Este martes venció el plazo para que se dieran a conocer documentos sobre la historia migratoria del príncipe Harry en Estados Unidos. La Fundación Heritage se dio a la tarea de sacar a la luz datos del estatus migratorio del príncipe, después de que el miembro de la realeza admitiera en su autobiografía haber usado de drogas.




Los documentos revelados este martes en el caso de un grupo de expertos conservador contra el príncipe Harry no difunden información sobre sus antecedentes de inmigración.


“Revelar su estado exacto podría exponerlo a un daño razonablemente previsible en forma de acoso, así como a contactos no deseados por parte de los medios de comunicación y otros”, dice uno de los documentos publicados este martes.


Los documentos, con abundantes ediciones, se publicaron este martes en relación con una demanda de la Fundación Heritage, interpuesta después de que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) denegara previamente su solicitud de divulgación de los registros de inmigración del duque de Sussex, amparada por la Ley de Libertad de Información. El grupo argumentó que “el público tiene interés en saber” si el príncipe Harry “fue investigado adecuadamente antes o durante su ingreso a Estados Unidos”.


En el otoño boreal, un juez federal denegó la solicitud de la Fundación Heritage de divulgar los registros migratorios de Harry, dictaminando que “el interés de la privacidad del duque prevalece sobre cualquier interés público”. Sin embargo, la semana pasada, el juez ordenó al Gobierno que presentara versiones editadas de los documentos que le presentó en privado el año pasado, detallando los registros migratorios retenidos y explicando por qué el Gobierno creía que la divulgación sería perjudicial.


Las omisiones en los documentos hechos públicos el martes son tan extensas que poco se puede deducir sobre los registros de inmigración del príncipe Harry en sí, o incluso sobre el volumen de registros retenidos.


“Divulgar dicha información potencialmente expondría al individuo a daños por parte de miembros del público que podrían tener motivos para manipular o acosar a otras personas dependiendo de su estatus en Estados Unidos”, también señala el documento.


La Fundación Heritage ha cuestionado los escritos del príncipe Harry sobre el uso de drogas recreativas en sus memorias, ya que la admisión del uso pasado de drogas puede ser motivo para rechazar una solicitud de visa.


“Solo nos centramos en el tema específico que ha atraído toda la atención de la prensa: el consumo de drogas”, declaró anteriormente a CNN el abogado Samuel Dewey, quien representa a la Fundación Heritage. “Ha hablado y escrito extensamente sobre ello. Ha renunciado a cualquier derecho a la privacidad que tenga sobre su consumo de drogas. Ha alardeado de ello (en sus memorias) y lo ha vendido”.


La última disputa del príncipe Harry con la prensa británica comienza esta semana


 


En documentos judiciales, la Fundación Heritage argumentó que solo hay ciertas formas en las que el príncipe Harry podría haber ingresado a Estados Unidos en marzo de 2020.


Podría haber contado con una visa diplomática, pero Heritage sostuvo que era improbable dado su estatus en la Familia Real… O podría haber revelado su consumo de drogas en el pasado y solicitado una exención de admisión… Pero, Heritage argumentó, esto normalmente tardaría varios años en obtenerse —se lee en los documentos—. Alternativamente, el duque podría haber revelado que había consumido drogas, pero haber sido admitido en Estados Unidos sin una exención, lo que, en opinión de Heritage, sería ilegal.


“Heritage sostuvo que la conducta del duque probablemente violó numerosas leyes” que deberían haberlo hecho inelegible para la admisión, dicen los documentos judiciales.


¿Por qué un grupo de expertos conservador quería ver los registros de inmigración del príncipe Harry?


Los abogados de la Fundación Heritage ven el caso como parte de un esfuerzo más amplio para descubrir el incumplimiento de la ley por parte del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. en diferentes áreas, incluidas las acusaciones de legisladores republicanos de que el departamento se “niega deliberadamente a hacer cumplir las leyes de inmigración del país y es responsable de la crisis actual en la frontera”, según los documentos judiciales.


“Este es un caso que concierne al príncipe Harry, pero lo que se centra es en la conducta del Departamento de Seguridad Nacional”, dijo anteriormente Dewey.


El departamento señaló que la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos originalmente rechazó las solicitudes de la Ley de Libertad de Información de la Fundación Heritage porque el grupo no tenía la autorización o el consentimiento del príncipe Harry para divulgar la información.


Los documentos en sus registros de inmigración inicialmente buscados por la Fundación Heritage podrían incluir el formulario I-485 del príncipe Harry, la solicitud de registro de residencia permanente, así como la petición de su esposa para él, información financiera, su historial laboral y documentos de respaldo con fotografías del matrimonio juntos, dijo el abogado de inmigración Charles Kuck.


La esposa del príncipe Harry, Meghan, duquesa de Sussex, es ciudadana estadounidense.


Una de las preguntas que plantea el formulario I-485 es “¿Alguna vez ha violado (…) alguna ley o regulación sobre sustancias controladas de un estado, de Estados Unidos o de un país extranjero?”


Esa pregunta ha sido tema de numerosos casos en la Junta de Apelaciones de Inmigración, dijo Kuck a CNN, “porque para responder a esa pregunta, hay que conocer los elementos del delito”.


“Nadie en su sano juicio respondería afirmativamente a esa pregunta. Porque, ¿de qué delito se trata? ¿Cuáles son los elementos de ese delito? ¿Cuáles son los parámetros para violar esa ley? Desconozco cuáles son los elementos del delito”, dijo Kuck.


El presidente Trump dijo al New York Post el mes pasado que había descartado deportar al príncipe Harry, quien ahora vive en Montecito, California, con su esposa y sus dos hijos, el príncipe Archie, de 5 años, y la princesa Lilibet, de 3.


“No quiero hacer eso”, declaró el presidente al New York Post. “Lo dejaré en paz. Ya tiene suficientes problemas con su esposa. Es terrible”.