09 de Enero de 2025
Nacional

Ulises Lara, engendro jurídico, violador y simulador de normas de la FGJCDMX


Foto: Blas Buendía .

*“El Gordito” está marcado como un auténtico kleptocrático de la Cuarta Transformación, “un fiscal de consigna…” *Es una forma muy astuta de describir cómo funcionan las dinámicas de poder y cómo algunas personas pueden beneficiarse de la confusión o el caos, mientras que otros luchan por sobrevivir o hacer justicia; “a río revuelto, ganancia de pescadores”

Blas A. Buendía . | Ciudad de México | 08 Ene 2025

La vox populi tiene razón de ser la consignadora en contra de los malos funcionarios ya sean locales o federales que abusan del poder, como si se tratara “a río revuelto, ganancia de pescadores…”
Con esa expresión que es muy sabia y que se aplica perfectamente a situaciones como la que se suscribe, se sugiere que en momentos de confusión, caos o crisis, hay personas que se benefician o sacan ventaja de la situación, como es el caso de “El Gordito” Ulises Lara López, quien por más de un año ha tenido en sus manos su amplia capacidad corruptora tras bambalinas del poder judicial de la República Mexicana, por su verborrea diarreica apologista.
En el contexto de la corrupción o el abuso de poder, la citada expresión “A río revuelto, ganancia de pescadores”. implica que hay individuos que se aprovechan de la situación para obtener beneficios personales o políticos, mientras que otros sufren las consecuencias negativas.
Es una forma muy astuta de describir cómo funcionan las dinámicas de poder y cómo algunas personas pueden beneficiarse de la confusión o el caos, mientras que otros luchan por sobrevivir o hacer justicia.
Al respecto, las togas independientes de la gran ciudad capital, no salen de su asombro al constatar cotidianamente que el personaje sub realista que ha dirigido a la Fiscalía General de Justicia, extravió totalmente el rumbo jurídico y despreció absolutamente los principios torales de la Carta Magna, reprimiendo, amenazando y corrompiendo a la justicia, lo que lo convirtió en un contumaz violador de normas.
Ese insalubre pilar de lo que tenía que ser la procuración de justicia, no supo y no quiso saber que en nuestra Ley Suprema existe un precepto Constitucional como lo es el arábigo 17, el que estipula en su espíritu que el acceso a que se provea justicia es un derecho fundamental, el cual también es reconocido por la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Pero nada de eso le importó.
Ulises Lara, sociólogo de profesión con suerte, porque asumió el indebido papel de “fiscal de consigna” —la exfiscal citadina Ernestina Godoy lo nombró como su encargado del despacho, “premio” que le valió por su habilidad apologista, desde la propia vocería de la institución—, hasta después de que MORENA arrasara con la última elección federal para ir armando el rompecabezas en la manipulación del Estado de Derecho.
El tristemente célebre funcionario, contó entre sus más cercanos colaboradores a indeseables juristas que ejercieron funciones de fiscales y que avergonzarían a los más despreciados corruptos que hayan sido titulares en dicha institución.
El señalado engendro jurídico rompió todo tipo de principios legales con el único ánimo de satisfacer sus deseos de servir al tráfico de influencias.
Por desgracia, la institución que ha dirigido desde hace más de un año, no le exigió en su momento a Ulises Lara López que mostrara públicamente sus antecedentes y experiencia de cómo obtuvo su título y cédula profesional, que lo acreditan como “Licenciado en Derecho”, condición sine qua non para poder ejercer legítimamente el cargo para el cual fue impulsado.
Pareciera que en México sigue premiando a sus connotados funcionarios corruptos, porque entre jueces, magistrados, abogados y agentes de investigación de la propia Fiscalía, siguen con la vergüenza que los caracteriza: “¿Qué demonios hace un Licenciado en Sociología cuando la dependencia debe contar con un auténtico abogado en derecho penal?”
Pero cuál es la diferencia de un Licenciado en Sociología en comparativa a un abogado en Derecho Penal. ¿Existe compatibilidad de dos carreras en una sola profesión?
Pues bien. Un Licenciado en Sociología y un abogado en Derecho Penal tienen formaciones y enfoques diferentes, aunque pueden complementarse en ciertos aspectos.


