julio César Ortega mejoró infraestructura y dio toda clase de facilidades.


A esas alturas Julio César Ortega ya había olvidado completamente el apoyo recibido del PRD para llegar al cargo y comenzó a construir su red de operadores electorales para poder conservar el poder y la presidencia municipal


El entonces alcalde de Catemaco, con el entramado político que había formado y la alianza que ya tenía con el gobernador Cuitláhuac García y con Gómez Cazarin, anota para sucederlo como candidato a la presidencia municipal por Morena a su cuñado, Juan Rosario Morales, hermano de su esposa, Erika del Carmen Rosario Morales.


El triunfo se lo llevan con el nuevo partido aplanadora en el que convirtieron a Morena.


Una muestra de que su cuñado es pieza suya, es que en diciembre de 2017, antes de entregar el ayuntamiento, compró un coche color blanco, que la hija de Julio César y de Erika del Carmen, utilizó en la universidad como si fuera de su propiedad, a partir del 2018. Y eso que su papá ya no era el alcalde, pero seguía moviendo los hilos del Ayuntamiento… y los negocios.


Ahora Julio César Ortega busca ser nuevamente el alcalde de Catemaco, ya abiertamente inscrito en Morena, olvidado por completo de su pasado panista, de sus alianza con los Yunes de El Estero, y del favor que le hicieron en el PRD.


Su nuevo brinco chapulinesco en la política.


Julio César Ortega es impuesto ahora como candidato a la presidencia municipal de Catemaco con el apoyo del exgobernador Cuitláhuac García, que sigue cobrando cuotas de poder vía Juan Javier Gómez Cazarin.


La imposición para que fortalezca su cacicazgo se da por encima del pronunciamiento de la presidenta Claudia Sheinbaum contra el nepotismo y la herencia de cargos y de la presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, quien aseguró que en este partido no se haría esto.


Julio César Ortega ya no es el hombre humilde que llegó a la presidencia municipal en 2018.


Hoy usa zapatos de marca al igual que cinturones con logotipos caros.


Pero eso no es todo. En toda la zona son famosos sus pesebres climatizadas para sus caballos de raza fina, a los que tiene en un rancho 100 hectáreas a la orilla del lago de Catemaco, rumbo a la comunidad de La Margarita.


Por eso quienes lo conocen dicen que quiere volver, pero para llevarse lo que dejó.


Así son las historias de los que llegan a sentirse los grandes místicos y poseedores de la “fuerza divina” para gobernar y manipular a los terrenales.


 


Y EN HUEYAPAN EL CACICAZGO DE LOS GÓMEZ CAZARIN CONTINÚA, VÍA UN PRESTANOMBRES


Pero este no es el único cacicazgo que Morena propicia y protege.


Otro ejemplo es lo que ocurre en Hueyapan de Ocampo.


En ese municipio, los Gómez Cazarin se consolidan como los caciques del pueblo, los mandamases.


Ahí el presidente municipal es Juan Gómez Martínez, o “Jona” como le llaman, quien es el padre de los Gómez Cazarin.


El cargo lo obtuvo por una concesión que Cuitláhuac García le hizo a su “amigo cercano” Juan Javier Gómez Cazarin.


Ya montados en el poder de ese municipio, querían mantener la dinastía, pero se contuvieron por el pronunciamiento antinepotismo.


La idea era que en el poder lo sucediera su hijo, Luis Alberto Gómez Cazarín, hermano del delegado del Bienestar.


En su lugar promovieron a un prestanombres, un títere, Armando Ramón Caldelas, quien era el secretario particular del todavía alcalde Juan Gómez Martínez.


Así pues no habrá un Gómez Cazarin en la presidencia municipal de Hueyapan, pero los hermanos Gómez Cazarin seguirán siendo quienes mandan en ese pueblo.


La construcción del cacicazgo sigue.

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