El poder y la locura son una amenaza

16 Dic 2019 / *Se habla de Adolfo Hitler y su aberración contra los judíos; su odio racial llevado a la monstruosidad y la demencia dentro el führer

He platicado con varias personas de más o menos capacidad intelectual y se ha tratado el tema del comportamiento de los personajes que han dejado estelas de sangre, crímenes y destrucción en el mundo y su historia.

Se habla de Adolfo Hitler y su aberración contra los judíos; su odio racial llevado a la monstruosidad y la demencia dentro el führer.

Después de él han pasado muchos más, sanguinarios, cargados y gruesos: Benito Mussolini, Isóf Stalin, Muamar Kadafi, Osama bin Laden, entre otros.

América Latina no ha sido la excepción y ha habido de chile y mole: Augusto Pinochet, Anastasio Somoza, Alberto Fujimori y ya en tiempos recientes desde un Fidel Castro, Hugo Chávez, ahora Nicolás Maduro, Evo Morales y la lista puede ser grande.

México se estrena con Andrés Manuel López Obrador, que aunque no llegó al poder sobre montañas de cadáveres como lo hicieron los revolucionarios o quienes participaron en la lucha de Independencia, si subió al pedestal utilizando mensajes de odio y división. Claro, los muertos hacen su aparición a tan sólo un año de gobierno.

Nos han dicho que las guerras y/o revoluciones tienen como premio el poder y lo tienen que apuntalar con terror y muertos.

Sin embargo, se presentan hechos nuevos y aparecen los neolocos. Estos personajes son inteligentes y cuentan con el apoyo económico de los grandes capos de las drogas.

Son astutos, vivos como las ratas; saben a dónde van y lo qué buscan. Pero ¿hasta dónde pueden llegar? La cosa es que a más altura la caída es más dura.

La buena noticia es que a pesar de que alcanzan altos vuelos no son eternos. A pesar de sentirse y decirse dioses, son mortales. Tendrán un fin y los van a recordar pero con maldiciones.

Solamente quienes alcanzaron a disfrutar de la brutalidad los recordarán y ahí está la pregunta ¿de qué lado de la historia quieren estar?