En un comunicado, la Oficina de Prensa de la Santa Sede indica “esta mañana el Papa Francisco presentó una crisis respiratoria asmática prolongada, que requirió también la aplicación de oxígeno de alto flujo”.
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Añade que “los análisis de sangre realizados hoy también han evidenciado una trombocitopenia, asociada a anemia, que requirió la administración de transfusiones de sangre”.
“El Santo Padre continúa vigilante y ha pasado el día en un sillón, aunque ha sufrido más que ayer. Por el momento el pronóstico es reservado”, informa el Vaticano.
Hoy se cumplen ocho días desde que el Santo Padre fue internado en el policlínico de Roma, donde es atendido por una neumonía bilateral. Los médicos informaron ayer que el Pontífice permanecería hospitalizado una semana más.
En una rueda de prensa dada ayer viernes, los galenos explicaron que el Papa Francisco aún “no está fuera de peligro”.
Sin embargo, el director del departamento médico-quirúrgico, Sergio Alfieri, aclaró que “si la pregunta es si en este momento él está en peligro de muerte, la respuesta es no de todos modos”.
“Ahora mismo su vida no corre peligro, pero esta es la situación realista. La puerta está abierta a ambas posibilidades", indicó ayer el médico Sergio Alfieri.
