“Ver las numerosas agresiones que los periodistas sufrían en la primera mitad de la década de 2010 hizo que redefiniera mi trabajo, diera un giro a mi investigación y extendiera mi mirada hacia Latinoamérica”, mencionó Celia del Palacio Montiel, al presentar el libro Periodismo de frontera en América Latina en el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV).
En el evento, la escritora estuvo acompañada por Armando Chaguaceda, de Gobierno y Análisis Político, A.C.; Víctor Manuel Andrade Guevara, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), y Raciel Martínez Gómez, del CECC.
La obra presentada aborda la violencia y desigualdad que enfrentan los periodistas en Latinoamérica, con enfoque hacia los de frontera, es decir, quienes laboran en los márgenes físicos, políticos, culturales y económicos de un territorio.
Explora el contexto histórico y político donde trabajan, y en éste se incluyen transiciones democráticas y regímenes autoritarios.
La autora explicó que en su texto muestra como los comunicadores sobreviven y desarrollan su práctica profesional en situaciones adversas, donde las reglas y la imparcialidad no operan y el debate no existe.
Armando Chaguaceda definió a la obra como un libro de innovación situada, que crea nociones para repensar el ejercicio del periodismo en Latinoamérica.
Trata de justificar su contenido con datos y deja en claro que no puede entenderse el ejercicio periodístico sin comprender el marco político imperante.
“El texto fue escrito por una historiadora que habla de periodismo desde lo político, lo tecnológico y lo social”, puntualizó el experto.
Víctor Andrade aseguró que Periodismo de frontera en América Latina es un trabajo riguroso y serio de una investigación sistemática, lo cual no siempre se logra en el campo de las ciencias sociales.
Explicó que el libro comienza con una contextualización de la situación política de los países latinoamericanos, y en él la autora acuña el término “periodismo de frontera”, ubicado en espacios periféricos, entre lo legal y lo ilegal, y movido a través de grupos de caciques.
Raciel Martínez comentó que el libro aclara cómo la competencia feroz de medios de comunicación en el periodo de la globalización agigantó los hechos violentos e inoculó a lo sociedad ante ellos, pues los naturalizó y volvió parte de la cotidianidad.
“La autora desnaturaliza esta violencia y hace una reflexión mayor en el caos llamado México, nación que –asegura– posee una democracia incipiente”, manifestó.