05 de Febrero de 2025
Internacional

Obama admite fracaso ante republicanos


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*El Presidente dijo estar dispuesto a coordinarse con los vencedores de las elecciones legislativas

Agencias . | Washington, EU | 06 Nov 2014

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió ayer su parte de responsabilidad en la severa derrota del Partido Demócrata en las elecciones legislativas del martes y se mostró dispuesto a pactar con los republicanos.

“Está claro que los republicanos tuvieron una buena noche”, dijo Obama sobre sus rivales, que arrebataron a los demócratas el Senado y ampliaron su mayoría en la Cámara de Representantes, lo que hace que el Capitolio y la Casa Blanca deban ponerse de acuerdo para legislar.

“La gente espera que en Washington todos nosotros, los dos partidos, pensemos en sus ambiciones, no en las nuestras, pero yo tengo la responsabilidad única de poner a trabajar a esta ciudad. Que sepan los que votaron que los escucho, que sepan los dos tercios que no participaron que también los escucho”, afirmó el Presidente.

“Hay un mensaje abrumador de que esta ciudad no trabaja bien y no atiende sus necesidades. Yo soy el responsable de que trabaje mejor. He sido elegido por todos y quieren que empuje para que las cosas se hagan”, aseguró tras unas elecciones en las que los demócratas perdieron hasta en feudos tradicionales.

Los republicanos sacaron resultado de presentar las legislativas como un referéndum de la acción de gobierno de Obama, que registra sus peores índices de popularidad debido a la gestión de crisis como la de la amenaza del Estado Islámico y la epidemia del ébola.

Obama aseguró que desea conocer la agenda republicana y está dispuesto a trabajar en áreas donde se pueda llegar a un consenso.

“Habrá desacuerdos, leyes que no puedo aprobar, habrá iniciativas nuestras que a ellos no les gustarán. Es natural, así funciona la democracia, pero hay áreas en las que podemos trabajar juntos”, dijo y citó como ejemplo los planes de infraestructura, la búsqueda de nuevos mercados para la producción o el incremento del salario mínimo.

“Estoy ansioso por conocer las ideas de los republicanos los dos próximos años”, señaló.

“Espero que las ideas que he llevado adelante se superpongan con las de los republicanos, aunque no haya una superposición perfecta. Hay cosas en las que no estaremos 100 por ciento de acuerdo, empecemos por las que estemos al 70, al 80 o al 90. Que la gente vea que su gobierno los tiene en cuenta”, agregó el mandatario estadunidense.

Sin embargo, hay ciertas líneas que el Presidente no está dispuesto a traspasar, como por ejemplo en lo referente a su reforma de salud. “Debemos mirar qué debemos hacer de forma diferente, pero los principios, las cosas que me motivan, eso no va cambiar”, avisó.

El que será futuro líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, consideró ayer un “gran error” la reforma de salud conocida como Obamacare y dijo que si puede, quiere tumbar algunos aspectos.

McConnell se mostró seguro de que el Presidente, que tiene derecho a veto, no aprobará todas las iniciativas republicanas, pero afirmó que hay cosas en las que avanzar juntos. “Espero poder trabajar con el Presidente, veremos”, dijo.

Celebran triunfo

El presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, celebró la “histórica” victoria de su partido en las legislativas, donde retomaron el control del Senado, y en las que quedó reflejado “el rechazo directo de los ciudadanos a la agenda” de Obama.

“Fue una noche histórica (...), en la que se constató el rechazo directo de la agenda política del presidente Obama”, afirmó Priebus, durante una rueda de prensa en la sede del Comité Nacional Republicano en el Capitolio.

Priebus subrayó que, durante la campaña, “Obama dejó muy claro que sus políticas estaban en las papeletas”.

Pues bien, agregó, “los votantes replicaron que no quieren nada que tenga que ver con esas políticas”.

Aunque los sondeos preveían una victoria de los republicanos, no se esperaba que fuera de la magnitud de la conseguida al arrebatar claramente el control del Senado a los demócratas y ampliar su mayoría en la Cámara de Representantes.

