13 de Abril de 2025
Cultural

Lo que nadie te contó sobre sexo, ansiedad y salud mental: una conexión clave


Foto: Agencias .

*Nuevas investigaciones revelan cómo los problemas de salud sexual y mental se cruzan entre los jóvenes mexicanos —y por qué ya es hora de hablarlo sin miedo

Agencias . | Ciudad de México | 12 Abr 2025

 







En México, hablar de sexo aún incomoda. Y hablar de salud mental… también. Pero si hay algo que comparten ambas conversaciones, es que afectan profundamente la vida de millones de jóvenes y que, cuando se silencian, los daños se multiplican.


Diversos estudios nacionales e internacionales coinciden: la salud sexual y la salud mental están profundamente conectadas, especialmente entre adolescentes y adultos jóvenes. Cuando una falla, la otra también suele resentirse.


Según la Encuesta Nacional sobre Salud y Envejecimiento en México (ENASEM, 2023), el 46 % de los jóvenes de entre 18 y 29 años reportaron algún grado de ansiedad o depresión en el último año, y de estos, más del 60 % dijeron tener también problemas en su vida sexual: desde pérdida de deseo hasta dificultades en relaciones afectivas o inseguridades con su cuerpo. 


El impacto emocional del contexto juvenil


Investigadores de la UNAM y del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente han señalado que el estrés académico, la presión social y la incertidumbre económica —todos frecuentes en la juventud mexicana— afectan tanto la salud emocional como el interés o disfrute sexual.


Pero el vínculo no es solo negativo. También hay una cara esperanzadora: experiencias sexuales saludables, seguras y placenteras pueden mejorar el estado de ánimo, aumentar la autoestima y fortalecer vínculos afectivos. Así lo muestra un estudio reciente publicado en Salud Mental, revista del Instituto Nacional de Psiquiatría.


En él, jóvenes mexicanos que reportaban satisfacción sexual mostraron menores niveles de ansiedad social, mayor capacidad para regular emociones y mejor percepción de su cuerpo. El estudio enfatiza que el factor clave no era “tener sexo”, sino tener una vivencia sexual positiva, consensuada y libre de culpa. 


Obstáculos en la educación y la atención médica


Sin embargo, muchas y muchos jóvenes no tienen ese entorno. En México, solo 1 de cada 4 estudiantes recibe educación sexual integral en la escuela. Y cuando la información falta, la ansiedad crece. “No saber cómo se supone que debes sentirte, qué es normal y qué no, genera mucho estrés”, comenta Mariana, de 22 años, estudiante de psicología.









A esto se suma la presión de las redes sociales. La exposición constante a cuerpos “perfectos”, relaciones idealizadas y pornografía sin contexto genera estándares irreales que afectan tanto el deseo como la imagen corporal, explica el Dr. Carlos Serrano, sexólogo y terapeuta en CDMX.



Según un reporte de la ONG Balance (2023), más del 70 % de jóvenes LGBT+ en México ha experimentado ansiedad relacionada con su identidad sexual o de género, y muchos reportan que esto también afecta su vida sexual. La discriminación, el rechazo familiar o la invisibilización hacen que su salud mental y sexual estén doblemente vulneradas.


Limitaciones en la formación de profesionales de la salud


Por si fuera poco, cuando los jóvenes sí buscan ayuda, muchas veces se enfrentan a profesionales de salud que no están preparados para hablar de sexualidad sin prejuicios. “Me preguntaron si tenía novio, pero no sabían qué decir cuando les dije que tenía novia”, cuenta Renata, una joven lesbiana de Guadalajara.


Esta falta de formación no es casual. En México, menos del 30 % de las carreras en salud incluyen cursos obligatorios de sexualidad humana o diversidad sexual, según datos de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual (AMSSAC).


Sin embargo, hay señales de cambio. El IMSS lanzó en 2024 una estrategia piloto en consultorios juveniles donde se integran sesiones de salud mental y educación sexual. El programa ha mostrado buenos resultados en ciudades como Puebla y Monterrey, donde los jóvenes se sienten más cómodos hablando de sus emociones y relaciones. 


El papel de las redes y los colectivos juveniles


Otra buena noticia: cada vez más influencers, terapeutas y colectivos juveniles están rompiendo el silencio en redes sociales. Cuentas como @psiconecta.mx y @sexplainingmx están generando contenido claro, sin tabúes y basado en ciencia, con miles de seguidores jóvenes.


