20 de Febrero de 2025
Internacional

“Si me delatan o me denuncian, lo mato”

En su casa —así le decía al cuarto de adobe de dos metros de ancho por tres de largo— se quedó Angelita, que a sus 17 años estuvo a punto de enviudar.
Foto:

*FREDDY dejó a su mujer de 17 años y embaraza; sus padres ahora deben 15 mil dólares

Agencias . | Matamoros, Tamaulipas | 29 Ago 2010

Luis Freddy Lala Pomavilla, el ecuatoriano que sobrevivió a la matanza de migrantes en Tamaulipas tenía la esperanza de reunirse con sus padres Alejandro y María Oliva en New Jersey, a más de 4 mil 500 kilómetros de su tierra natal.

Se quedó a 160 kilómetros de ingresar a territorio estadounidense y ahora está en una base naval militar mexicana a la que fue trasladado ayer después de haber sido atendido en el Hospital General de Matamoros de las heridas de bala que recibió en la clavícula y el rostro.

“Yo le dije que no se fuera, pero él se fue”, dijo su hermano Luis Alfredo Lala a la cadena de televisión Ecuavisa.

No le hizo caso, pues en su pueblo Ger, una localidad de 400 habitantes ubicado en la zona de Los Andes, a veces era agricultor y, sin bien le iba, albañil.

Con lo poco que ganaba debía mantener a sus ocho hermanos y a su esposa Angelita, con seis meses de embarazo.

Así que salió hace dos meses. Sus padres en New Jersey habían contactado al coyote. El acuerdo fue de 15 mil dólares por llevar a su hijo. “Freddy se fue sin decir nada a la familia. Es el sobrino más querido”, contó a la agencia EFE su tía María Udulia Lala.

En su casa —así le decía al cuarto de adobe de dos metros de ancho por tres de largo— se quedó Angelita, que a sus 17 años estuvo a punto de enviudar.

Sus padres ahora tienen la deuda con el coyote.

Una deuda impagable pues están desempleados. Esperaban a Freddy (como le decían de cariño) para que la saldara una vez trabajando e instalado con ellos en New Jersey, según contó su esposa a Teleamazonas.

“No pudiendo más mantener, pensaba ir allá (Estados Unidos) para ganar un poco más de plata y mantener a ellos, a sus hermanos chicos que están en la escuela”, contó Angelita al diario español El País.

La última noticia que ella había tenido de su esposo, antes de la tragedia, fue que ya estaba en Los Ángeles. Lo supo la semana pasada por una llamada telefónica del coyote que se lo llevó. Era mentira, pues hace dos días se enteró del verdadero destino que tuvo su pareja: secuestrado y casi asesinado por los Zetas, un grupo criminal que, hasta ese día, Angelita, supo que era un cártel de sicarios y narcotráfico que controla la parte del Golfo de México.

RECIBE AMENAZAS.

Encima de todo, la muchacha ya recibió otra llamada del coyote. Esta vez para amenazarla, según reportó la BBC de Londres.

“El coyote dijo que no le volvamos a molestar y apagó su celular. Él había dicho (a un familiar de Freddy) que no dé (a otras personas) el número de su teléfono celular. Le ha hecho tener miedo diciendo que le va a matar si avisa”, citó la cadena inglesa.

“LO PONGO EN LAS MANOS DE DIOS”.

La muchachita, cuya imagen dio la vuelta al mundo sosteniendo una fotografía de Freddy montado en una llama, clamó: “Que regrese, que esté bueno. Él era muy bueno. No sabía pegar”. Y si acaso hay una buena noticia en su historia es que Freddy ya pudo comunicarse por teléfono con sus padres. “Papi, estoy todavía vivo, no estoy muerto”, les dijo.

Su madre, difundió Univisión, lloró y expresó como pudo: “Quiero saber con el doctor cuándo le van a dar de alta, adónde lo van a mandar o qué va a pasar. Sólo Dios sabe, lo pongo en manos de Dios”.