13 de Mayo de 2024
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La guerra entre periodistas

27 Oct 2020 / A los reporteros que han muerto asesinados a causa de su labor informativa, en primera instancia las autoridades lo criminalizan, intentan relacionarlo con bandas delincuenciales, sin que los patrones salgan a abogar por ellos

Recalcamos en los tiempos negros de Javier Duarte, fue creada la Comisión Especial para la Atención y Protección de Periodistas la tristemente célebre CEAPP.

Antes de que esa comisión “especial” existiera, la preocupación de los reporteros era no morir a causa de una bala perdida, no ser levantado por un “comando armado”, cumplir con las notas que el patrón pedía para cumplir con el día y ya.

Durante los gobiernos de Fidel Herrera y Javier Duarte, crecieron en el Estado de Veracruz medios de comunicación totalmente entregados al gobernador en turno, tanto que diariamente se publicaba una foto o una nota del mandatario en portada, aunque esto no tuviera sentido para el periodismo real. Pero había que cumplir con los compromisos.

La competencia leal, siempre es buena, obliga a los competidores a mejorarse siempre y muchos creyeron que la llegada a esta ciudad de nuevos periódicos regularía la información y tendríamos periodismo de calidad, pero nos llevamos un chasco y nunca pudieron competir con el Diario que acaparaba las ventas; además, ni les importaba competir.

Pero los periodistas creemos que somos el non plus ultra de la comunicación, los dueños de la verdad y transferimos esa creencia al público que hace favor de leer, escuchar o ver nuestro trabajo, eso nos brinda un poco de fama, perooo…

En esa creencia olvidamos algo muy importante para nuestra permanencia en un trabajo, somos empleados, trabajamos bajo supervisión como cualquier otro empleado; si creemos que somos súper especiales por ser periodistas, pues ya es asunto de cada quien.

Y es que hay compañeros que realizan una labor peligrosa, denunciar, señalar, descubrir y exhibir a delincuentes, políticos tramposos, policías deshonestos, o cualquier hecho que ocurra en la vía pública con cualquier ciudadano, siempre es un riesgo que no cuenta para el patrón que paga, porque hemos visto muchos casos de reporteros amenazados sin que eso sea motivo de una protección especial por parte de la empresa que contrata.

A los reporteros que han muerto asesinados a causa de su labor informativa, en primera instancia las autoridades lo criminalizan, intentan relacionarlo con bandas delincuenciales, sin que los patrones salgan a abogar por ellos.

Finalmente, la empresa no es responsable de gastos médicos ni pago funerario en su caso, todo eso se transfiere al gobierno, el verdadero patrón.
Entonces, ante el riesgo por realizar la labor periodística, tiene el gobierno que crear una instancia “especial” para supuestamente proteger a los periodistas.

Si de por sí, ya el gremio se encuentra dividido a causa de razones políticas e ideológicas, ahora se ahondan las diferencias por las diferentes formas de percibir un recurso gubernamental que de verdad funcione en la atención y protección de periodistas.

Porque finalmente, todo se reduce a cuestiones de dinero y muchos pelean por estar bien con el gobierno y los directivos dela CEAPP, mientras que otro bando busca eficientar la labor de la Comisión “Especial” y otros más pugnan porque desaparezca al no cubrir con su manto protector a la totalidad del gremio.

Bueno sería que este aguerrido y dividido sector laboral buscara la forma de tener diputados y senadores para impulsar reformas Constitucionales que impulsaran mejoras salariales, obligara a patrones a cumplir con la Ley Federal del Trabajo, porque resulta que es el gremio que no cuenta con protección sindical, que sería la forma correcta y legal para defender derechos y luchar por reivindicaciones.

Pero no, mientras seguiremos peleándonos entre nosotros, defendiendo a patrones que festejan sus logros económicos juntos y riéndose de nuestras burdas batallas por conseguir a la CEAPP.