La llamarada más potente que emitió el Sol en siete años se produjo después de que el fin de semana se registrara una tormenta geomagnética severa en la Tierra, fenómeno que no se había visto en al menos 20 años.
Cabe señalar que la reciente llamarada solar tuvo lugar en el flanco occidental del Sol, dirigida en dirección opuesta a la Tierra, lo que minimiza las probabilidades de que posibles efectos secundarios de esta región activa impacten directamente en la Tierra.
¿Qué son las llamaradas solares?
Las erupciones son poderosas ráfagas de energía liberadas por el Sol; pueden tener un impacto considerable en la Tierra, afectando desde las comunicaciones por radio y las redes eléctricas hasta las señales de navegación, representando un riesgo potencial para las naves espaciales y los astronautas.
Aunque estas llamaradas solares no son las mismas que las eyecciones de masa coronal, que pueden generar las auroras visibles desde nuestro planeta, frecuentemente ocurren en conjunto con ellas.
La llamarada más potente que emitió el Sol el martes 14 de mayo, originada en un vasto y complejo grupo de manchas solares, con un tamaño aproximado de 17 veces el diámetro de la Tierra, es también responsable de la inusual tormenta geomagnética que impactó la Tierra el pasado fin de semana.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, si esta llamarada desencadena una eyección de masa coronal, es probable que no tenga un impacto geomagnético significativo en la Tierra.
¿Cómo afectará a la Tierra esta llamarada solar potente?
Según los datos del portal SpaceWeather, es poco probable que cualquier Eyección de Masa Coronal (CME) asociada con recientes llamaradas solares tenga un impacto geomagnético en la Tierra debido a su ubicación espacial.
La radiación perjudicial emitida por estas llamaradas no tiene la capacidad de penetrar la atmósfera terrestre y, por lo tanto, no afecta físicamente a los seres humanos.
Sin embargo, estas emisiones sí pueden causar interrupciones al perturbar la capa atmosférica donde se transmiten las señales de comunicaciones y GPS, especialmente si las llamaradas son de gran intensidad.