27 de Abril de 2024
Una opinión diferente
Por: Isael Petronio Cantú Nájera

Feminismo???

22 Feb 2020 / *Así, los valores que les asignamos a las mujeres y a los hombres, a lo femenino y a lo masculino, son simplemente arbitrarios y obedecen a las correlaciones de poder político que existen en las diversas culturas

Femenino???



Biológicamente la especie Homo sapiens funda su diferencia sexual de acuerdo a la composición de sus genes; ubicamos a las hembras cuando tienen dos genes “X” y a los machos cuando tienen dos genes uno “Y” y otro “X”; pero es importante saber que existen humanos, en el caso de hembras con “tres X” llamadas coloquialmente supermujeres o el síndrome de Turner, donde falta una “X”; obviamente, la función orgánica es diferente a la genética predominante de “XX”.

En el caso de los varones, en el Síndrome de Klinefelter existen dos X más una Y, que genera cambios importantes en la conformación del cuerpo.

Estos cambios biológicos en el genotipo de una parte de la población, poco tienen que ver con el concepto cultural de “femenino y masculino” y con las preferencias y prácticas sexuales que, tanto las mujeres como los hombres suelen desplegar en el seno de su sociedad.

La construcción del “ser” femenino; sin duda, toma en cuenta su esencia genética, es decir, la forma de su cuerpo y el papel biológico que juega en la reproducción de la especie al tener como parte de su aparato reproductor: ovarios, óvulos, útero, vagina, vulva y mamas de mayor tamaño para la producción de leche y amamantar en su momento a las crías y su ciclo fisiológico de la menstruación. Todo ello, biológicamente normal, como describir a lo masculino, como un organismo que tiene, como aparato reproductor: testículos y pene, siendo la parte biomecánica necesaria para que la especie copule y se reproduzca.

Hasta ahí, podemos inferir, que las especies similares como la nuestra, mamíferos: simplemente cogen (copulan) para reproducirse y que solamente la nuestra, al paso de milenios de cultura, les hemos asignado un rol extrabiológico a las mujeres, más allá de su genotipo.

Así, los valores que les asignamos a las mujeres y a los hombres, a lo femenino y a lo masculino, son simplemente arbitrarios y obedecen a las correlaciones de poder político que existen en las diversas culturas.

En la actualidad, la lucha de las mujeres por ser reconocidas plenamente en igualdad de derechos políticos y sociales o más generalmente con los mismos derechos humanos que los hombres, es el tema más vigoroso del mundo moderno. El mismo concepto de democracia es incompleto, sino inscribe plenamente a las mujeres en el mismo.

Llegar a un mundo de real igualdad entre hombres y mujeres, significa desmontar todo el aparato ideológico que se construyó y se sigue construyendo bajo el concepto de lo “femenino”; un simple repaso de la Biblia, bastaría para quedar asombrados de lo que se dice de las “mujeres”; una relectura de Códigos Civiles o Penales, confirmaría la idea de que las mujeres no son iguales a los hombres y que los derechos son asimétricos privilegiando a los hombres en contra de los legítimos derechos de las mujeres. El largo proceso de creación de lo “femenino” y lo “masculino” da pie a conductas aberrantes y criminales, como lo que se tipifica como “feminicidio”, que no es el simple crimen de homicidio, sino la conducta de odio y visceralidad con la que se le quita la vida a una mujer.

En la geometría política; las izquierdas han sido las protagonistas de la lucha de las mujeres por desmontar lo “femenino” como concepto enajenante y sometido a lo “masculino”, avanzando en acciones afirmativas hasta alcanzar la plena igualdad sustantiva entre los géneros; por su parte, las derechas, han clavado sus lanzas en el conservadurismo, poniendo un valladar a todo avance de los derechos de las mujeres, particularmente en el campo de la sexualidad y directamente en el derecho que tienen de decidir sobre sus cuerpos y en palabras llanas, el tema del aborto.