Pero no basta con likes. Los expertos coinciden en que el Estado mexicano debe invertir más en programas de salud mental y educación sexual integral desde la secundaria. El vínculo entre ambas áreas ya está probado: descuidar una es poner en riesgo la otra.


En palabras de la Dra. Leticia González, investigadora de la UAM: “No podemos seguir tratando el sexo como un tema de ‘conducta’ y la mente como un tema aislado. El deseo, el placer, la ansiedad o el miedo están entrelazados. Si queremos cuidar la salud de los jóvenes, tenemos que hablar de ambas cosas al mismo tiempo”. 


Datos institucionales recientes sobre salud mental y sexualidad en jóvenes


La relación entre salud mental y sexualidad en jóvenes mexicanos ha sido objeto de creciente interés académico y político. Si bien los datos citados en el texto proceden de fuentes recientes como la ENASEM 2023 y estudios del Instituto Nacional de Psiquiatría, es importante complementar con datos actualizados del entorno institucional.


De acuerdo con el Informe 2024 sobre Salud Mental de Adolescentes elaborado por el Consejo Nacional de Salud Mental (CONASAMA), el 52 % de los jóvenes encuestados identificaron factores como la presión por cumplir estándares sexuales y la falta de educación formal como detonantes de su malestar emocional. Este estudio, aplicado en colaboración con la Secretaría de Salud y UNICEF México, resalta además que los jóvenes LGBT+ presentan una prevalencia casi dos veces mayor de síntomas depresivos severos en comparación con sus pares heterosexuales.


En el ámbito educativo, según un análisis del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), actualizado por la SEP en 2024, solo el 24.7 % de las escuelas secundarias públicas en México cuenta con un programa estructurado de educación sexual integral, y menos del 15 % incorpora módulos específicos sobre salud mental y emocional. Esta brecha formativa se refleja en la preparación profesional: de las 113 facultades de medicina registradas en el país, apenas 29 incluyen de forma obligatoria una asignatura sobre sexualidad humana, y solo 12 abordan diversidad sexual de manera explícita. 


Avances del programa Salud Joven Integral


El programa piloto del IMSS mencionado en la nota —denominado Salud Joven Integral— arrancó en enero de 2024 en seis entidades, y en su primer corte de evaluación (marzo 2025), reportó un incremento del 38 % en la asistencia voluntaria de jóvenes a sesiones psicológicas combinadas con orientación sexual. Los resultados preliminares, disponibles en el portal del IMSS, apuntan a una reducción del 22 % en reportes de síntomas ansiosos tras tres meses de seguimiento.


Estos hallazgos confirman el potencial de intervenciones integradas que aborden la salud emocional y sexual de manera conjunta, especialmente cuando se ofrecen en entornos accesibles y culturalmente sensibles para la juventud mexicana.


Finalmente, se suma la importancia de los espacios digitales, donde según datos de la consultora We Are Social/Hootsuite (2024), más del 80 % de los jóvenes entre 16 y 24 años en México recurren a redes sociales como su fuente principal de educación sexual y emocional, destacando la necesidad de supervisión de contenido y estrategias digitales más sólidas desde el Estado.


Estos datos reafirman la necesidad de tratar la salud mental y sexual de manera conjunta y transversal en las políticas públicas dirigidas a la juventud mexicana. 


¿Qué pueden hacer los jóvenes en México?


¿Qué hacer entonces como joven en México? Primero, buscar información confiable. Luego, hablar: con amigos, parejas, terapeutas o médicos. Y finalmente, entender que lo que sientes —ya sea deseo, dudas, miedo o emoción— es válido. Lo importante es no cargarlo solo.


También es crucial saber que hay espacios seguros. Universidades como la UNAM, la UDG y el IPN ya cuentan con servicios psicológicos gratuitos. Y existen líneas de ayuda como SAPTEL (800-472-7835) y LOCATEL (55-5658-1111) que pueden orientar sobre salud emocional y sexual.


El futuro de la salud en México depende de que dejemos de ver la sexualidad como un tabú y la salud mental como un lujo. Para los jóvenes, entender esta conexión es más que un dato médico: es una herramienta para vivir con más libertad, placer y equilibrio.