06 de Mayo de 2025
Nacional

Peligrosas, las mujeres que leen


Foto: Agencias .

*Al hacerlo, desordenan el orden de género *Desafían las expectativas que hay sobre ellas: Amneris Chaparro Martínez, directora del CIEG

unam global . | Ciudad de México | 06 May 2025


 



La adquisición del conocimiento es muy necesaria para que podamos tener sociedades justas, más igualitarias y más felices, aseguró Amneris Chaparro Martínez, directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.


Las mujeres que leen son “peligrosas” porque “desordenan el orden de género”, y desafían las expectativas que hay sobre ellas; en la lectura algo se enciende, y “te das cuenta que no poder acceder a ciertos espacios responde, más bien, a un ordenamiento cultural” que crea sus formas de obstaculizar que ellas los alcancen.


En el contexto del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, que tuvo lugar el 23 de abril, la directora participó en la Quinta Jornada Internacional de Fomento a la Lectura en las Bibliotecas Universitarias, que llevó por tema “Las bibliotecas y la lectura como medio para la igualdad de género”. 


Persistir


Durante la conferencia magistral “Las mujeres que leen son peligrosas: género y conocimiento” refirió que, a pesar de estructuras e injusticias, ellas ocupan la universidad. La matrícula es mayoritariamente femenina, pero hay rezagos, porque no han alcanzado los escalones más altos. “Seguimos viendo llegar a las primeras, como la primera directora de las facultades de Arquitectura o Medicina”, en el caso de esta casa de estudios.


Parte de la lucha de las mujeres y las feministas tiene que ver con persistir, y crear formas para romper obstáculos en colectivo, sostuvo Amneris Chaparro.


En la actualidad nos preguntamos por qué a mujeres como Sor Juana Inés de la Cruz se les prohibía ir a la Universidad, o por qué hoy hay tan pocas en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas), y en cambio hay otras áreas altamente feminizadas. “La respuesta es porque hay una condición de género; no se trata de una cuestión de capacidad, sino de la estructura de género que sigue reproduciendo la idea de que las mujeres son incapaces, o que los espacios como el quirófano o la política no son para nosotras”.


Los estudios de género, explicó, son un campo de conocimiento que hace una crítica a la forma en que históricamente la ciencia ha justificado la exclusión de las mujeres de lo humano, y crea teorías y metodologías no sólo para explicar la realidad, sino para transformarla. 


Historia


Chaparro Martínez recordó que en Europa había leyes y se decía de manera explicita que las mujeres no podían acceder a la educación superior en particular, lo cual comienza a cambiar a finales del siglo XIX y principio del XX.


En el caso de México no había una prohibición explicita, sino más bien una restricción de tipo social, en la que se consideraba que “no es de señoritas acceder a la educación” y había muchos obstáculos para que llegaran.


El siglo XX fue de luchas y reivindicaciones; en 1953 oficialmente pudieron votar, así que en sentido estricto “somos ciudadanas desde hace 72 años”. Esto implicó un cambio cualitativo importante: el acceso a derechos de representación también permitió que las mujeres entraran, de manera paulatina pero constante, a espacios como los universitarios.


Durante los años 70 tuvimos el movimiento de la liberación de las mujeres o el feminismo de la segunda ola que también está representado por un crisol de identidades; no son sólo las blancas o universitarias, sino racializadas, no universitarias, que empiezan un movimiento cultural de cambio que se alía a otros, como los antiguerra o a favor del desarme nuclear.


Antes la pregunta era por qué las mujeres no teníamos derechos y había que luchar por ellos, y hoy es por qué si ya los tenemos, seguimos siendo ciudadanas de segundo orden, enfrentando formas específicas de violencia que no le ocurren a los varones. Esto es importante para el movimiento, porque le da un tono, no sólo de denuncia de prácticas que se creían normales, como el acoso, el hostigamiento o la violación dentro del matrimonio, sino que también comienza la conceptualización.


Hoy en día, estamos en la cuarta ola feminista. Lo que la caracteriza, de acuerdo con distintas autoras, es que se trata de luchas globales que están interconectadas, masivas y en las que se siguen denunciando distintos tipos de violencia o la discriminación. Además, hay muchas disputas sobre categorías como género y mujer, finalizó Amneris Chaparro.