En el derrumbe de las instituciones: iglesias con curas pedófilos; sistemas anticorrupción con presidentes corruptos; policías ladrones; jueces venales; etcétera; las acciones criminales se han cebado particularmente sobre las mujeres; al grado tal, que el caso de la niña Fátima, concentra lo peor que hemos hecho de nuestro país: Una mujer secuestra a otra mujer (niña), para llevársela como ofrenda a un hombre, macho, seguramente católico y guadalupano, que exige cogerse a una virgen niña, simplemente porque no está satisfecho sexualmente con su mujer y amenaza con violar a sus propias hijas… así o más oscuro.

En esta noche de los demonios; los movimientos de derecha y los grandes centros ideológicos de divulgación, los que construyen lo “femenino” en la “Rosa de Guadalupe”, televisa, etcétera, actrices de medio pelo, los que exponen a la mujer como un objeto sexual; los violadores, las iglesias; se montan, en el reclamo de que se tiene que terminar con los “feminicidios”, culpando al gobierno (que claro que tiene responsabilidad) de que no hace caso a los justos reclamos de las mujeres para detener esta ola de crímenes de odio.

Sorprendido el gobierno del impulso de las derechas al movimiento que usualmente era de izquierdas, ha quedado atrapado en la trampa típica, de estar siendo rebasado por la “izquierda”, es decir; el adversario pedirá más de lo que ofreces para llevarte a la crisis de credibilidad… no importa que ellos, hayan creado las condiciones de la crisis que se vive.

Ahora bien; el movimiento feminista y su diversidad sociopolítica, no se identifica únicamente con el “feminicidio” sino con una serie de libertades que la derecha siempre les va a negar y que cuando aparezcan, se retirará a los templos a darse golpes de pecho y esos temas son tres: salario igual, sexo igual y derecho a decidir sobre sus propios cuerpos de manera igual.

Lo del salario es lo menos crítico, va caminando; lo del derecho a tener una sexualidad plena y libre está detenido y las iglesias y los conservadores pegan el grito en el cielo, diciendo eso si que no… hasta las mujeres creadas en el feminismo de la “Rosa de Guadalupe” muerden el rebozo y prefieren la santidad de ser madres y a la vez frígidas, que disfrutar de una sexualidad altamente erótica y satisfactoria, es decir has sido educadas para no sentir y, en cuanto a decidir sobre sus cuerpos, que en concreto tiene que ver con la decisión personalísima de terminar o no con la gestación, ahí… hasta mujeres dizque de izquierda, se llevan la mano a la frente y se persignan… pero de derechas e izquierdas, en ocasiones, clandestinamente, han acudido a las clínicas a tomar su decisión.

Es correcto el llamado de un día sin mujeres, pero, debemos acompañarlas a tres puntos esenciales en su manifestación: una columna debe dirigirse a la Basílica de Guadalupe para exigirle a la iglesia que desarticule la matriz patriarcal de su ideología y le garantice a las mujeres derechos plenos e iguales a los hombres y de paso que entregue a los curas pederastas; la segunda columna debe dirigirse a Palacio y al Congreso Nacional para que garanticen la igualdad sustantiva en todo el orden administrativo, contratando paritariamente a mujeres y hombres y, la tercera debe ir directamente a la Bolsa de Valores, para decirle a los ricos de este país que paguen salario igual al trabajo igual entre hombres y mujeres… porque, como se ha argumentado, no es cuestión de genética, sino de cultura y modos de producción, y aunque suene machacón, el modelo neoliberal contribuyó a la crisis civilizatoria que estamos viviendo y su desprecio por los más débiles y dentro del gran campo social, desde hace unos buenos miles de años: las mujeres han sido el objeto de la explotación, la vejación y el genocidio… no olvidar el derecho de pernada o prima nocte o el rapto de las Sabinas.

Finalmente: si el tema se queda solamente en lo del feminicidio, seguirá habiendo mujeres formadas en lo “femenino” que seguirán educando machos y le seguirán llevando a sus hijos varones o a sus esposos o al patriarca: una niña virgen como holocausto.

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