En este sentido, Priebus precisó que “es también una derrota clara del liderazgo disfuncional de Harry Reid”, en referencia al líder de la Cámara alta y senador demócrata por Nevada.

A falta de Alaska y Virginia, donde los resultados son aún demasiado ajustados para confirmar el triunfo y se siguen contando papeletas; y Luisiana, que celebrará el próximo 6 de diciembre una segunda ronda para dilucidar al senador; los republicanos cuentan ya con 52 escaños frente a los 45 que tenían antes de los comicios.



LATINOS PLASMAN SU HUELLA
La elección de cinco nuevos congresistas latinos llevó a 29 el número de legisladores hispanos que se desempeñarán en el próximo Congreso estadunidense.

La Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Nombrados (NALEO, por sus siglas en inglés), precisó que de los cinco, tres son demócratas y dos republicanos.

Los nuevos integrantes
son: los demócratas Ruben Gallego (Arizona), Pete Aguilar (California) y Norma Torres (California), así como los republicanos Carlos Curbelo (Florida) y Alex Mooney (Virginia Occidental).

Esta lista de 29 diputados se unirá a la de los tres senadores hispanos actuales: el republicano Ted Cruz (Texas), el demócrata Bob Menéndez (Nueva Jersey) y el republicano Marco Rubio (Florida), quienes no estuvieron en reelección.

La NALEO precisó que los dos demócratas que perdieron su escaño fueron Joe García y Pete Gallego.

Para Arturo Vargas, director ejecutivo del Fondo Educativo de NALEO: “los candidatos latinos hicieron historia la noche de las elecciones, asegurando victorias revolucionarias en contiendas de todo el país y en ambos partidos políticos”.

Vargas también consideró que “hemos sido testigos de que los candidatos latinos ganaron en estados no tradicionales en todo el país” y “los latinos seguirán el panorama político de la nación como candidatos, lo que demuestra su capacidad para conducir y ganar en todos los niveles de la oficina”.



ACTUARÁ POR DECRETO EN MIGRACIÓN
El presidente estadunidense, Barack Obama, confirmó ayer que antes del fin de 2014 usará sus poderes de decreto en inmigración, a riesgo de crear un choque con republicanos inmediatamente después de su derrota en las legislativas del martes.

“Antes de fin del año, vamos a tomar toda acción legal posible que yo considere mejorará el funcionamiento de nuestro sistema migratorio y nos permitirá aumentar los recursos para la frontera”, dijo Obama a los periodistas.

El mandatario subrayó que seguir esperando “tiene un costo”, no menos en lo económico comparando los gastos del gobierno federal en las deportaciones de inmigrantes clandestinos, con la opción de regularizarlos, y que paguen una multa e impuestos.

Pero Obama, quien sufrió una catastrófica derrota en las elecciones del martes cuando los republicanos ampliaron su control de la Cámara de Representantes y conquistaron el Senado, indicó que al mismo tiempo intentará discutir el tema con sus opositores en el Congreso.

Pero ese diálogo no se limitará sólo al tema de la inmigración pues Obama dijo estar “entusiasmado de trabajar con el nuevo Congreso para hacer los próximos dos años lo más productivos posible”.

Antes de reiterar la promesa, el Presidente fue criticado en Chicago por retrasar el anuncio de alivio migratorio. “No sólo perdió políticamente sino también perdió respeto entre la comunidad hispana”, comentó el representante federal Luis Gutiérrez al tiempo que le exigió que cumpla su promesa y firme un
alivio migratorio “claro y generoso”.

Durante una conferencia con la Coalición de Illinois pro Derechos de Inmigrantes y Refugiados y representantes de la municipalidad de Chicago, el congresista dijo que desde hace meses Obama analiza medidas y dijo temer que el alivio sea sólo para unos cuantos.

Gutiérrez le advirtió a Obama que si cede a las presiones de quienes le piden que “diluya el contenido de sus medidas ejecutivas” para evitar el enfrentamiento con los republicanos en lo que le queda de mandato, las consecuencias políticas podrían ser peores para los demócratas en la elección presidencial de 2016.