La medida, dirigida por Gemma Quiroz, del grupo de teatro representativo de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) León, ganó en la categoría B, licenciatura sin especialidad en teatro. La obra está catalogada como una pieza didáctica, pues intenta explicar el comunismo.
“Se podría pensar que como Brecht simpatizó con el comunismo, la obra sería parcial, ¡pero no! Contiene una exposición franca y dialéctica del tema, enfrentando los ideales del individuo a los del partido. Ahora bien, el comunismo es solo un ejemplo, pero los dilemas éticos se presentan en todos los grupos sociales, porque siempre y ante todo para ellos lo importante es conservar sus ideales, aunque estos sean inoperantes en la realidad”, explicó Gemma Quiroz.
En la categoría C1, montajes estudiantiles dirigidos por estudiantes, Ballenas. Que nos lleve la marea o encallemos en la orilla fue la elegida como ganadora. Está a cargo del grupo Mapache Teatro, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Guadalajara, y es dirigida por Tania Fonce y Sebastián Ibarra. Esta pieza solo tendrá dos funciones, 1 y 2 de febrero.
“Es la oportunidad para hablar de la descentralización del teatro, porque para nosotros es llevar un proyecto a la capital. La historia es una manera de compartir la tristeza de forma divertida. No nos tiramos al piso para que nos recojan, sino que mostramos la vulnerabilidad de los personajes y existimos junto a ellos. Siempre es interesante escuchar la respuesta y el recibimiento de un público diferente”, resaltó Tania Fonce.
Ghetto gangata: Hurakán Gangata, inscrita en el FITU por CasAzul, Escuela de Artes Escénicas y Audiovisuales, a cargo del grupo Jauría Escénica, con dirección y texto de Diego Álvarez Robledo, ganó en la categoría C2, montajes estudiantiles dirigidos por docentes.
“El proyecto forma parte de una serie de obras de ciencia ficción que suceden en el pueblo imaginario de Gangata, en un futuro cercano, en un juego de imaginación entre el contexto mágico y el mitológico propios de nuestro país, el advenimiento de un mundo tecnológico, gentrificado e hiperglobalizado que parece aproximarse cada vez más”, apuntó el director.
Mirando hacia la nada es un montaje a cargo del Colectivo Obra Negra. Ganador en la categoría C3, montajes de personas egresadas. El colectivo propone un ejercicio que busca encontrar maneras distintas de abordar la teatralidad.
“El FITU ofrece una plataforma ideal para presentar propuestas disruptivas que amplían los límites del teatro. En este montaje, conceptos como lo abstracto y lo concreto invitan al espectador a cuestionar los fundamentos de su existencia, las estructuras sociales y culturales que entendemos como dadas. La historia no busca generar desesperanza, sino abrir un espacio para que el espectador considere sus propias creencias, decisiones y valores desde una perspectiva desprovista de certezas absolutas”, expresaron, mediante un comentario compartido, todxs los integrantes.
El ogrito es dirigida por Israel Ríos, y se trata de la puesta en escena que ganó en la categoría C4, montajes de teatro para infancias, un trabajo del grupo Teatro Lunar, de la Universidad Autónoma del Estado de México, Facultad de Humanidades. El tema central de la obra es la búsqueda de la identidad durante la niñez, con texto de Suzanne Lebeau y traducción de Otto Minera.
“La formación de identidad a esa edad puede resultar contradictoria con las convenciones establecidas, pero finalmente conforman nuestra individualidad. Queremos compartir con el público la travesía del protagonista, un niño ogro, que se siente rechazado por los demás niños, y se encuentra en la búsqueda y conformación de su propia identidad”, aclararon sus creadores.