28 de Abril de 2024
Una opinión diferente
Por: Isael Petronio Cantú Nájera

¿Qué sociedad hace monstruos así?

08 Mar 2020 / *La frecuencia de encontrar cuerpos tirados por los caminos y las veredas han hecho que los diarios más execrables por el manejo de la “nota roja”; ya ni publiquen lo que para ellos ha dejado de ser noticia, la muerte ya no vende

Solitaria, amortajada en una colcha vieja, rodeada de ratas y perros callejeros, María “X”, no llegó al panteón como lo había deseado siempre, nada; simplemente en las aciagas horas de un amanecer que nunca amanece para ella: fue tirada a la vera de los cañaverales por el rumbo de Pacho Viejo.

La frecuencia de encontrar cuerpos tirados por los caminos y las veredas han hecho que los diarios más execrables por el manejo de la “nota roja”; ya ni publiquen lo que para ellos ha dejado de ser noticia, la muerte ya no vende.

“Normalización” han llamado los estudiosos al hecho de que crímenes nefandos dejen de impresionarnos y hagan que nuestro corazón contrito llore por la muerte de un semejante; pero no, creo que es el terror y luego el encabronamiento, lo que congela el sentimiento y engarrota nuestra garganta impidiéndonos gritar y romper el silencio de los otros: ⎯¡Basta, basta, basta!

Era temprano, como a las seis, cuando otra mujer se acercó al bulto rodeado de animales casi salvajes y miró que una zapatilla se asomaba por uno de los extremos del sucio sudario… su corazón desbocado atoró el grito de ayuda, retrocedió tambaleante, mientras se agachaba agarrando piedras para espantar a los perros que ansiosos husmeaban y competían con los roedores, por un banquete infernal. Al salir a la calle principal, todos oyeron su grito y algunos se persignaron ante su rugido: ⎯¡Basta, basta, basta, han asesinado a otra mujer!

⎯ ¡Buenos días, buenos días! ⎯ Saludaba María “X”, a cada amiga o amigo que se cruzaba con ella en la gran sala del Hospital hasta que llegaba a su escritorio en la oficina. Esbelta, guapa, jovial, amiguera, solicita y compañera, eran cualidades que le granjeaban el cariño de los compañeros y compañeras de labor. Madre jefa de familia, dedicaba su trabajo y su salario, durante muchos años a ella y a su hijo: Pedro “M”.
Al igual que millones de madres jóvenes solteras, María “X”, caminaba por el mundo y su comunidad hospitalaria, con la confianza de saberse querida y apreciada, valorada por su trabajo en la oficina y admirada por sus amigos.

Profesionista, con carrera universitaria, sin que le pesara la separación con el padre de su hijo, se rehízo y redobló esfuerzos para que no sintieran la frialdad y la indiferencia del mundo… pero algo pasó, que siempre estuvo fuera de sus manos: una sociedad proclive a la corrupción, engendrada en décadas de neoliberalismo, que impulsó un individualismo criminal y enterró los valores humanísticos de bien común, solidaridad y amor al prójimo, se coló por las rendijas de su casa e invadió la conformación moral y ética en su propia y pequeña familia.

⎯ ¿Cuántas cuchilladas? ⎯ preguntó la perita forense, casi vomitando al escuchar la respuesta: ⎯ ¡Más de 30 puñaladas entre el pecho y su rostro!... en ninguna otra parte del cuero hay lesiones… como que el asesino quisiera destruir solamente su faz. ⎯ acotó una quebrada voz de quien traía el reporte en un folder viejo y arrugado.

⎯ ¡Feminicidio! ⎯ sentenció otro asistente, también hombre ⎯ Es horroroso lo que estamos viviendo. No me explico el grado de insania que existe para asesinar a una persona con tanta sevicia, a esos criminales se les debería de lobotomizar y recluirlos de por vida.

Pedro “M”, como muchos hijos de familias separadas, pasó a vivir con su madre María “X”, querido por su familia materna y las múltiples amistades de su madre, resistió lo mejor que pudo la separatidad y encontró cierto espacio para desarrollarse. Sin muchas dotes intelectuales especiales, ni ascendió, pero tampoco se fue al fondo en el drama familiar. Su madre finalmente, proveedora, hizo que nunca le faltara por lo menos: comida, abrigo, ropa, escuela y una amplia libertad que le permitió construirse a si mismo. Un joven igual que miles que integran el promedio en el país, sobrellevando la vida y tratando de crearse un mundo feliz. En esa libertad, se habituó al consumo de la mariguana y siguió viviendo como cualquier niño al amparo de su madre María “X”.
⎯ El mismo modus operandi, mi jefe. Un comando armado la sacó de su casa desde hace varios días. ⎯

⎯ ¿Ya la identificaron, la familia ya preguntó? ⎯ dijo, sin nota alguna de preocupación la fiscal especial: ⎯ ¡Está irreconocible! Nos va a dificultar encontrar a sus familiares, ¿verdad? ⎯ ¡Oyeee! ⎯ respondió gritando la fiscal cuando empezó a revisar la serie fotográfica de la víctima⎯ pero esto no es el modus operandi de narcos o secuestradores. Esos destazan, trozan, quieren imágenes de terror que amedrenten a sus adversarios, aquí, la saña está en su rostro, sus órganos sexuales están intactos, libraron sus pechos… solo su rostro… si la logramos identificar debemos buscar rápidamente en su círculo más cercano de compañeros, algo que la una sentimentalmente con alguien y que ese alguien, esté tan enfermizo y tenga tanto odio en contra de ella, que más que matarla: ¡Quería desaparecerla!.

