09 de Febrero de 2025
Internacional

Seminaristas maduros, contra la pederastia y otras desviaciones

En entrevista aseguró que los primeros signos de la patología origen de la pederastia pueden ser identificados ya desde el seminario, reconoció en la psicología una herramienta auxiliar para los formadores de sacerdotes y fue claro: los seminaristas con problemas afectivos deben ser tratados, siempre fuera de las casas de formación.
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*Una conversación con el obispo coadjutor de Papantla (México) presente en el simposio de la Gregoriana contra la pedofilia

Agencias . | El Vaticano, Roma | 09 Feb 2012

Seminaristas sanos y maduros, a eso debe aspirar todo formador de futuros sacerdotes católicos. No sólo por el bien de la Iglesia, sino también para prevenir eficazmente tanto el deleznable flagelo de la pederastia cuanto otras desviaciones psicológicas que pueden afectar a algunos clérigos. De eso está seguro Jorge Patrón Wong, especialista en formación sacerdotal. Pero ¿es posible alcanzar esa meta? Él mismo explicó cómo al Vatican Insider.

El obispo coadjutor de Papantla (México) fue elegido como ponente en el curso “Hacia la formación y la renovación”, convocado en Roma por la Pontificia Universidad Gregoriana para inicios de febrero. Un congreso dirigido a representantes de las conferencias episcopales del mundo y a superiores de congregaciones religiosas con un objetivo principal: auxiliar en la implementación de planes nacionales para combate a la pederastia en el clero.

La elección de Patrón Wong no fue casual. Psicólogo por la Universidad Gregoriana, ha sido formador de sacerdotes a lo largo de 16 años. Dirigió, durante una década, el Seminario de Yucatán en México además de ocupar el puesto de presidente tanto en la Organización de Seminarios Mexicanos (Osmex) como en la Organización de Seminarios Latinoamericanos (Oslam).

En entrevista aseguró que los primeros signos de la patología origen de la pederastia pueden ser identificados ya desde el seminario, reconoció en la psicología una herramienta auxiliar para los formadores de sacerdotes y fue claro: los seminaristas con problemas afectivos deben ser tratados, siempre fuera de las casas de formación.

¿Cuáles son los principales retos de la formación afectiva al sacerdocio en los tiempos que corren?

Son muchos los retos concretos, pero se pueden sintetizar en una meta: la de lograr un desarrollo sano e integral de cada joven, de tal manera que su inteligencia, voluntad y afectividad logren una unidad y relación que les permita una vida coherente y feliz de acuerdo a los grandes ideales humanos y cristianos que Dios les ha regalado.

Desde el punto de vista vocacional toda la formación afectiva está dirigida a que el joven ame a Dios y a sus hermanos con todo el corazón, con toda el alma y todas las fuerzas. Es decir que experimente plenamente el amor de Dios para que pueda ser su vida y ministerio un don para los demás.

¿Cómo ha cambiado la preparación en los seminarios tras la crisis por los casos de abusos sexuales contra menores de parte de clérigos?

En los últimos 10 años he sido testigo cercano de cómo la Organización de Seminarios Latinoamericanos (Oslam) y la Organización de Seminarios Mexicanos (Osmex) han capacitado de manera permanente y dinámica a los sacerdotes formadores de los seminarios en las dimensiones humana psicológica, espiritual, intelectual y pastoral.

En los seminarios latinoamericanos se han logrado grandes avances en el acompañamiento vocacional de cada joven, un ambiente de familia, una pedagogía positiva de crecimiento, gradualidad y prolongación de las etapas formativas, principios claros y medios de verificación concretos, una espiritualidad de comunión y participación con las realidades sociales actuales así como una importancia central a la dimensión humana y espiritual de cada persona.

¿Es posible identificar problemas patológicos que pueden derivar en pederastia ya desde los seminarios? ¿Cómo?

Por medio del acompañamiento vocacional cercano y por medio del ejercicio del discernimiento es posible identificar signos o indicios de anormalidad o patología. Como también y de manera especial se descubren los signos y cualidades espirituales, humanas, psicológicas, intelectuales y apostólicas que en forma de “semillas” (por eso se llama “seminario”, un conjunto de semillas) se descubren en el joven y que lo hacen apto para responder a un llamado tan trascendente como la vocación sacerdotal.

Las personas con signos o señales de patología deben ser ayudadas psicológicamente y acompañadas espiritualmente fuera del seminario, para que en otros ambientes logren la normalidad posible. La labor de los seminarios está dirigida a jóvenes normales en sus etapas diferentes de desarrollo y maduración. Es decir, en hacer crecer las semillas de bien, bondad y donación que poseen. La selección y la formación son tareas prioritarias de los seminarios.

¿Qué papel puede jugar la psicología?

La psicología -como ciencia auxiliar humana- ofrece muchas ayudas, pistas y medios pedagógicos para la selección y formación de futuros sacerdotes. La psicología es una ciencia que ofrece elementos muy útiles que pueden incorporarse a la formación de la persona y la comunidad, dejando al discernimiento espiritual y al acompañamiento vocacional las decisiones últimas y más importantes.

¿Cómo puede la Iglesia católica asegurar que los lamentables casos de pederastia en el clero, registrados en pasado, no se repitan?

La continua actualización en los métodos de selección y criterios de formación de los candidatos, la creación de itinerarios formativos que integren gradualmente todos los aspectos espirituales, humanos, afectivos, intelectuales y pastorales de la persona y del grupo, junto a la formación permanente de los formadores, son medios que generan confianza en la tarea de formar a jóvenes sanos y maduros, futuros sacerdotes santos y sabios para el servicio de la sociedad.