Licenciado en Sociología:
— Se enfoca en el estudio de la sociedad, la cultura y las relaciones humanas.
— Analiza los patrones sociales, las estructuras de poder y las dinámicas de cambio social.
— Se interesa por la comprensión de los problemas sociales, como la pobreza, la desigualdad y la justicia social.
— Puede trabajar en investigación, política pública, educación, trabajo social, entre otros campos.


Abogado en Derecho Penal:
— Se enfoca en el estudio y la aplicación del derecho penal, que regula los delitos y las penas.
— Se interesa por la justicia penal, la protección de los derechos humanos y la seguridad pública.
— Analiza los casos penales, interpreta la ley y representa a clientes en tribunales.
— Puede trabajar como fiscal, defensor público, abogado privado o en la administración de justicia, que entre la sociedad, acusa no dejar de ser el mil usos...


Compatibilidad entre ambas carreras:
— Un sociólogo puede trabajar en la investigación y análisis de los problemas sociales relacionados con la justicia penal, lo que puede ser útil para un abogado en derecho penal.
— Un abogado en derecho penal puede beneficiarse del conocimiento sociológico para entender mejor el contexto social de los casos penales y desarrollar estrategias más efectivas para la defensa o la acusación.
— Ambas carreras pueden converger en campos como la justicia restaurativa, la mediación penal o la política criminal.
En resumen, aunque las carreras de sociología y derecho penal tienen enfoques diferentes, pueden complementarse y ser compatibles en ciertos aspectos. Un profesional con formación en ambas áreas puede desarrollar una perspectiva más integral y efectiva para abordar los problemas sociales y legales relacionados con la justicia penal.


Ulises Lara
Ulises Lara López es el encargado de despacho de la Fiscalía de la Ciudad de México desde enero del año 2024 en sustitución de Ernestina Godoy.
De otra suerte, el indeseable fiscal resultaría ser, como hasta ahora lo ha sido, un permanente simulador de la profesión. Ni es de aquí, y ni de allá…
Ulises Lara, al protestar el cargo que detentó jurar, respetar y hacer respetar la Carta de Carranza, la de la Ciudad Capital y las Leyes que de ambas emanen, fue el primero en violarlas y pisotearlas.
El Observatorio Jurídico de la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., hace hincapié que todo mundo conoce y que sabe de estos menesteres cancerígenos que padece la sociedad, repudiará en todo momento, esa insalubre designación.
La Cuarta Transformación de la Nación no quiso dejar sin cargo a ese corrupto e incompetente protegido, acusó el Ateneo.
Con aquella singular maniobra se suplió a un ignaro por otra, lo que resultó en aquel momento congruente con la singular forma de gobernar de Andrés Manuel López Obrador, el otro gran maestro en materia de chantaje y la simulación.
Aquellas acciones populistas fueron aplaudidas a rabiar por corifeos y quienes -viven de la corrupción en esa fiscalía, la cual se ha transformado en una hermandad kleptocrática dentro de la esfera para prevenir la delincuencia organizada, solo que ésta lleva el pago de su penitencia: El juicio popular que en tiempos crueles del pasado, ya se hubiera decretado hasta la pena capital en contra de funcionarios corrompidos.
Las Barras de Abogados coinciden que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, nunca en su acerada pobre historia tuvo un titular tan especial, y si no que lo expresen todos aquellos que en su calidad de +, acudieron al ministerio público para hacer valer sus derechos y de hecho y con incidía sólo obtuvieron arbitrariedades, tráfico de influencias, corrupciones, persecuciones, intimidaciones e incorrectas interpretaciones de la ley.
Ahora, la abogada Bertha María Alcalde Luján, tiene la palabra, esperando que actúe con mano de hierro no solo para abatir al crimen organizado en el campo abierto que se presenta en calles y avenidas de la gran ciudad, sino desde los propios escritorios de este apéndice “republicano” transformado en sede del crimen institucional.
“¡Es cuanto!, puntualizó la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., que encabeza el penalista Alberto Woolrich Ortiz.


 


 


Reportero Free Lance *
Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021
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