06 de Febrero de 2025
Internacional

Jornada violenta en Egipto deja decenas de muertos

El Ejército difícilmente puede permitirse un vacío político duradero en un momento de revueltas violentas y estancamiento económico.
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*La situación deja a la nación más poblada del mundo árabe, con 84 millones de personas, en una situación peligrosa, con riesgo de una mayor enemistad entre personas de distinto signo político

Agencias . | El Cairo, Egipto | 08 Jul 2013

Al menos 42 personas murieron el lunes en El Cairo, según fuentes médicas, cuando manifestantes islamistas molestos por el derrocamiento militar del presidente Mohamed Mursi dijeron haber sido baleados en las afuera del cuartel del Cairo donde permanece el mandatario depuesto.

Más de 200 personas resultaron heridas en una escalada de la crisis política de Egipto, y los Hermanos Musulmanes instaron a los egipcios a levantarse contra el Ejército, al que acusaron de golpe militar para destituir a un líder electo.

En un hospital cercano a la mezquita Rabaa Adawia donde los islamistas han acampado desde que Mursi fuera derrocado el miércoles, las habitaciones estaban llenas de personas heridas en la violencia. Muchas de las sábanas y la ropa estaban teñidas de sangre.

El portavoz oficial de los Hermanos Musulmanes, Gehad El-Haddad, que se encuentra en una sentada pro-Mursi en una mezquita cercana al lugar, dijo que el tiroteo comenzó a primera hora de la mañana cuando los islamistas oraban y llevaban a cabo una sentada pacífica a las puertas de la sede de la Guardia Republicana.

Como consecuencia inmediata, el partido ultraconservador islamista Nur, que inicialmente apoyó la intervención militar, dijo que se retiraba de las estancadas negociaciones para formar un gobierno interino que conduzca al país a unas elecciones.

El Ejército ha dicho que no fue un golpe militar, sino que intentaba cumplir la voluntad de cientos de miles de personas que pidieron el 30 de junio su dimisión.

Pero las manifestaciones de partidarios y detractores de Mursi continuaron en El Cairo, Alejandría y otras ciudades, resultando en choques el viernes y el sábado que ocasionaron 35 muertos.

La situación deja a la nación más poblada del mundo árabe, con 84 millones de personas, en una situación peligrosa, con riesgo de una mayor enemistad entre personas de distinto signo político mientras la crisis se profundiza.

TIROS DURANTE LA ORACIÓN

Abdelaziz Abdelshakua, de la provincia Sharqia, al norte de El Cairo, fue herido en la pierna.

"Estábamos orando al amanecer y escuchamos los tiros", dijo. Afirmó que un oficial del ejército le aseguró que no eran disparos, pero de repente hubo un tiroteo desde el lugar donde se encuentra la Guardia Republicana.

"Nos lanzaron gases lacrimógenos, nos dispararon perdigones, balas de goma, de todo. Luego usaron balas de verdad", agregó.

Las imágenes del canal de noticias Al Jazeera mostraron lo que parecían ser cinco hombres muertos y a médicos aplicando resucitación cardiopulmonar a un hombre inconsciente en una clínica improvisada junto a la sentada pro-Mursi.

Un productor de televisión de Reuters en el lugar vio a socorristas brindar respiración boca a boca a un hombre que agonizaba. Los heridos fueron trasladados al hospital improvisado en motocicletas, recibían primeros auxilios y eran sacados del lugar en ambulancias.

El Ejército derrocó a Mursi el miércoles tras manifestaciones en todo el país encabezadas por jóvenes activistas que pedían su dimisión. Los Hermanos Musulmanes denunciaron la intervención como un golpe de Estado y prometieron una resistencia pacífica.

BLOQUEOS EN CARRETERAS

Vehículos militares cerraron el tráfico en torno a una amplia zona en torno a la mezquita Rabaa Adawia, y el Ejército cerró también con vehículos armados dos de los principales puentes sobre el río Nilo.

Las conversaciones para formar gobierno atravesaban dificultades ya antes del tiroteo, después de que el partido Nur rechazara a dos candidatos liberales a primer ministro propuestos por el jefe de Estado interino, Adli Mansur.

Nur, el segundo mayor partido islamista de Egipto, que es vital para dar a las autoridades la apariencia de respaldo islamista, dijo que se había retirado de las negociaciones en protesta por lo que calificó de "masacre en (el complejo de) la Guardia Republicana".

El Ejército difícilmente puede permitirse un vacío político duradero en un momento de revueltas violentas y estancamiento económico.

Las escenas de batallas en las calles entre partidarios y detractores de Mursi en El Cairo, Alejandría y otras ciudades del país ha alarmado a los aliados de Egipto, entre ellos donantes clave como Estados Unidos y Europa, y a Israel, con el que Egipto firmó un tratado de paz respaldado por Estados Unidos en 1979.

UN AGRIO REVÉS

Para muchos islamistas, la caída del primer presidente democráticamente elegido fue un duro revés que despierta los temores de un retorno a la prohibición que sufrieron durante décadas bajo gobernantes autocráticos como Hosni Mubarak.

En el otro lado de la división política, cientos de miles de detractores de Mursi abarrotaron la plaza Tahrir, cuna del levantamiento popular.

El Ejército ha negado que diera un golpe de Estado, afirmando que simplemente cumplía la voluntad del pueblo tras las masivas protestas del 30 de junio.

Los manifestantes culpaban a los Hermanos Musulmanes del estancamiento económico y dijeron que estaban intentando asumir el control de todo el país, una acusación que el movimiento niega.

Washington no ha condenado la acción militar y ni siquiera la ha llamado golpe, levantando sospechas entre los Hermanos Musulmanes de que apoya tácitamente la caída de Mursi.