En la Arquidiócesis Primada de México, la Misa Exequial fue presidida por el Obispo auxiliar Mons. Francisco Javier Acero Pérez, en la Catedral Metropolitana. Durante su emotiva homilía, recordó con cariño la vida y el legado del Papa Francisco, destacando especialmente su llamado a una “Iglesia misionera llamada a difundir su alegría en el mundo”.


“La vida del Papa Francisco nos invita a resucitar a Jesús, el Viviente, de los sepulcros donde lo hemos metido”, proclamó el Mons. Acero Pérez. “Liberémoslo de las formalidades donde a menudo lo hemos encerrado. Despertemos del sueño de la vida tranquila en la que a veces lo hemos acomodado, para que no moleste ni incomode más”.


En este sentido, instó a realizar “gestos de paz en este tiempo marcado por los horrores de la guerra, de las desapariciones forzadas y la narcoviolencia; con obras de reconciliación en las relaciones rotas y de compasión hacia los necesitados; con acciones de justicia en medio de las desigualdades y de verdad en medio de las mentiras”.





En Veracruz, ubicada en la costa del Golfo de México, en la región centro-este del país, la Catedral de Xalapa fue escenario de una sentida Misa Exequial en honor al Papa Francisco, presidida por Mons. Jorge Carlos Patrón Wong, Arzobispo de Xalapa y antiguo colaborador cercano del Santo Padre durante sus ocho años de servicio en el Vaticano.


En su homilía, Mons. Patrón Wong compartió momentos íntimos vividos junto al Papa Francisco en Casa Santa Marta. Recordó particularmente la ocasión en que el Papa, al enterarse de la enfermedad de su padre, le ofreció no sólo palabras de consuelo.





Para Mons. Patrón Wong, este gesto resume la esencia de Francisco: “Un ser humano, que nos enseñó a vivir cada día con la belleza de la humanidad. Un ejemplo de vida como cristiano”.


Otra lección que indicó Mons. Patrón Wong fue el amor del Papa por la Virgen María. Tras cada Misa, el Papa Francisco se detenía a cantar a la Virgen una sencilla oración aprendida en su infancia. El arzobispo indicó que el Papa Francisco vivía su devoción mariana como una expresión natural de su ser cristiano y latinoamericano: “No se entiende ser cristiano sin mariano”.


“Agradezcamos al Papa Francisco su vida hecha evangelio y oremos por él. Agradecemos a Dios que todos nosotros tuvimos católicos como discípulos misioneros de Jesucristo al Papa Francisco”, indicó.


Baja California


En Tijuana, ubicada en el extremo noroeste de México, en el estado de Baja California, se celebró una Misa Exequial en la Catedral de Tijuana, presidida por Mons. Francisco Moreno Barrón, arzobispo de esta arquidiócesis.





“Poniendo siempre, en primer lugar, a la persona. Quien quiera que sea, en cualquier condición y reconociendo en ella al mismo Cristo resucitado. Vivir el mandamiento del amor como él. Asumiendo una actitud de cercanía”, instó el Arzobispo.


Mons. Moreno Barrón recalcó que esta herencia de amor no es un ideal abstracto, sino “la aplicación sencilla y profunda del Evangelio” que el Papa Francisco encarnó a lo largo de sus doce años de pontificado y de toda su vida.


Michoacán


Desde el occidente del territorio mexicano, en la Catedral de Morelia, en el corazón de Michoacán, Mons. Carlos Garfías Merlos, arzobispo de esta arquidiócesis visitada por el Papa Francisco en 2016, presidió la Misa Exequial en memoria del Pontífice fallecido, subrayando su legado de fe, servicio y misericordia.


En su homilía, Mons. Garfías Merlos hizo un llamado a vivir inspirados en el testimonio del Papa Francisco, con el “compromiso real de servir y amar a los hermanos, sobre todo ofreciendo misericordia, ofreciendo perdón, ofreciendo consuelo, cercanía y fortaleza a nuestros hermanos”.


Compartió también un recuerdo muy personal: su participación a inicios de abril de este año en el Jubileo de los Enfermos y del Mundo de la Sanidad en el Vaticano, donde experimentó de cerca la profunda humanidad del Papa Francisco. “Se le veía la ansiedad por acercarse a saludar a quienes participábamos en la Eucaristía”, narró, evocando la cercanía del Pontífice, a pesar de que su estado de salud no era el mejor.


Mons. Garfías Merlos concluyó animando a que, durante este Año Jubilar, mismo que convocó el Papa Francisco, todo el país se convierta en “peregrinos de esperanza y heraldos evangelizadores”, llevando el consuelo, la fe y el amor que el Papa Francisco sembró.


Durango


En la Catedral de Durango, en el norte de México, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, arzobispo de la arquidiócesis, presidió la Misa Exequial en memoria del Papa Francisco, destacando uno de los legados más emblemáticos del Pontífice: su llamado a “hacer lío”.


Durante su homilía, Mons. Armendáriz recordó que esta expresión, acuñada por el Papa en el Encuentro Mundial de la Juventud en Brasil, no fue un simple lema, sino una invitación a “vivir y fortalecer la experiencia de Dios para ser un seguidor alegre de Jesús”.


El arzobispo destacó que el “lío” del Papa Francisco se tradujo en un impulso constante de reforma espiritual y pastoral: “El encuentro con el amor de Dios nos lanza a no estar con los brazos cruzados”, afirmó. Añadió que este dinamismo marcó su pontificado, en el que recorrió 66 países, pronunció miles de discursos y dejó una huella profunda a través de sus encíclicas y exhortaciones.


Mons. Armendáriz subrayó que la herencia de Francisco es una provocación amorosa a ser “una iglesia en salida, una Iglesia audaz, una Iglesia alegre y profundamente humana”, y pidió que “su voz siga resonando en cada uno de nuestros corazones”.