Daniel Hernández Baltazar, investigador comisionado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) al Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana (UV), destacó que la práctica del arte escénico es fundamental para el manejo de las emociones y un mejor desempeño en la vida diaria.
El científico, experto en neurociencias, impartió el taller “Emotividad: trucos neuronales en escena”, a estudiantes de las regiones Coatzacoalcos-Minatitlán, Orizaba-Córdoba y Poza Rica-Tuxpan.
Explicó que el uso de herramientas aprendidas durante la actividad artística y corporal, misma que consistió en la elaboración de una máscara por equipos y sus respectivas representaciones ante el grupo, son útiles para manejar mejor la emoción, y lograr beneficios en la vida diaria y en el desempeño profesional.
“Les hace ver que todos somos una comunidad que está buscando interactuar; a través de la habilidad entre grupos se construye algo que puede beneficiarnos, el arte escénico es eso.”
Planteó que, al interior de la UV, la academia está concentrada no en la radicalidad de la enseñanza del conocimiento, sino en su versatilidad.
Entonces, el estudiantado de las regiones “hacemos siempre una comunidad que busca la manera de ser mejores profesionistas y ciudadanos”.
Respecto de este taller, realizado en el marco del pasado 33º Festival de Teatro Universitario, Esmeralda González González, alumna de la Licenciatura en Agroecología y Soberanía Alimentaria (LASA) de la Universidad Veracruzana Intercultural (UV-Intercultural) sede Las Selvas, dijo que elaborar una máscara le hizo reflexionar sobre el uso constante de ellas en la vida cotidiana.
Descubrió, además, que incorporarla a un trabajo escénico ayuda a expresar una emoción de forma más contundente, transmitiéndola al público.
Sharen Yeratzin Hernández Rodríguez, alumna en noveno semestre de la Licenciatura en Enseñanza de las Artes de la región Poza Rica-Tuxpan, comentó que es la primera ocasión que participa y destacó que su interés está en la divulgación de las expresiones artísticas a distintos públicos, y poner a prueba sus capacidades y habilidades escénicas.
El taller le permitió saber cómo operan las emociones y recordó que Daniel Hernández fue quien impartió la conferencia de la clausura del festival anterior, la cual trató sobre la neurociencia y el arte.
“Al saber que iba a impartir un taller en esta edición quise estar para conocer cómo influye nuestro cerebro en la manera de actuar, de presentarnos al púbico, desde nuestro modo de sentir hasta nuestros personajes.”
Respecto a la dinámica, María Guadalupe Xicalba Tlaxcala, alumna de la Facultad de Ciencias Químicas de la región Orizaba-Córdoba, expresó que le ayudó a entender sus emociones y le gustó mucho la convivencia con los demás estudiantes, generando un gran ambiente que también les facilitó trabajar en equipo.
Juan Carlos Villa Lebrés, estudiante de la Licenciatura en Gestión Intercultural para el Desarrollo (LGID) de la UV-Intercultural sede Grandes Montañas, aseveró que es su primera vez en el festival y optó por este taller debido a que en su formación ya se encuentra trabajando con personas de distintas edades, desde infantes hasta adultos mayores.
“Me llaman mucho la atención la expresión y el teatro, porque son en realidad expresiones diversas que conllevan a la poesía, la música y la danza; de igual manera, es muy agradable tener estos espacios porque conocemos a distintas personas, creamos nexos, y esto permite poder consultarlos también para nuestras actividades.”
El universitario destacó que con estas actividades se entablan amistades que pueden aportar para la formación académica y la formación de redes de colaboración, aunque todas ellas inciden en fortalecer el tejido social, dado que tratan sobre temas controversiales que no están en un teatro convencional como migración, narcotráfico, trabajo sexual o diversidad.
Ana Gabriela, alumna del quinto semestre de la LGID de la UV-Intercultural sede Las Selvas, señaló que su interés por participar nació de su aprendizaje sobre distintas cosmovisiones y conocimientos que se representan en el arte y las costumbres de cada comunidad.
“Estos talleres nos ayudan a enriquecernos y a mejorar nuestra actuación y expresión en cada una de nuestras participaciones”, manifestó.
A la joven le impactó la manera en la que el taller mejora las capacidades de interpretación, su forma de expresarse y de hablar.
