José Ramón Cossío expondrá el intento de asesinato de Díaz Ordaz

Carlos Castañeda de la Fuente intentó asesinar a Gustavo Díaz Ordaz el 5 de febrero de 1970 como un acto de venganza por las víctimas de la masacre de 1968. La historia judicial de este caso se desvela en el nuevo libro de José Ramón Cossío, miembro de El Colegio Nacional, Que nunca se sepa: Intento de asesinato contra Gustavo Díaz Ordaz y la brutal respuesta del Estado mexicano (Debate, 2023). 

José Ramón Cossío presentará su obra el próximo miércoles 30 de agosto a las 18 horas en el Aula Mayor de El Colegio Nacional (Donceles 104, Centro Histórico, CDMX). Al finalizar el diálogo en torno al volumen, Cossío ofrecerá una sesión de firma ejemplares. 

En el volumen, Cossío relata cómo en aquel 5 de febrero, justo después de la conmemoración de la Constitución de 1917, cerca del Monumento a la Revolución, Castañeda de la Fuente disparó su pistola semiautomática Luger Parabellum hacia un vehículo en el que, supuestamente, viajaría Díaz Ordaz. Sin embargo, el intento falló y la bala impactó en la parte inferior de la puerta. 

En realidad, en el automóvil se encontraba el general Marcelino García Barragán, entonces secretario de la Defensa Nacional. Castañeda de la Fuente fue detenido de inmediato por agentes del Servicio Secreto y Guardias Presidenciales, siendo trasladado a la Dirección Federal de Seguridad, donde sufrió torturas durante aproximadamente 10 días. 

Luego de su detención, fue llevado al Campo Militar Número Uno, donde permaneció recluido durante cuatro meses. “A diferencia de llevarlo a proceso penal, que es lo que correspondería, por la presunta comisión de un delito, en cuatro días lo declararon incapaz mental, lo encierran en el hospital psiquiátrico ‘Samuel Ramírez de la Fuente’, localizado en la salida a Puebla, en una celda de enorme restricción”, explica el colegiado. 

Según José Ramón Cossío, Castañeda de la Fuente estuvo bajo la vigilancia de la Secretaría de Gobernación, y fue sometido a tratamientos médicos muy graves durante cuatro años. Finalmente, pasó 23 años internado en el Pabellón Cinco, destinado a pacientes mentales violentos. 

“Un buen día, cuando empiezan las investigaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Castañeda de la Fuente salió libre y vivió once años en condición de calle. Una madrugada lo atropella un automóvil y muere”, narra José Ramón Cossío. 

En palabras de Cossío, lo que resulta aún más intrigante y dramático es que los medios de comunicación de la época no reportaron este suceso. Por esta razón, el equipo editorial de Debate concluye que el Gobierno, al declararlo mentalmente incapaz en tan solo cuatro días, efectivamente acabó con la vida civil de Castañeda de la Fuente. 

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