⎯ ¡Hola María!, te ves muy contenta, eeeh, este año si te casas ¿Verdad?
⎯ la burleteó una de sus mejores amigas. ⎯No, no, ¡No!, cómo vas a creer, así estoy muy bien, más bien, estoy contenta porque Pedro, mi hijo, ya se puso a trabajar y a dejado de estarse quejando con el mundo. ⎯No, pues eso sí que es de alegrarse. Uno espera que los hijos nos superen y que logren mejores cosas que nosotros y más estando la situación tan crítica como la estamos viviendo… ¿Y en que trabaja Pedro?. ⎯ ¡Está haciendo pan para vender!. ⎯ Pues, que lo traiga, nosotros le compramos, así es como nos tenemos que ayudar entre las amigas.⎯
Cuando uno nace no traemos ningún gen o código de información sobre lo que es el mundo y mucho menos lo que seremos en él. La metáfora cristiana del libre albedrío es parcialmente verdadera; como lo es la creación teológica del hombre mismo.

La masa neuronal de nuestro cerebro, comienza a organizarse a partir de que los sentidos en un sistema de imput-output le agregan información. Un niño recién nacido en la Selva Lacandona de Chiapas, vendido a una familia japonesa, hablará un perfecto japonés y nunca maya y si sus padres adoptivos son hábiles, jamás se preguntará si es mexicano-mayense… será un perfecto japonés.

Por ello, somos lo que aprehendemos del medio ambiente y la cultura que nos rodea; así en un proceso conductista: nos construimos imitando lo que es el ser social y a la vez, influimos para que el medio social cambie.

Una buena parte de la sociedad tiene un juicio moral y ético, sobre el grado de corrupción imperante en nuestro país a lo largo de más de tres décadas: para ellos, la corrupción y la miseria concomitante, ha destruido el tejido social y ha creado una guerra de todos contra todos… sienten, que el cambio provocado políticamente el año pasado, lleva un paso de tortuga angustiante y que amenaza con arrancar a toda velocidad cuando ya no hay nada que salvar.

Está desangelado el mundo y en la apariencia de lo “normal” está engendrando verdaderos demonios, que como en las tragedias griegas, son incapaces de salvarse de su sino. Es urgente, que desde la escuela pública, sumando a los padres de familia y a los propios alumnos, se construya una nueva cultura de sólidos cimientos humanistas con una práctica altamente solidaria de amor y ayuda al prójimo; de respeto y consolidación a las diversas familias y de un justo reparto de la riqueza nacional, para que todos podamos vivir en una medianía digna… lo contrario es la destrucción de todo lo bueno que hemos creado.

⎯ ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué? ⎯ María “X”, sentada en la cama, gritaba una y otra vez a Pedro “M”, que acurrucado en un rincón de su cuarto, en un mutismo desesperante, no deseaba verbalizar ninguno de sus pensamientos ante las preguntas de su madre. ⎯¿Cómo fuiste capaz de agregar drogas y mariguana a los pasteles que vendiste a mis amigas? ¿Cuándo, dónde, quién te dijo que podías hacer eso, para qué?.⎯ El llanto de enojo de María “X” no paró… la triste figura de Pedro “M” se hacía más pequeña ante sus ojos, por su mente, pasaron raudos los años en los que lo fue viendo crecer y en los que vio cómo la sociedad en la que ambos se desarrollaban estaba dejando en el desamparo a cientos de familias; valoró su esfuerzo incansable de trabajar turnos extras para sacar adelante a su pequeña familia: María-Pedro. Sintió el ahogo de ver cómo al hospital llegaban cada vez más gente destazada; recordaba el índice de feminicidios que no paraba y siempre iba en aumento; sintió que su corazón se paraba cuando Pedro “M” hacia un par de años, le dijo: ⎯Ya no quiero ir a la escuela, los maestros no enseñan nada.⎯ y ella, consciente del quiebre de las instituciones educativas, lejos de conminarlo a seguirse formando y tal vez para no seguir peleando con él, fue condescendiente y le dijo: ⎯ ¡Está bien, pero un año nada más!⎯ impotente María “X”, se paró de la cama, se limpió sus anegados ojos y dejó a Pedro en el silencio más ominoso.

⎯¡Se llama María “X”, jefa. Trabajaba en el hospital y dimos con sus familiares… pero sabe que…

La fiscal giró en redondo sobre su sillón, los ojos vidriosos a punto de un llanto incoercible, trató de pararse y de plano, volvió a caer de lleno en el asiento, la lágrimas corrieron por sus mejillas, tal y como lloran las madres ante la irreparable pérdida de un pródigo hijo o un amante esposo, se tapó el rostro con ambas manos y con una voz estertórea dijo: ⎯ ¡Su hijo la mató!... ¿Qué sociedad hace monstruos así? ¿Cómo puede un hijo de una madre ejemplar anidar en sus entrañas tanta ponzoña? ¿Cómo puede un Estado, no darse cuenta de lo calamitoso que es una cultura patriarcal, machista, de desprecio a las mujeres, empezando por las madres?

¿Cómo, por qué?

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